Nunca perteneció al clero, pero ha pasado a la historia con el mote de Abate Marchena, que él mismo no rechazó nunca. Nació en Utrera en 1768 y murió en Madrid a los 52 años, después de haber sido una destacada figura política de su tiempo, liberal y afrancesado, escritor, publicista, erudito y traductor del Contrato Social de Rousseau, entre otros títulos. Este año, la localidad que lo vio nacer celebra su 250 aniversario, y lo hace con un programa de actividades comisariadas por Cristóbal Ortega.

Ortega recuerda que recibió el encargo del alcalde de la ciudad, José María Villalobos, poco después de su abrupta salida de la dirección de la Bienal de Sevilla. «Me apetecía mucho, entre otras cosas porque Utrera es una de las cunas del flamenco», recuerda. «Estuve una semana durmiendo, comiendo y cenando con el Abate. Me di cuenta de que se podía estructurar una buena programación en torno a su personalidad y al momento que le tocó vivir».

«Este personaje», prosigue Ortega, «de la misma generación que Pablo de Olavide o Blanco White, vive uno de los momentos históricos que cambiaron el mundo, el comienzo de la historia moderna. Nace en Utrera, inicia su primera etapa estudiantil en Sevilla, luego marcha a Salamanca y a París. Vive allí la Ilustración que no hubo en España, y acaba incluso siendo condenado a la guillotina por Robespierre».

«Fue un completo anticlerical, pero defensor de la libertad, y un poco vividor», describe Ortega. Entre las cosas curiosas de su biografía, se le considera creador del primer fanzine de ciencia-ficción, El Observador, donde contaba cómo era una imaginaria sociedad selenita, hasta que la Inquisición liquidó la revista. En Francia, se inventó una religión con sus compañeros de celda, con su dios y todo».

El objetivo de las autoridades que han confiado la tarea a Ortega es poner la ciudad en el mapa cultural de Andalucía. «Utrera es una ciudad única, donde su patrimonio histórico-artístico y sus raíces son amplias. Esto nos da muchos alicientes para organizar», subraya el comisario, que ha estructurado su propuesta en varios bloques. Para empezar, una gran exposición de artes plásticas dedicada al personaje, de quien por cierto no se conserva ningún retrato. En materia de artes escénicas, se está trabajando ya en un programa de música de la Ilustración, supervisado por Fahmi Alqhai, así como en un proyecto de recuperación de canciones populares y una opereta del propio Rousseau. También se estudia impulsar algunas producciones en torno a figuras de la época como Moratín o Jovellanos, así como una serie de charlas y conferencias que aborden extensamente la vida, obra y época del personaje.

«Hay también una parte importante que se refiere a proyectos educativos de infantil y primaria, y que incluye un concurso de dibujo, y un espectáculo pequeñito, de unos 20 minutos; para secundaria, vamos a preparar un cuaderno didáctico para que los chavales conozcan los movimientos políticos y sociales de la época y lo relacionen con nuestro tiempo», comenta Ortega.

IMPLICAR A LA SOCIEDAD

«La idea es implicar a todas las áreas de la sociedad», continúa Ortega, quien pretende incluso vincular el reciclaje de residuos o a estudiantes de FP de jardinería en la efeméride. «Vamos a recuperar el jardín de Rousseau, haremos encuentros gastronómicos... Estaremos todo el año con ello, especialmente después de verano», asevera.

Un presupuesto de 400.000 euros es el que dispone el comisario para «dar a conocer Utrera al mundo de una manera distinta, con un posicionamiento y una apuesta cultural. Ojalá esa área metropolitana que tiene Sevilla se descentralice y la ciudad ocupe un lugar predominante en ese mapa, y que de estos rescoldos del año cultural se establezca todos los años una iniciativa de índole cultural», apostilla el comisario.