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Señales que indican uno de los senderos hacia El Castillo de las Guardas. / El Correo -
Zona de las cocheras y talleres del ferrocarril, punto de interés. / F.J.D. -
Uno de los paisajes que pueden observarse en el recorrido. / El Correo
El turismo activo de naturaleza y deporte tiene en El Castillo de las Guardas un excelente destino para su disfrute. Al extenso término municipal, confluencia de entornos y paisajes, se suma una red de caminos municipales y senderos que, desde el próximo 26 de noviembre, se verá aumentada con la puesta en funcionamiento del sendero circular Minas del Castillo. Una vía natural que permitirá conocer el pueblo andando, a través de un proyecto integral de oferta turística sostenible y de calidad.
El sendero, denominado PR-A-396, está homologado por la Federación Andaluza de Montañismo. Con una longitud de 14,4 kilómetros, presenta una dificultad media y un desnivel acumulado de 507 metros. Totalmente accesible, se desarrolla en un trazado circular.
Ante todo, su puesta en funcionamiento ha sido «un proyecto generador de empleo», resalta el alcalde castillero, Gonzalo Domínguez. Con una inversión total de más de 168.000 euros, ha sido financiado por el Estado –mediante el Fondo Social Europeo–, Junta de Andalucía, Diputación de Sevilla y el propio Ayuntamiento. La principal partida ha ido destinada a mano de obra, «creándose en los 9 meses que ha durado la intervención más de 55 empleos».
El regidor lo define como «un sendero espectacular». Discurre entre monte mediterráneo, dehesa y paisaje minero. Atraviesa explotaciones ganaderas de toro bravo –«con todas las protecciones y medidas de seguridad necesarias»–, así como dehesa de engorde de cerdo, parajes de actividad cinegética, el pantano donde se ubica La Reserva y la ribera del Guadiamar.
A pesar de que su trazado «es todo natural y rural, sin rastro de urbanismo», en su inicio y en distintos puntos de la ruta pueden admirarse, entre otros elementos singulares, puntos de interés como la antigua fuente abrevadero, la extinta explotación minera, las cocheras y talleres del ferrocarril o El Pedrosillo, núcleo descatalogado como aldea y deshabitado. A ellos se suman «callejones de piedra lavada, la calzada romana y el socavón», una fuente histórica de la que se abastecían las Minas.
«El futuro de nuestro pueblo tiene que pasar por un proyecto de sector primario o por el turismo». Y este tipo de turismo es un valor en alza, que El Castillo de las Guardas está en condiciones de ofrecer. La localidad es «un diamante en bruto por descubrir», como suele definirla su alcalde, donde todo ese potencial está disponible y es una oportunidad para el empleo que el Ayuntamiento está decidido a desarrollar.
Dispone de una «riqueza medioambiental única» a la que se apuesta todo desde el consistorio para despertar el interés de los visitantes por este enclave. Porque su uso y disfrute son fuentes de empleo y desarrollo. Apostando además por la sostenibilidad: «el turismo está muy bien, pero sostenible y controlado, buscando que el servicio integral sea de calidad y el turista se vaya contento de El Castillo, el boca a boca es la mejor publicidad».
El sendero fue presentado en la mañana de ayer en la Casa de la Provincia. La Diputación muestra así el respaldo que viene ofreciendo a esta localidad, que atraviesa momentos complicados: «La situación es muy triste tras los dos grandes incendios que hemos sufrido. Se ha hablado mucho de El Castillo pero todo quedó en eso. Ninguna administración nos ha ayudado salvo la Diputación». Ante la «desesperanza de que lleguen ayudas, estamos haciendo el trabajo por nuestra cuenta».
La inauguración de esta nueva ruta para el deporte es fruto de este trabajo. El sendero circular Minas del Castillo se une a los de Las Cañadillas y Los Callejones, de 12,2 y 7,3 kilómetros respectivamente, que ya se encuentran en uso. De forma previa a la inauguración, el sendero ha sido evaluado y aprobado con nota al ser transitado por «los 550 participantes del II Trail de El Castillo de las Guardas», que en fechas recientes reunió a la localidad a deportistas de toda la península, «que se fueron de nuestro pueblo con un buen sabor de boca».
En parte porque El Castillo de las Guardas es «el pueblo con mayor número de bares por habitantes de la provincia». En ese proyecto global de reconversión hacia el turismo, «antes era posible tapear solo en dos. Hoy ya son cinco», lo que da muestra también de la concienciación de los propios vecinos y empresarios por potenciar el turismo y hacer de El Castillo un lugar interesante para conocer y visitar. Así mismo se trabaja en «una red de casas homologadas para el alojamiento», para atraer pernoctaciones.
«No solo tenemos caminos y mucha naturaleza. Tenemos una iglesia, restos de muralla, diez pedanías, oficios antiguos que estamos recuperando y poniendo en valor». Porque esa mirada al pasado puede dar la clave para afrontar el futuro: «estamos volviendo a los caminos que ya existían, los que usaban los vecinos para su vida diaria, para ir a vender a las distintas pedanías. Ahora ponemos en valor esos caminos que funcionaban para la economía de antes, para reactivarlos y que el turismo genere esa nueva economía».