El cronista de una gran ciudad

Su pasión por la Historia convirtió al jurista Pedro Sánchez Núñez en cronista oficial de la Villa de Dos Hermanas. Hoy, ya jubilado, continúa investigando

14 mar 2017 / 15:12 h - Actualizado: 14 mar 2017 / 17:38 h.
"Historia"
  • Foto de archivo de Don Pedro Sánchez en Dos Hermanas. / Gregorio Barrera
    Foto de archivo de Don Pedro Sánchez en Dos Hermanas. / Gregorio Barrera
  • La Hacienda Doña María desde el parque tecnológico Dehesa de Valme. / M. Palacio
    La Hacienda Doña María desde el parque tecnológico Dehesa de Valme. / M. Palacio

Don Pedro Sánchez Núñez –sí, Don Pedro, así le conocen todos en Dos Hermanas–, es desde 1974 cronista oficial de Dos Hermanas, una plaza «honorífica y gratuita. Un extraordinario honor», cuenta, desde la que ha vivido en las últimas décadas la transformación de un pueblo mediano –tenía apenas 36.000 habitantes cuando ganó la plaza de Oficial Mayor Letrado en 1969– hasta la gran ciudad con más de 140.000 habitantes que es ahora.

Su pasión por la Historia ya la traía desde su Utrera natal, y la investigación de Dos Hermanas y el origen histórico de sus diferentes núcleos urbanos los ha impulsado casi desde el primer momento a través de la que fuera revista de Feria –que existía ya en los años 20 del siglo pasado–, con el apoyo del Ayuntamiento, que él mismo buscó y que la transformó en revista oficial en 1974, con un contenido más cultural y menos vinculado a la Feria.

En la misma han escrito, entre otros, «Pedro Laín Entralgo, Gerardo Diego, Jorge Guillén, Antonio Domínguez Ortiz, cuyos artículos recopilamos en un libro... Procuramos fomentar la investigación sobre Dos Hermanas, que se ha divulgado mucho a través de la revista. Además hay gente que está realizando trabajos de investigación extraordinarios, como David Hidalgo, Jesús Barbero, Hugo Santos, Antonio López Gutiérrez...», relata Sánchez, orgulloso sin dudas de lo que es parte de su legado, aunque su modestia no lo catalogue así.

Cuando llegó a Dos Hermanas, el alcalde era Antonio Muñoz Rivero. «He tenido buena relación con todos los alcaldes, más con Toscano, por tantos años que hemos trabajado juntos», desde 1983, afirma, y destaca la figura del actual alcalde nazareno: «No ha habido en España otro alcalde tan eficiente como él. Tiene todas las cualidades que debe tener un alcalde: afectivo, recibe a toda la gente, resolutivo y muy preparado». Siempre, hasta su jubilación como funcionario en 2014 –cuando fue nombrado Hijo Adoptivo y Predilecto de Dos Hermanas– afirma que «he procurado colaborar en lo posible, no poner pegas».

Gran crecimiento

Aunque sus investigaciones se han centrado en la Historia desde su origen, como la Breve historia de Quintos, donde relata su origen romano, y ha publicado un libro sobre la historia de Dos Hermanas en el siglo XVII, no es ajeno a la transformación que en las últimas décadas ha vivido un municipio que hace un siglo no alcanzaba siquiera los 10.000 habitantes y no fue hasta 2001 cuando superó los 100.000 vecinos, algo menos de una cuarta parte de estos en el núcleo de Montequinto, y 1.300 entre Fuente del Rey y Marismas y Puntales Adriano.

«Al principio estaban los almacenes de aceitunas y la Fábrica de Yute, que trajeron a bastante gente, y después hay dos momentos muy importantes para este crecimiento: la creación del Polo de Desarrollo de Sevilla, en época de los ministros tecnócratas, uno hacia Alcalá de Guadaíra y otro hacia Dos Hermanas, y luego la frustrada construcción del canal Sevilla-Bonanza, que produjo como consecuencia el polígono industrial Carretera de La Isla. Ya a partir de ahí, la cercanía, a 12 kilómetros de Sevilla, y la buena conexión por carreteras y tren», explica, y añade también la determinación municipal: «Las facilidades del Ayuntamiento para que se desarrolle», una «buena gestión» que han llevado a la ciudad a tener hoy 140.000 habitantes, 40.000 en Montequinto, que también ha crecido mucho en los últimos años, ayudado, sin duda, por el Metro.

Sobre el Distrito de Quintos, que así se llama esta zona dividida entre varias barriadas y urbanizaciones –Condequinto, Montequinto, Olivar de Quinto...–, Sánchez cuenta que «ya por 1500 y pico aparece en un mapa de España en Amberes como un núcleo importante». Perteneció a los Medinaceli, «y en 1970 se produjo la urbanización con un planeamiento atrevido. Ya en 1983, con Toscano, empezó el planeamiento urbanístico y se recondujo, y en los últimos años se ha propiciado, con la urbanización de Entrenúcleos, establecer un vínculo inseparable para que no se nos escapen», afirma, con cierto tono irónico, pero no tanto, porque Dos Hermanas lo vivió ya con Bellavista: «En 1937 se nos escapó Bellavista, y se ha tenido en cuenta para que no pase en Montequinto. Pero en Sevilla sería un barrio más y en Dos Hermanas es el distrito». El Ayuntamiento trató de rescatar Bellavista, «pero no se pudo materializar. Y hasta en Heliópolis nos pedían que los rescatáramos».

Una de las curiosidades del término municipal es que el núcleo central es el más reciente. «Orippo, es el más antiguo, prerromano, la palabra viene del griego; Quintos es romano, Quintus ad urbe lapide –cuando presenté el libro salían sacando pecho, orgullosos de su origen–, y el casco urbano es de la época de la reconquista, del siglo XIII».

Un casco urbano que, pese a que ronda los cien mil habitantes, sigue siendo un pueblo en gran medida y en muchas de sus costumbres. «En el centro centro, donde viven los nazarenos de pata negra, todo el mundo se conoce. Pese al crecimiento se mantiene la idiosincracia de la relación entre vecinos que se ha perdido en la ciudad», y que se ve plasmada, entre otros aspectos, en las sillas colocadas a las puertas de las casas cuando el calorcito empieza a apretar en las noches veraniegas.

Y aunque Dos Hermanas no sea una ciudad turística, Don Pedro recomienda un paseo para conocer la ciudad y su entorno: «Hay que empezar por la parroquia de Santa María Magdalena y la capilla de Santa Ana, el núcleo fundacional; la plaza de los Jardines –de la Constitución, aunque así no la conoce nadie–, de Juan Talavera, el parque de la Alquería, La Almona, los viejos miradores, como el de la plaza del Emigrante, la peña Bética –Villa Pepita–, la plaza del Arenal... y en su entorno, las haciendas, Maestre, que recibió el premio Europa Nostra por su restauración, Montelirio, que tiene una de las mejores colecciones de carruajes de Europa, Quintos, Doña María... y en el aspecto de naturaleza, Brazo del Este, la laguna de Fuente del Rey y la orilla del río».

Cuenta, escribe, investiga... y no acaba. Ahora prepara un nuevo libro, esta vez sobre Dos Hermanas en el siglo XVI, y también lo hace en Utrera y en Sanlúcar de Barrameda. Una pasión que le rejuvenece y de la que no se jubila.