El Festival de la Mistela busca en su propio pozo

El célebre festival de Los Palacios concede a María Terremoto la Venencia Flamenca y tiene en Arcángel su plato fuerte

Álvaro Romero @aromerobernal1 /
11 abr 2018 / 22:29 h - Actualizado: 11 abr 2018 / 22:29 h.
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El Festival de la Mistela de Los Palacios y Villafranca busca colocarse donde merece: en esa geografía de los festivales flamencos con más solera del mundo, incardinado como está en el triángulo más jondo de la Baja Andalucía e inaugurado como estuvo por uno de los artífices más preclaros en la dignificación del flamenco, Paco Cabrera de la Aurora, durante un tardofranquismo que ofreció dos fechas de arranque: la oficiosa, a finales de los años sesenta, cuando el certamen suponía el primer fruto de aquel Pozo de las Penas de Casa Currela que había bautizado a la peña más antigua del mundo (solo riñe con La Platería de Granada), y la oficial, en 1973, fecha que reza como inicio en el cartel de este año, aunque se huya del número exacto de ediciones, porque en el fondo podía andarse ya por el medio siglo pero hubo años que no contaron y años en que la desidia pasó banca. Lo importante es que La Mistela sabe ya más dulce que nunca.

Y en esa recuperación del sabor añejo concurren varias circunstancias este año: la primera, que se estrena como presidente de El Pozo de las Penas Enrique Duque Algarín –sustituye al gran Juan García Bodi después de más de 30 años–, de la saga de los Currela, en el patio de cuya casa existió en efecto el pozo de veras que dio para tanto, de donde salieron manantiales diversos como el gran Itoly de Los Palacios, Juanito Distinguido, Nene Escalera y hasta Manuel Orta, un hijo pródigo de lo jondo al que le fue mucho mejor por sevillanas. La segunda, que vuelve por su pueblo Amador Rojas, un bailaor de pellizco que promete poner bocabajo el teatro municipal el segundo día del festival, el 8 de junio, acompañado por artistas de tanto tronío como el pianista Ramón Santiago. La tercera, que precisamente en los antiguos postigos de la Plaza de España y de la calle Cantarranas, hoy Laguna del Mantillo, donde empezó todo –donde consiguió su sede definitiva la peña palaciega– se ha programado una tardeá flamenca con un ramillete de artistas locales que clausure el festival el domingo 10 de junio. Allí actuarán artistas como Pedro Lucas, el jovencísimo Juanelo y la niña prodigio Reyes Carrasco, entre otros.

Ayer, en la presentación del festival en Casa Manolo Mayo, un templo de la gastronomía comprometido con la raíz del flamenco, fue Arcángel –el plato fuerte de esta edición, que actuará el sábado 9 con Tablao– quien subrayó para bien el gesto de la organización «porque no sabéis lo importante que es apostar por la gente local, y más aún por la juventud», en referencia, asimismo, a la cantaora de 18 años que recibe esta vez la Venencia Flamenca, María Fernández Benítez, hija de Fernando Terremoto y nieta de Terremoto de Jerez.

María Terremoto, Giraldillo revelación de la última Bienal de Sevilla, abrirá este año el festival palaciego en una jornada en la que habrá tiempo para contemplar la exposición de Paco Sánchez, el hombre del medio millón de fotos flamencas, y para rebuscarse los ecos de pena de Lole Montoya acordándose de Manuel.