El joyero de las hermandades

Formado en Sevilla, Córdoba y Florencia, Lucio Rodríguez fusiona joyería y orfebrería para ser referente en las cofradías

07 mar 2018 / 21:44 h - Actualizado: 07 mar 2018 / 21:59 h.
"Cuaresma","Semana Santa en la provincia"
  • El joyero, formado en Sevilla, Córdoba y Florencia, Lucio Rodríguez.
    El joyero, formado en Sevilla, Córdoba y Florencia, Lucio Rodríguez.
  • Broche de la Virgen de la Salud de San Gonzalo.
    Broche de la Virgen de la Salud de San Gonzalo.
  • Medallón para la Virgen del Carmen Coronada de La Orotava.
    Medallón para la Virgen del Carmen Coronada de La Orotava.
  • Broche de la Virgen de Montserrat de Sevilla.
    Broche de la Virgen de Montserrat de Sevilla.
  • Corona de la estrella de la ilusión de Villaverde del Río
    Corona de la estrella de la ilusión de Villaverde del Río

La exuberancia de Cantillana es un referente para los artistas locales. La idiosincrasia del pueblo es la inspiración más directa desde su opulencia, manifestada en sus fiestas y hermandades. Esas son las fuentes de las que bebe Lucio Rodríguez, el joyero que a través de diseños propios y muy trabajados está siendo uno de los referentes en el ámbito cofrade. Sus obras, piezas con una identidad muy marcada, integran ya el ajuar de muchas imágenes.

Formado en Córdoba, Florencia y Sevilla, y especializado en orfebrería, su formación también abarca engastado, grabado o pulido. Por ello, como joyero su labor rememora a la de los antiguos plateros, artesanos que –como él– realizaban todo el proceso, desde el diseño hasta la culminación de la pieza.

El diseño y el dibujo siempre fueron su fuerte, reconoce. Sus inquietudes artísticas también lo han llevado a probar en otros campos de la artesanía cofrade, como el bordado. Sin embargo, fue la joyería el campo más idóneo para encauzar sus dotes artísticas. «Cantillana es un teatro barroco», y como tal, la joyería es la mejor manifestación para mostrar la máxima expresión de su creatividad y sus fuentes en el preciosista y delicado trabajo de los metales.

Inspirado en el barroco, explora otras corrientes artísticas como el art noveau o el art decó. Ello le lleva a crear unos diseños reconocibles y con un sello propio, donde combina los volúmenes con las líneas rectas y las formas lisas, con un cuidadoso trabajo del metal y su plena conjugación con pedrería y aplicaciones. Un valor añadido para la joyería, incrementado por «ser más atrevido en el diseño», evitando repetir esquemas.

Como cofrade, entiende a la perfección los gustos y los estilos de las hermandades. Su característica forma de trabajar –«hago joyería pero fusionándola con orfebrería»– le ha hecho ganarse un hueco como el joyero de las hermandades. Muchas son las que recurren a él buscando piezas únicas. «Normalmente las hermandades llegan con los trabajos muy estudiados, vienen con idea clara, sabiendo mi estilo y mi presentación. Profundizo y le saco jugo a lo que quieren». Y en esta faceta sobre todo disfruta «con los que apuestan por el artista, que no ponen límites. Es ahí donde puedo explayarme y sacar lo mejor de la pieza».

Así, cuentan con joyas y diseños suyos la Macarena, la Virgen de la Salud de San Gonzalo, la de Montserrat o la Esperanza de la Trinidad, por citar algunas. Pero sus trabajos cofrades han llegado hasta Tenerife, Tarragona o Ciudad Real, donde la Virgen de la Salud luce un broche en agradecimiento por un trasplante. Las devociones de su pueblo –Pastora, Soledad, Caridad y Asunción– también poseen diversas piezas salidas de sus manos. La última de sus joyas que ha desfilado por Sevilla ha sido un broche que el Cautivo de Torreblanca portó en el pasado viacrucis.

Pero no solo realiza trabajos para el ámbito cofrade. Las romeras pastoreñas y las reinas asuncionistas han llevado joyas salidas de su taller. Reinas de las fiestas de muchos pueblos, la Estrella de la ilusión de Villaverde del Río y la de Sevilla, artistas, reinas de las fiestas... Muchas mujeres recurren a Rodríguez para crear aderezos únicos para lucir la mantilla en Semana Santa o para momentos especiales. Y sobre todo novias.

Porque desde sus inicios «hice una apuesta fuerte por recuperar tiaras y coronas para novias. Hoy en día nos las encargan con bastante asiduidad, se han puesto de moda, y realizamos muchos trabajos así», explica.

En todos los casos «observo a la persona o a la hermandad para acercarme a su estilo. Luego hago un estudio en profundidad, con una entrevista, para hacer el diseño lo más acertado posible». Buscando siempre que el cliente tenga la joya que ha soñado. Incluso a costa de sus beneficios: «Prefiero la satisfacción de ver una joya lucida por una persona o por una imagen que llenándome la cartera. Y no me duele, porque me gusta tanto el oficio que es así como lo disfruto».

El Toisón –condecoración de joyería suntuaria– es el nombre de la tienda y taller que regenta en la calle Javier Lasso de la Vega, en Sevilla. En ella, junto a Facebook e Instagram, tiene el mejor escaparate para su producción.

Entre sus proyectos se encuentra elaborar una corona. Recogiendo el testigo de las prestigiosas joyerías que en el pasado elaboraron las preseas más destacadas, se plantea crear una «en mi estilo, sin directrices, dando libertad al diseño». Con ello, como con todo su trabajo, «pretendo hacer un arte diferente a lo que hay, con sabor y personalidad. Crear un sello propio».

Sus joyas también han desfilado en certámenes de moda como SIMOF o We Love Flamenco. Incluso sus piezas han servido de atrezo en la serie La Peste. Premiado en 2015 con la medalla de oro por prestigio profesional por el Foro Europa 2001, el mejor galardón es sin duda el que recibe con el reconocimiento de sus piezas, tanto por particulares como por el mundo cofrade. Toda una apuesta por el diseño y los nuevos aires en la joyería tradicional.