El pastel que (casi) nadie quiere pero todos cocinaron

Llegan unas cuentas que todos miran de perfil, pero aportan: Cs en patrimonio, IU en bici, Participa en accesibilidad y PP en rebajas fiscales

Iñaki Alonso @alonsopons /
14 feb 2018 / 23:44 h - Actualizado: 15 feb 2018 / 09:26 h.
"Ayuntamiento de Sevilla","Presupuestos","Las cuentas municipales de 2018","Juan Espadas"
  • El alcalde, Juan Espadas, conversa con su número 2, Antonio Muñoz, durante el pleno de presupuestos. / Manuel Gómez
    El alcalde, Juan Espadas, conversa con su número 2, Antonio Muñoz, durante el pleno de presupuestos. / Manuel Gómez

Casi nadie dice abiertamente que le enamore –en Plaza Nueva no estaban para mucho San Valentín–, pero la tarta presupuestaria que el alcalde de Sevilla, Juan Espadas, ha cocinado para 2018 incorpora ingredientes de todo color político. Todo en amor y compaña, en «esa izquierda centrada» de la que presumió el regidor, exultante tras culminar, no sin escollos, su enésimo ejercicio de malabarismo político. Casi todos le hacen ascos al dulce, pero o bien lo apoyaron ayer en el pleno sin ser, a su gusto, la panacea –caso del PP– o bien votaron en contra pese a que la base del pastel tiene muchas de sus aportaciones, como le pasa a IU y sobre todo de Participa, que está escarmentada de la abstención concedida hace un año.

Tras dos meses y medio de cocción –el proyecto se presentó el 4 de diciembre–, el gobierno socialista dispone sus cuentas para resolver el gran hándicap de su mandato, tan cuestionado por agentes sociales y económicos, como es la escasa ejecución. Pero, tras tanto debate –a veces inocuo–, ¿qué aporta estas cuentas en el día a día?

El gobierno local tiene su dibujo de adonde va el dinero de 2018 con nombre y apellidos y con prioridad en «lo social», según reivindican desde la bancada socialista. La aprobación provisional valida, de hecho, 71,8 millones en políticas sociales, donde figuran 5,4 millones para ayudas al alquiler, pago de suministro eléctrico o recibidos de la hipoteca; 2,5 millones en medidas sociales a través de entidades; 6,5 millones en políticas para personas sin hogar o partidas específicas para la lucha contra el VIH, la población gitana o los refugiados, que se han incrementado a través de enmiendas presentadas y aprobadas tanto por Participa Sevilla como IU.

Así, se desbloquea una partida de 11 millones en inversión en los distritos, donde se incluye el proyecto verde de la avenida del Greco, la reforma integral de Torneo y del paseo Juan Carlos I y las actuaciones contra el ruido tan demandadas por los vecinos de Pino Montano en la Ronda Urbana Norte. Por su parte, se contempla algo más de tres millones en inversiones en patrimonio. Una apuesta en la que Ciudadanos, el primer y único aliado claro de Espadas –no en vano, alcanzaron un acuerdo presupuestario hace dos meses– tiene mucho que ver. El espacio Santa Clara, la muralla de la Macarena, la torre de Don Fadrique, la fábrica de Artillería, la Casa Bellver –en Fabiola–, la Casa Cernuda o la casa palacio del Pumarejo figuran en ese lavado de cara proyectado para este 2018. Y, en esa apuesta a medio camino entre los histórico y lo cultural, los 2,9 millones de euros que, ahora sí, se pueden gastar en el desarrollo de los fastos del Año Murillo.

Zambullidos en el presupuesto, resaltan los seis millones en mejoras de los centros educativos, un caballo de batalla política desde el arranque de este mandato. Hasta 60 colegios se beneficiarán de un plan donde figuran desde el pabellón multiusos en el CEIP Arrayanes y la sustitución de carpinterías en 12 colegios como medida de climatización –aumentado con el pacto con Cs– hasta actuaciones específicar en Jacaranda, Alfares, San José de Calasanz, Santa Clara, Lope de Rueda, María Zambrano, Valeriano Bécquer y un extenso etcétera, en el que no falta el proyecto de una escuela infantil municipal que reclamó vía enmienda Participa Sevilla.

A todo ello, también se une una reactivación de la política de vivienda a través de Emvisesa, que llevaba años en estado de hibernación. Por un lado, se retoma la ampliación del parque público, con seis millones para programas de alquiler de viviendas vacías, de construcción de viviendas y de ayudas directas al alquiler. Además, se encauzará la rehabilitación de las viviendas de Los Pajaritos, Parque Alcosa y La Bachillera, así como el arreglo de los castilletes de La Barzola.

Lo que no ha cambiado en este tiempo de tiranteces políticas es el dinero que se destinará a los fondos europeos para los distritos Macarena y Norte: 14 millones que irán al inicio de la reforma de las naves de Renfe y el monasterio de San Jerónimo o para eliminar el núcleo chabolista del Vacie.

¿Dónde están las aportaciones gruesas de los grupos? Cs, además de su apuesta patrimonial, se sube al carro de la movilidad, con el BTR a Sevilla Este y las líneas exprés a Pino Montano y Bermejales, un plan de aparcamientos en barrios (Marqués de Paradas, Torneo, Bami, Bellavista y Nervión) y la gratuidad a los menores de 12 años en Tussam –que comparte con Participa–. De su mano –aunque es medalla compartida con el gobierno– es el dinero para parques empresariales.

IU, de su parte, ha enriquecido la apuesta por la bicicleta, con la ejecución de un plan director con más de un millón, con la ampliación de la red, la conservación de los carriles, la instalación de aparcabicis, programas de prioridad a ciclistas y peatones en el casco histórico, campañas de fomento de la bicicleta y nuevas iniciativas como una bici estación en San Bernardo.

Antes, y como compromiso con la izquierda, el PSOE ya había trazado un plan de memoria histórica que al final amplió a 340.000 euros y que contempla, como medida estrella, la exhumación de Pico Reja y la localización del resto de fosas del cementerio.

Participa incorpora enmiendas que han engordado la apuesta por la accesibilidad, que dispone de cuatro millones. Ahí se incluye la instalación de ascensores, ayudas a la accesibilidad en comercios, un plan específico en colegios, la adecuación de paradas de Tussam y la redacción de un plan municipal de accesibilidad.

El pacto, quizás el más complejo del mandato, va más allá de 2018. Ciudadanos arañó una rebaja fiscal de otro 3 por ciento del IBI en 2019, que se agrandará a un 5 por ciento tras el último acuerdo extrapresupuestario del PP. Con ellos se ha cerrado una rebaja fiscal en el impuesto de Construcciones o la Plusvalía y acuerdos para incluir la venta de al Gavidia en el presupuesto de 2019. Los populares también han arañado que, en el pleno, se apruebe una comisión técnica para el desarrollo de las líneas del Metro y una reclamación a la Junta para que abone 14 millones adicionales de la Patrica.