El PSOE de Los Palacios: empezar de cero cuatro décadas después

El municipio, que fue gobernado por los socialistas con mayoría absoluta durante un cuarto de siglo, se queda sin representación en el pleno

Álvaro Romero @aromerobernal1 /
22 ene 2018 / 22:38 h - Actualizado: 23 ene 2018 / 08:39 h.
"PSOE"
  • Los exediles socialistas Belén Gayango, Juan M. Curado y Almudena Rivera, en una imagen reciente. / El Correo
    Los exediles socialistas Belén Gayango, Juan M. Curado y Almudena Rivera, en una imagen reciente. / El Correo

El PSOE no tiene, desde ayer, representación plenaria en Los Palacios y Villafranca, después de que sus tres concejales registraran en Secretaría una solicitud para pasar al grupo de concejales no adscritos, haberse dado de baja del partido y comenzar así a «representarnos a nosotros mismos», como ha señalado sin ambages la ya exportavoz socialista, Belén Gayango. Es el único pueblo en el que el PSOE se ha borrado del mapa de la corporación.

El PSOE lo llegó a ser todo en Los Palacios y Villafranca: no solo el mayor granero de votos –proporcionalmente hablando– de la provincia, con tres alcaldes consecutivos que consiguieron mayorías absolutas de hasta 14 ediles de los 21 de la corporación –uno de los cuales, Emilio Amuedo, medró desde el sillón de la Alcaldía hasta el Congreso de los Diputados–, sino el controlador de facto incluso de la empresa Idelpa (dedicada a la promoción de viviendas públicas, con un 97,5 por ciento de capital municipal) que con la llegada de la crisis quebró y cuyos estragos colean estos días en los juzgados. Más aún, su último alcalde, Antonio Maestre (2004-2011), presidió su Ayuntamiento con la holgura propia de un rodillo en años de bonanza.

Pero, llegada la cresta de la crisis, en 2011, y las elecciones municipales, el todavía alcalde socialista dejó para la historia una frase que anunciaba, en plena noche electoral, la crónica de una muerte anunciada: «No me salen las cuentas». En principio, se refería a los siete ediles y a los casi 5.000 votos que acababan de perder, como consecuencia de lo cual –y gracias a la enemistad de PSOE y PP, que quedaron empatados a seis concejales– llegó a la Alcaldía, en minoría, el aún alcalde palaciego, Juan Manuel Valle (IU), que renovó el mandato en 2015 con mayoría absoluta mientras el PSOE, que había buscado candidatos hasta debajo de las piedras, veía cómo su candidata, Belén Gayango, había dejado en la mitad la representación socialista en el pleno: de seis a únicamente tres ediles.

En verano de aquel año, un desaparecido Antonio Maestre intentó imponer como nuevo secretario general de su agrupación a Joaquín Bornes, pero solo unos días antes de las elecciones apareció un desconocido Juan Diego Valverde, recién militante también, y le ganó al candidato oficialista por solo dos votos. De modo que el PSOE tuvo una asamblea renovada y un grupo municipal (y toda una lista a continuación) que se llevaban al matar.

La Casa del Pueblo, arruinada y con serios problemas para pagar la luz y el agua, focalizó inmediatamente la asignación de 2.000 euros que el Ayuntamiento pagaba a su grupo, pero los tres concejales, Belén Gayango, Almudena Rivera y Juan Manuel Curado, se negaron en redondo a pasar ni un solo euro, amparados en que la Ley de Financiación de Partidos prohíbe desde 2012 que tales asignaciones sirvan para financiar formaciones políticas. Valverde, y hasta el PSOE a nivel provincial, les sugirieron la fórmula que aplican los demás: un convenio de asesoramiento por el que los ediles se quedan con sus dietas y ceden el resto al partido. Pero no hubo manera.

Los concejales, nombrados personas no gratas en una asamblea del año pasado, mantuvieron el pulso y denunciaron públicamente, como han hecho hasta el final, «el trato vejatorio y las calumnias». Gayango, que llegó a denunciar por ello a Valverde en el cuartel de la Guardia Civil en mayo del año pasado, ha insistido en que «los fondos están en la cuenta, y todo está justificado» y en que «tenemos nuestros empleos y no tenemos más aspiraciones políticas». «En el PSOE te quitan de en medio en cuanto eres un poco crítica», ha dicho, defraudada por el caso omiso que le ha hecho el partido a todos los niveles tras la reunión del pasado verano en que ambas partes pusieron sus posturas sobre la mesa. Valverde, por su parte, señala que, al margen del dinero, el problema de fondo era que no se coordinaban ni se atenían a las directrices de la dirección.

Ahora, tras el adiós de los tres ediles, en el PSOE provincial se atreven a apoyar claramente a Valverde: «Juan Diego es un hombre del aparato y hemos estado siempre con él», decían ayer fuentes cercanas al secretario provincial de Organización, José Muñoz. «Lo que ha ocurrido ha sido poner fin a un período de enfrentamientos a nivel local y ahora lo que hace falta es trabajar de cara a las elecciones de 2019», añadió Muñoz, «Ya sabíamos que iban a irse al grupo no adscrito, lo estábamos esperando».

Valverde, más concreto, no habla del fin de un período de enfrentamientos, sino «del fin de la era Maestre». «Ahora por fin podemos trabajar sin el lastre de esos tres ediles, encarar este año el 40 aniversario de nuestra agrupación y trabajar con los ciudadanos, como lo venimos haciendo, de cara las municipales del año que viene», ha señalado. Hasta el propio secretario de Organización del PSOE andaluz, Juan Cornejo, ha terciado para decir, con toda la intención, que los tres ediles que se marchan «son libres» para ello.

De momento, con el camino despejado en su propio partido, aunque fuera del pleno municipal, Valverde ha recibido los primeros dardos del partido del alcalde, IU, que ayer pedía explicaciones al PSOE andaluz por el presunto «enchufismo descarado» practicado con Valverde, flamante secretario de Turismo del provincial que ha sido contratado como asesor del Consejero de Turismo, Francisco Javier Fernández