-
El promotor de la nueva ginebra, Antonio Fernández, muestra un estuche con su creación. / M.M. -
Detalle de la ginebra y el aceite comercializados por Enoro. / M.M.
La fiebre por la ginebra sigue dejando productos sorprendentes que hacen las delicias de los paladares más exigentes. Un paso más en este mercado lo ha dado la empresa arahalense Enoro, dedicada a la producción de aceite de oliva virgen extra, quien ha decidido innovar en el campo de las bebidas espirituosas con un producto sabor 100 por cien de Arahal: una ginebra con esencia de cata de aceite de oliva, cuyo sorbo recuerda al olivar.
El encargado de esta aventura ha sido el maestro de almazara en la empresa familiar, Antonio Fernández, a quien desde hace tres años le rondaba por la cabeza esta combinación mágica. Aunque en un principio los comienzos fueron más tímidos, hace un año inició el proyecto, que era presentado en Madrid hace tan solo una semana.
Este joven arahalense, que reconoce que no ser un gran bebedor, comenzó a realizar pruebas hasta dar con la receta de Gin Oro. Cuenta que su idea «era relacionar el producto con el aceite, algo que era imposible por densidad. Comenzamos entonces a hacer pruebas hasta dar con esta ginebra con toques de aroma de aceite de oliva». Después de algunos errores, llegó el acierto a través esta ginebra bautizada como Gin Oro, tal y como se le define al aceite: oro líquido de la tierra.
Este joven emprendedor describe la bebida como muy afrutada, con aromas que «recuerdan a los mismos que nuestro aceite: toques frescos, a tomillo y hierba». Un producto que evoca al entorno rural, con referencia a Arahal. Para enlazar la bebida con sus aceites, tanto la botella como el packaging –diseño del también arahalense Alfonso Pereira– se asocian con de ramas de olivo y los colores cálidos y dorados, además del verde, referencia de sus raíces.
El maestro catador explica que está orientada a «un público polivalente, funciona muy bien acompañada con toques cítricos y también en copa seca». Además, Fernández está trabajando en el acompañamiento perfecto de esta bebida que también será con tintes de la localidad y vinculado al campo andaluz.
Un proyecto con miras no solo a la comarca, sino que con pretende salir fuera de sus fronteras. De hecho, la familia de Enoro se ha asociado con Alessandro Lequio, hijo de Ana Obregón, en este ambicioso proyecto, gracias a una vinculación que se remonta a hace años.
El patriarca de la familia tenía relación comercial con personas procedentes de Italia a quienes, más de una vez, les hizo llegar las exquisiteces de la zona. De hecho, desde pequeño Antonio recuerda escuchar constantemente en casa el nombre de Torlonia aunque sin prestarle mucha atención. Fue un día, por casualidad, al escuchar la relación de Torlonia con la famosa familia lo que le hizo picar la curiosidad de Fernández, quien entró en contacto con ellos. Surgió de ahí una relación que finalmente los ha hecho asociarse en este proyecto con Alessandro Lequio, quien no dudó en unirse al mismo cuando le fue presentado.
Aunque la producción, de momento, ha sido pequeña con solo 5.000 botellas, el éxito tras el lanzamiento les hace confiar en su bebida ya que «a pesar de que el mercado es difícil, podemos tener un hueco con este producto diferente».
Su puesta de largo fue la pasada semana en Madrid aunque se realizarán presentaciones también en Sevilla para dar a conocer este producto con aromas tan vinculados a esta provincia.
Si hasta el momento había paté de aceitunas e incluso helado de aceite de oliva, esta ginebra viene a dar una vuelta de tuerca al gran producto de esta tierra. La Campiña sevillana es conocida por ser tierra de olivares y las nuevas generaciones demuestran que el sector está en auge si, con una pequeña vuelta de tuerca, se sacan productos con los que se puede innovar. Esta ginebra abre nuevos caminos a la empresa Enoro que, más allá de su aceite pretenden seguir, con una frase motivadora que les da suerte a sus socios: «palante y a contramano».