Seis alumnos del Instituto de Educación Secundaria (IES) La Campiña de Arahal han creado una aplicación informática para tablet, móvil y ordenador, que podría suponer un importante avance para los pacientes con Alzheimer, quienes requieren un importante esfuerzo para retrasar los efectos que provoca la enfermedad.

Fue el profesor de informática Carlos Ríos quien planteó a sus estudiantes de primero trabajar en un proyecto para presentarlo a Desafío Emprende, un concurso de ideas innovadoras convocado por La Caixa, a nivel nacional, para estudiantes de diferentes niveles educativos. Muchas manos se alzaron para participar pero solo seis terminaron quedándose a trabajar, por la implicación y el esfuerzo requerido fuera de las horas lectivas. Finalmente, el grupo de trabajo compuesto por José Ángel Atoche, Francisco Javier Avilés, Pedro Cortés, Sergio Muñoz, Jesús Rodríguez y Jesús Rosa se puso manos a la obra con este interesante trabajo.

En un principio, comenzaron a plantear diferentes ideas, «algunas disparatadas y otras interesantes», recuerda Carlos. «Tras darle muchas vueltas, decidimos quedarnos con tres o cuatro, y una de ellas era hacer algún tipo de juego que además fuera útil y ayudara a algún colectivo de la sociedad», apostilla. Tras barajar varias opciones, algunos alumnos comentaron –por experiencia familiar– los problemas de las personas con Alzheimer. Se encendía así la bombilla de este equipo que vio claro crear un asistente para ayudar a estos pacientes. José Ángel Atoche explica que en su familia «hay algunos enfermos» y pensaron que podían «ayudar con la aplicación».

Una vez acotado el tema y con la confianza en el proyecto, durante dos semanas trabajaron duro en la documentación, preguntando en diferentes asociaciones sobre la mejor forma a la hora de proceder. Sergio, el más mayor del grupo, se documentó en Los Palacios y Villafranca con una psicóloga que le fue explicando cuáles serían los mejores contenidos que tendrían que trabajar. También acudieron a una asociación de La Puebla de Cazalla, desde donde buscaron algunos parámetros fundamentales de esta aplicación: las imágenes reales, colores cálidos, preguntas y respuestas adecuadas así como juegos sin tiempo límite para que estos enfermos no se frustren. Todo pensado al milímetro en las últimas semanas. De hecho, durante un mes han estado mañana y tarde programando, «a pesar de no tener conocimientos de programación», explica Francisco, quien apunta que han tenido que «aprender sobre la marcha».

Así nacía Alsi –Asistente Lúdico Social Inteligente- que permite formular preguntas al usuario y va guardando sus respuestas. Preguntas que después irá haciendo de forma aleatoria mientras el paciente va jugando a los juegos. Las preguntas, así como la forma de plantear las respuestas, han sido proporcionadas por las asociaciones, siendo adecuadas y beneficiosas para el entrenamiento mental de los pacientes.

Los juegos, explican los ilusionados alumnos, están divididos en cinco categorías: cálculo mental, relación de conceptos, memoria retentiva, resolución de puzles memorísticos y funciones ejecutivas, con tres niveles de dificultad, con el fin de «adaptarse a los diferentes grados de la enfermedad». De esta manera, lo que los enfermos trabajan diariamente en las asociaciones, pueden ejercitarlo en casa para frenar los avances de la enfermedad del olvido.

La implicación y el esfuerzo ha sorprendido al profesor, quien no había trabajado antes en ningún desarrollo para este tipo de concursos puesto que «solo pueden participar los alumnos de primero y no había dado clases a este alumnado anteriormente». Y, aunque la aplicación no ayudará a subir nota ni contabiliza para ninguna asignatura, no dudan en afirmar que «lo aprendido vale más que tres asignaturas».

El objetivo de estos estudiantes es seguir luchando por esta idea y ser uno de los 35 de toda España que pelee por seguir desarrollando Alsi, así como luchar por viajar a Silicon Valley, cuna de las nuevas tecnologías. Su mayor aliado es una buena idea con un fin social.