Casi siete décadas después, Francisco Franco es expulsado definitivamente de la Alcaldía de Almadén de la Plata. El Gobierno local convocó un Pleno extraordinario con un único punto sobre la mesa de debate: el de despojar al dictador del título de alcalde honorario del municipio, cargo que ostentaba desde el 10 de agosto de 1946. Hace 69 años.

La propuesta salió adelante con los votos a favor de los ediles del PSOE (cinco) y la agrupación de electores Unidos por Almadén (dos). Los dos concejales del PP, por su parte, se ausentaron de la sesión, que se convocó con tres días de antelación, el pasado 10 de agosto. El escrito de Alcaldía aprobado en el Pleno constaba de dos puntos, según indicaron desde el Grupo de Trabajo Recuperando la Memoria Histórica de Andalucía de la CGT. El primero se centraba en una condena pública «al golpe militar y la dictadura franquista» por las «terribles consecuencias de la Guerra Civil y los largos años de dictadura», mientras que el segundo decretaba la retirada «del título de alcalde honorario de Almadén de la Plata a Francisco Franco Bahamonde, que le fue concedido mediante acuerdo de 10 de agosto de 1946». A esto se unía también una introducción que aludía a «las más de 14.000 víctimas documentadas» en la provincia de Sevilla, la labor de las instituciones memorialista por «dignificar» a estas víctimas y, por último, a la labor emprendida por anteriores Gobiernos socialistas sobre este asunto.

Lo que no se citó es el origen de esta petición, que vino de un vecino de Almadén de la Plata. Armando Cáceres depositó el 3 de agosto en el registro municipal una petición a los tres grupos políticos de la corporación para la convocatoria de un pleno extraordinario «al que pudiera asistir el mayor número de vecinos y debidamente publicitado» para proceder a la «anulación de la concesión de alcalde honorario al dictador Francisco Franco» y «se hiciera justicia» en el pueblo «69 años después». Cáceres adjuntaba en su solicitud copia del documento en el que se certificaba que Franco recibió tal distinción.

La CGT, basándose en el libro Las víctimas de la represión militar en la provincia de Sevilla de José María García Márquez, contabiliza decenas de asesinados (17 por Bando de Guerra, uno ejecutado por Consejo de Guerra, siete muertos y en paradero desconocido, cinco muertos en prisión o al salir de ella) y otros represaliados.