Fumar en cachimba es el primer paso para comenzar a consumir drogas

105 menores iniciaron en 2015 tratamiento de desintoxicación en centros de la Diputación

06 mar 2016 / 18:33 h - Actualizado: 08 mar 2016 / 11:58 h.
"Consumo de alcohol","Diputación de Sevilla","Drogas"
  • Unos jóvenes fumando en cachimba en el interior de un bar. / El Correo
    Unos jóvenes fumando en cachimba en el interior de un bar. / El Correo

El consumo de droga sigue siendo un problema grave en la sociedad actual. Solo el año pasado 14.206 personas estuvieron en contacto con alguno de los 26 centros de tratamiento ambulatorio que están coordinados por la Unidad de Gestión y Planificación del Centro Provincial de Drogodependencias de la Diputación. De ellos, 4.339 iniciaron su tratamiento, pero lo que es aún más preocupante es que en esta fría cifra están incluidos 105 menores que ya padecen algún tipo de adicción por la que necesitan ser atendidos.

Ante el número de niños que precisan tratamiento, desde el área de Cohesión Social de la corporación provincial se lanza un aviso: fumar cachimba o pipa de agua es una vía de entrada precoz al consumo de drogas como tabaco, hachís, marihuana o incluso alcohol, puesto que las llenan con algún tipo de licor.

Los expertos afirman que la mayoría de las pastillas de sabores que se utilizan contienen tabaco. Pero van más allá. Advierten de que las que no tienen nicotina sí llevan incluidos otros productos nocivos del tabaco. A todo ello añaden que no se debe olvidar que lo que se quema es un trozo de carbón.

El problema con el que se topan los especialistas en drogadicción es que hay un vacío legal, que permite fumar en pipas de agua en el interior de lugares públicos, unos establecimientos que se están expandiendo con mucha velocidad.

De hecho, según fuentes de la Diputación, tres municipios de la provincia ya se han dirigido al área de Cohesión Social de la Diputación para solicitar asesoramiento de cómo regular el uso de cachimbas en bares y cafeterías.

Los expertos avisan también de que muchos padres han llegado a regalar pipas de agua a sus hijos creyendo que no son nocivas para la salud, por lo que recalcan el peligro que pueden suponer para iniciar a los niños en el consumo de drogas.

A pesar de que este año el número de menores que han iniciado tratamiento asciende a 105, es una cifra menor a la de años anteriores. En 2104 fueron 127; en 2013, 162; y en 2012, 131. Hay que remontarse hasta 2011 para que la cifra no llegue a los tres dígitos. En ese año acudieron para ser atendidos 96 niños.

Según los datos que maneja la Diputación, más del 80 por ciento de los menores que reciben tratamiento es debido al consumo de cannabis. Desde el área de Cohesión Social se aclara que el consumo de esta sustancia repercute de forma muy negativa en el rendimiento escolar. También indican que muchos acuden para recibir atención debido a que han sido multados por la policía, unas sanciones que se pueden anular si estos chicos reciben un tratamiento de desintoxicación.

Respecto a personas adultas, el año pasado 14.206 tuvieron contacto con algún centro de atención a la drogodependencia de la Diputación y de ellas 4.339 iniciaron tratamiento. En 2014, el número de consumidores que estuvo en contacto con alguno de estos centros provinciales fue algo menor que el año pasado, no llegaron a los 14.000, la cifra se quedó en 13.780, aunque las personas que iniciaron tratamiento sí fue levemente más elevada: 4.385.

Las sustancias que consumen los menores y los adultos difieren. El 81 por ciento de los niños consumen cannabis, mientras que entre los mayores de edad están más repartidas las adicciones. El 31 por ciento está en tratamiento por el alcohol, el 29 por ciento por cocaína, el 21 por ciento por opiáceos y el 12 por ciento por cannabis. Actualmente, es muy residual las personas que están en contacto con la heroína, suelen ser personas con una adicción antigua.