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Fumata blanca en la Navidad de Utrera

El Arzobispado integra a El Resucitado dentro de la iglesia y el colectivo inicia su proceso de conversión en hermandad

27 dic 2017 / 06:55 h - Actualizado: 27 dic 2017 / 09:14 h.
  • La procesión de la asociación de El Resucitado. / El Correo
    La procesión de la asociación de El Resucitado. / El Correo

El Arzobispado, a través de la Delegación Diocesana de Hermandades y Cofradías de la Archidiócesis de Sevilla, que dirige el canónigo Marcelino Manzano, ha alcanzado un acuerdo con la Asociación de El Resucitado de Utrera mediante el cual se integra a este colectivo dentro de la iglesia y se inicia su proceso de conversión en hermandad.

El acuerdo se alcanzó en las horas previas a la Navidad, en concreto, el sábado 23 de diciembre, en una reunión que se prolongó durante más dos horas en la parroquia de Santiago. En ella estuvieron presentes Manzano y el párroco de Santiago, Juan Luis Rubio, además de cerca de una decena de miembros de la junta directiva de El Resucitado. Con posterioridad, los asistentes a la reunión se desplazaron la sede del colectivo, donde visitaron las dos imágenes que venera, Jesús Resucitado y la Virgen de la Estrella, y el local habilitado como comedor social que gestiona esta organización. El acuerdo alcanzado permitirá, según explicó a este periódico Marcelino Manzano, en un tiempo aún no determinado convertirse en la que será la decimoprimera hermandad de la Semana Santa de Utrera y que realizará el decimocuarto recorrido procesional por las calles de ciudad. Según Manzano, se trata de un colectivo de «personas generosas, que tienen fe, que realizan una buena labor social, que tienen un proyecto muy interesante y que quieren estar dentro de la iglesia».

El acuerdo entre ambas partes ha puesto fin a cerca de siete años de un conflicto que se inició en febrero de 2011, cuando el entonces párroco de Santa María de la Mesa y vicario episcopal de la zona este de Sevilla, Diego Pérez Ojeda, anunció la «suspensión total» de la entonces Asociación Parroquial de El Resucitado, que tenía sede en la parroquia de San José. Dicha decisión dejó al colectivo fuera de la iglesia y este decidió continuar como asociación civil, realizando salidas procesionales el Domingo de Resurrección sin autorización eclesiástica.

La clave del acuerdo, que ha supuesto una especie de «fumata blanca en Navidad» entre ambas partes, ha estado en la labor mediadora del joven párroco de Santiago el Mayor, Juan Luis Rubio. Se trata de un sacerdote que se hizo cargo de la parroquia hace dos años y que en poco tiempo se ha ganado a la feligresía y ha conectado con todos los sectores de la sociedad utrerana, en especial con los más jóvenes. Tras materializarse el acuerdo, el párroco lo califica como «lógico, coherente y necesario».

La conversión de la Asociación Civil del Resucitado en una asociación de fieles ya se ha producido, y ya tiene su sede en la parroquia de Santiago, lugar donde se trasladará, probablemente en la segunda quincena de enero, la imagen de la Virgen de la Estrella que se encuentra ya bendecida. A partir de ahí, los pasos se irán dando de forma escalonada cumplimentado toda la reglamentación eclesiástica, esperándose que en la mayor brevedad de tiempo posible la asociación se transforme en nueva hermandad.

Los miembros del colectivo muestran su alegría porque «ya no somos hermandad civil, somos asociación de fieles». En este sentido, José Antonio López, presidente de El Resucitado, señala a este periódico que el acuerdo supone «ver la luz al final de túnel» y que «poquito a poquito con nuestro trabajo y el del sacerdote Juan Luis Rubio, se irán dando pasos hacia adelante». Igualmente, López manifiesta que «da igual si el próximo año nos quedamos sin salida procesional, haremos todo lo que se nos pida por parte del Arzobispado. Si tenemos que salir como hasta ahora o mediante otra fórmula, lo haremos, y si no tenemos que salir, no pasa nada, no lo haremos», afirma.

Por su parte, Dionisio Chuan, otro de los miembros destacados del colectivo, mostró su satisfacción por el acuerdo porque «se ha cumplido el objetivo al que queríamos llegar y ahora estamos ya dentro de la iglesia». Chuan asegura que «la iglesia ha tenido en cuenta todos nuestros años de lucha y todo lo que hemos hecho de labor social». Una de las facetas más conocidas de El Resucitado es su comedor social, un servicio gratuito que gestiona el colectivo y que, de forma ininterrumpida durante un lustro, ofrece una comida diaria a las familias necesitadas de la ciudad, unas 200 al día.