El pasado 17 de mayo tuvo lugar la inauguración de la exposición titulada “Horizontes”, con la obra del artista José Luis Panadero Albuquerque en la Sala Ateneo de la Asociación Cultural Nuevo Ateneo de Camas, comisariada por Teresa Díaz Sainz y organizada dentro del programa de actividades culturales que gestionan Loli Lobo y Paco Jara.
El acto contó con la asistencia de la Delegada de Cultura del Ayuntamiento de Camas, Dª Eva Pérez Ramos.
La pintura de José Luis Panadero es ante todo objeto. Se presenta alejada de cualquier intento de representar “algo”, su investigación ofrece resultados tridimensionales que son lo que son “pintura como objeto”. La pintura no acontece con el método convencional, pincelada a pincelada, mancha tras mancha, planos de color que se superponen a otros en una superficie plana con la intención de proyectar una escena ilusionista o abstracta.
Observada con atención, su pintura “es lo que es”, franjas paralelas de color intensificado por la brillantez que proporciona la transparencia del policarbonato. Tenemos color y sólo color frente a nosotros. La pintura, eso sí, muestra las señales que reflejan cómo ha sido construida: con una mezcla de intuición e inteligencia.
En palabras del propio artista “Indudablemente mi trabajo previo como arquitecto, está muy presente en el proceso de producción y en el resultado obtenido. Cuando tengo un proyecto entre manos (arquitectónico o artístico) cualquier imagen, acontecimiento, comentario, lectura,... de la vida cotidiana, TV, revistas, libros,... puede despertar en mí una nueva idea a desarrollar o el giro en otra dirección de la que estuviera vigente en ese momento. Me gusta trabajar en varias obras a la vez de manera que interaccionen entre sí. Minimalismo sobre todo. “Menos es mas” es el filtro por el que debe pasar todo antes de ser dado por bueno. Con multitud de referentes, tanto en arquitectura: Mies Van Der Rohe, Tadao Ando,... como en el arte: Paco Lara-Barranco, Sol LeWitt, Marta Minujín, Gene Davis, Barnett Newman, Morris Lewis, María Aranguren,... Pensamiento Taoista”.
La obra de José Luis es rigurosa, minimalista, exacta, contundente, pero a la vez es colorista, fresca, de una modernidad total, donde se aprecia claramente su formación previa como arquitecto al incorporar en su trabajos materiales del mundo de la construcción como soporte original en sus trabajos artisticos.
En José Luis se produce una convergencia única y genial de caminos.
Una hibridación cuyo resultado es único y novedoso, que de una manera versátil combina los postulados de artistas de la línea de Sol LeWitt, Carl André, Robert Morris, Richard Long, Richard Serra, Donald Judd, Dan Flavin o el arquitecto Tadao Ando, conceptuales, minimalistas, de obra medida, lineal, colorista, rigurosa, que no da lugar a la improvisación, donde prevalece la idea por encima del resultado, con el expresionismo y la espontaneidad de Jackson Pollock, Franz Kline, Mark Rothko, Willem de Kooning, Yves Klein, emocionales, donde sí dice mucho de su autor, y por tanto el resultado habla por sí sólo.
En ambas corrientes se aborda el plano espiritual e intangible, lo sublime, que nos lleva a algo más grande que nosotros, a algo que está por encima del propio ser humano.
Pero José Luis además nos acerca a la obra de artistas como Bruce Nauman o Félix González-Torres, porque su obra es cercana, colorista, que expresa las pulsiones, emociones y sentimientos del ser humano como individuo, nuestras experiencias vitales.
En definitiva, José Luis nos muestra su universo interior, y deja que seamos nosotros, con total libertad, los que le demos un significado, nuestro significado propio, de una manera completamente desprendida, como un verdadero acto de generosidad.