Jaque mate a los pelotazos

Los Palacios y Villafranca inaugura un ajedrez gigante en la plaza de España para visibilizar «un deporte intelectual», según su alcalde

Álvaro Romero @aromerobernal1 /
15 dic 2017 / 06:58 h - Actualizado: 15 dic 2017 / 06:58 h.
  • Dos niños juegan al ajedrez gigante palaciego, situado en la plaza de España. / Á.R.
    Dos niños juegan al ajedrez gigante palaciego, situado en la plaza de España. / Á.R.

Justo en el centro de Los Palacios y Villafranca, en su peatonalizada Plaza de España, y justo en el epicentro de la misma, más o menos por donde discurría hace varios siglos el llamado Arroyo de la Raya que separaba Villafranca de la Marisma de Los Palacios –hasta que se unieron en el verano de 1836–, se inauguró ayer tarde un gigantesco ajedrez, de unos seis metros cuadrados, para iniciar sosegadas partidas como si de un metafórico enfrentamiento entre las dos antiguas poblaciones se tratase, aunque los contrincantes vienen ya en son de paz. Los primeros jugadores fueron ayer algunos chicos de los que integran el Club de Ajedrez de la localidad, junto a su presidente, Vicente Landero, distinguido hace tan solo unos días, en la I Gala del Deporte organizada por el Ayuntamiento palaciego, con el premio a la Trayectoria y Dedicación al Deporte. Los jugadores amagaron una primera partida solo por probar cuánto pesaban las piezas, delante de algunas autoridades municipales, como el alcalde, Juan Manuel Valle (IU), y algunos de sus concejales, como el de Educación, Manuel Carvajal, o el de Cultura, Jesús Condán, que se mostraron «muy satisfechos por llevar a cabo un proyecto que teníamos desde hace tiempo y que por fin lo hemos podido hacer realidad junto al Club de Ajedrez de nuestro pueblo», según señaló el primer edil, que se confesó «amante de este deporte intelectual» y cuyos tableros gigantes «he visto en varias capitales europeas».

Desde luego quien estaba exultante era el propio Landero, consciente de la apuesta institucional por este deporte después del galardón de la semana pasada y de las abrillantadas baldosas negras y blancas que conforman el tablero gigante, que «aunque no sirva para aprender, sí van a servir para visibilizar un deporte del que siempre nos da la sensación de que está encerrado, oculto». Las piezas se guardarán en el Casino Cultural de la Plaza, «aunque estarán a disposición de cualquier persona responsable que quiera jugar un rato», según los responsables del club, «y desde luego los miércoles en horario de tarde», según adelantó Landero, pues martes y jueves continúan jugando en su sede habitual (en el antiguo colegio Andrés Bernáldez), por donde pasan semanalmente decenas de niños, muchos de los cuales se han convertido ya en adultos federados con un sonado éxito en los certámenes de todo el país a lo largo del año.

Landero, maestro de profesión, es hoy el alma del club, en sustitución del también maestro fallecido Domingo Román, y ve con agrado «cómo en muchos colegios e institutos del pueblo se ha generalizado la práctica del ajedrez, que es bueno también para combatir el Alzhéimer». Mientras lo refería, varios ancianos de los que suelen formar tertulia en la plaza sonreían desde lejos, seguramente satisfechos por que al menos el tablero ahuyente a los chiquillos que solían ocupar este mismo espacio para jugar al fútbol.