Jueves de motos y devoción en Cantillana

La hermandad de la Asunción organiza una concentración motera dentro de los actos de la Subida de la Virgen

13 sep 2017 / 22:32 h - Actualizado: 13 sep 2017 / 22:33 h.
"Cofradías","Religión","Motociclismo"
  • Ofrenda de flores en moto al simpecado celebrada el año pasado. / Hermandad de la Asunción
    Ofrenda de flores en moto al simpecado celebrada el año pasado. / Hermandad de la Asunción
  • La concentración de motos en la avenida de la Soledad. / Hermandad de la Asunción
    La concentración de motos en la avenida de la Soledad. / Hermandad de la Asunción

Uno de los actos que más llamativos resulta dentro del variado panorama festivo de Cantillana es el conocido popularmente como Jueves de Motos. En plena semana de la Subida de la Asunción, la hermandad organiza una gran concentración motera donde se combinan la devoción a la Virgen y los festejos en su honor con la pasión por las motocicletas y ciclomotores.

Unas esperadas fiestas populares donde los caballos, en esta tierra tan aficionada son por un día de dos ruedas.

Es habitual que en estos días previos las calles estén llenas de caballistas, paseando a lomos de sus animales. Pero hoy jueves se cambiarán caballos por motos para de igual modo recorrer y pasear por el pueblo aunque a lomos de sus corceles mecánicos.

La banda sonora de este día será sin duda el rugir de las motos y los tubos de escape. Aunque el epicentro de la fiesta se sitúa en la avenida de Nuestra Señora de la Soledad –la Calzá–, las motos tomarán las calles durante todo el día, en una jornada que se espera y se vive con mucha intensidad y que cumple ya 60 años.

Las primeras horas de la tarde irán reuniendo a los participantes en la Alameda. Desde allí, a las 20.00 horas, partirá el tradicional paseíllo, integrado por todos los moteros, poniendo sones a la comitiva la banda de música Nuestra Señora de los Ángeles, de Sevilla. El cortejo discurrirá hasta el Llano, la plaza pública que en los meses de verano rebosa vida y fiesta, donde hará su primera parada. Tendrá lugar entonces una original ofrenda floral al simpecado en moto. Un desfile ante las puertas del templo, donde los pasajeros que acompañan a los motoristas arrojarán flores a la insignia mariana, entronizada en las puertas de la ermita de San Bartolomé.

El itinerario motorizado continuará hasta la avenida de la Soledad, donde el circuito se encontrará acotado y señalizado, con las cintas colgadas esperando a los moteros más ágiles. Comenzarán entonces las esperadas carreras. Las cintas de colores, decoradas y con una argolla en su extremos, serán el preciado objeto por el que pugnarán en primer lugar los más pequeños, en las carreras infantiles.

Finalizadas estas, darán inicio las carreras de adultos. Habitualmente son los hombres los que conducen, mientras que las mujeres van sentadas detrás. Cada participante está identificado por un dorsal, siendo curioso que habitualmente lo exhiben las mujeres en la espalda. A ellas se les exige puntería y destreza, pues han de ensartar con un pequeño palo las argollas para arrancar las cintas de su soporte, mientras que ellos han de mostrar aplomo en la conducción. Todo el circuito está controlado y con especiales medidas de seguridad. Los participantes no llevan casco, pues la velocidad nunca excede de entre 30 y 40 kilómetros por hora. Fuera de este circuito es obligatorio llevarlo.

Por cientos se cuentan los asuncionistas que participan en este evento. En esta edición, casi 500 han sido los dorsales expedidos por la corporación, según señala su hermano mayor, Manuel Pérez. En las carreras participan además una amplia variedad de motos de distinto tipo y cilindrada. Vespas, vespinos, ciclomotores, scooters, Harleys e incluso motos como las que disputan las carreras los profesionales se reúnen, en pugna por conseguir las coloridas cintas acumulando vueltas en el circuito que configuran la citada Calzá, la carretera de Lora y la calle San Sebastián.

Aunque para participar en las carreras es necesario inscribirse en la hermandad y contar con los permisos y seguros necesarios para confirmar la legalidad y seguridad en el evento, muchos son los aficionados de los pueblos cercanos que aprovechan para quemar asfalto con sus dos ruedas y participar de esta gran concentración. Para evitar percances, ese día se extremarán en el pueblo las medidas de seguridad y las limitaciones, e incluso se establecerán controles de velocidad y de alcoholemia, para que ante todo prime el ambiente festivo y nada lo empañe.

Finalizadas las carreras, se procederá a la entrega de trofeos. Para conseguirlos, será necesario obtener al menos 2 o 3 cintas en un máximo de 3 vueltas. Un gran escenario a modo de puente sobre el circuito, con un destacado despliegue de sonido e iluminación, tomará protagonismo para continuar la velada. Música, ráfagas de humo y lluvia de papelillos celestes convertirán la avenida en la pista de un inmenso festival donde los asuncionistas disfrutan al máximo de este día festivo.

Los actos de esta semana continuarán con la convivencia en las casetas que la hermandad y los asuncionistas instalan en la Alameda. El viernes se celebrará la coronación de la Reina de la Subida en el Llano y una velada musical a su finalización. Nuevas carreras de cintas, esta vez a caballo, y el rosario por las calles del pueblo llenarán el sábado.

La procesión con el simpecado en carreta por el pueblo, en la mañana del domingo continuará la fiesta en la Alameda. Llegada la noche tendrá lugar el acto de Subida de Nuestra Señora de la Asunción a su altar, cerrándose así la jornada.