Una de cada cinco infracciones cometidas por menores es por violencia filio-parental, según se ha informado en la jornada ¿Justicia analógica, jóvenes digitales?, organizada por Meridianos y en la que los expertos han creado un espacio de debate y reflexión sobre «los nuevos retos a los que se enfrentan los actores de la justicia juvenil (jueces, fiscales, expertos, docentes, investigadores y profesionales del sector, entre otros) frente a las nuevas generaciones de jóvenes nativos digitales», según explica Luis Fábrica, presidente de Meridians International.
Estos expertos han manifestado que «el 25 por ciento de los niños menores de diez años ya tiene un móvil propio, una edad muy temprana a la que se exponen a peligrosos fenómenos como el grooming, sexting o cyberbullying, y con un riesgo del 21 por ciento de convertirse en adictos a las nuevas tecnologías».
Según afirmó la fiscal de menores Isabel Vázquez Berdugo, ponente en la mesa, «el 20 por ciento de los casos que nos llega, diariamente, a la Fiscalía de Sevilla, corresponde a violencia filio-parental». Asimismo, Vázquez apuntó que, según datos de la Fiscalía General del Estado, «el 73 por ciento de los acosadores son menores de Secundaria», mientras que «el 62 por ciento de los menores víctimas de acoso tiene entre 14 y 15 años».
Respecto a la actitud de la grandes empresas tecnológicas, como Facebook, para resolver este problema, Vázquez Berdugo afirmó que esta colaboración «es lenta pero buena; hay empresas que colaboran más que otras».
Los ponentes coincidieron en destacar «la falta de concienciación existente sobre el alcance de las redes sociales, así como la ausencia de legislación suficiente al respecto», subrayando la especial necesidad de realizar «una campaña de concienciación entre las familias».
Por su parte, la doctora europea en periodismo e investigadora en privacidad y redes sociales Amaya Noain Sánchez apuntó que dicha necesidad de formación y educación no sólo ha de consistir en una «capacitación técnica» o de adaptación legislativa, sino que ha de traducirse en «una campaña de alfabetización digital, desde edades tempranas y con especial incidencia entre los millenials y los migrantes digitales».