La anciana asesinada en La Rinconada murió asfixiada al aspirar amoniaco

La posición del GPS del móvil ubica a uno de los acusados en el municipio en el momento de los hechos

22 nov 2018 / 16:01 h - Actualizado: 22 nov 2018 / 16:18 h.
"Sucesos"
  • Audiencia Provincial de Sevilla.
    Audiencia Provincial de Sevilla.

La mujer de 90 años de edad que fue asesinada el 20 de noviembre de 2016 en su casa de La Rinconada (Sevilla), en el marco de un robo en su hogar y por lo que están siendo juzgados tres acusados en la Audiencia Provincial, murió por asfixia al inhalar el amoniaco que impregnaba el trapo usado por los ladrones para taparle la boca y los orificios nasales, sin ofrecer resistencia al ataque.

Así lo han corroborado este jueves los forenses que han declarado en el juicio con jurado popular que juzga desde la pasada semana a J.S.M.P., varón de 43 años y nacido en la República Dominicana, su pareja --J.M.A.B.--, de 33 años y nacionalidad nicaragüense, y B.D.M., de nacionalidad española y de 34 años, acusados asesinar a la mujer, quienes este miércoles negaron su participación en los hechos si bien los dos varones se inculparon mutuamente de forma indirecta.

Cabe recordar que en su escrito de conclusiones provisionales, la Fiscalía relata que, entre las 18,30 y las 20,00 horas del día 20 de noviembre de 2016, los acusados se dirigieron al domicilio de la víctima y llamaron al timbre, poniéndose frente a la puerta del inmueble la mujer encausada a fin de que la fallecida "la reconociera y le abriera, ya que no solía abrir a desconocidos", desconfianza que han corroborado este jueves dos agentes del Grupo de Homicidios de la Guardia Civil de Sevilla que llevaron la investigación desde el primer momento.

De este modo, y según señala la Fiscalía en su escrito, una vez que la víctima abrió la puerta, los acusados, "de forma sorpresiva, se abalanzaron sobre ella y, con el propósito de acabar con su vida", le colocaron una cinta americana y un trapo impregnado de amoniaco alrededor del cuello "con el que ejercieron una presión violenta sobre los orificios respiratorios, boca y cuello" de la mujer, lo que le provocó el fallecimiento por asfixia a la aspiración de amoniaco "combinada con la obstrucción de los orificios respiratorios".

La sesión de este jueves del juicio ha comenzado con la declaración de los dos agentes del Instituto Armado que participaron en la investigación desde el primer momento, señalando que desde el inicio centraron sus indagaciones en el entorno familiar y en las cuidadoras que habían trabajado con la víctima. "Teníamos claro que era alguien del entorno porque la víctima no abría a desconocidos" y la puerta no presentaba signos de haber sido forzada.

La investigación no dio frutos hasta casi un año después. En noviembre de 2017, tras recibir detectarse restos de ADN de B.D.M. en el timbre de la vivienda y en la cinta adhesiva usada para presionar el trapo con amoniaco, se procedió a la detención de este acusado, quien por entonces se encontraba en prisión por otros hechos.

Los agentes continuaron investigando a los amigos y familiares de B.D.M. y entre ellos se encontraba J.S.M.P., con quien existió un tráfico de llamadas los días previos al 20 de noviembre de 2016 así como el mismo día. Precisamente, el posicionamiento geográfico de los móviles de éstos lo sitúan el día antes en La Rinconada.

EL RECORRIDO DEL COCHE "COINCIDE" CON EL MOVIMIENTO DEL MÓVIL

Y el teléfono de B.D.M., según las señales de los repetidores, estuvo la tarde de los hechos en La Rinconada. En concreto, a las 18,00 horas del día 20 se sitúa el móvil en Sevilla, donde permanece hasta las 19,00, cuando recibe un "toque" del teléfono de J.S.M.P. A las 19,30 horas el GPS ubica el terminal en La Rinconada, para posteriormente situarlo en la carretera de Mérida, en La Algaba, volviendo al mismo punto de Sevilla. Por su parte, el teléfono de J.S.M.P., tras el toque a B.D.M., no ofrece conexión alguna durante dos horas, como "si se hubiese desconectado".

De forma paralela, la Guardia Civil, a través de los detectores de matrículas, ubica el coche de J.S.M.P. en el puente del Alamillo de la capital andaluza a las 18,30 horas en dirección Sevilla y en el mismo puente y misma dirección a las 20,00 horas, "volviendo a entrar en Sevilla, siendo coincidente con el movimiento del móvil de B.D.M.".

Con respecto a J.M.A.B., la pareja de J.S.M.P., han señalado los agentes que llegan hasta ella por el tráfico de llamadas con B.D.M. los días previos a los hechos y porque la familia de la víctima confirmó que había sido cuidadora de la mujer durante "unas dos semanas".

De otro lado, han confirmado que la expareja de B.D.M., que declaró como testigo este miércoles, durante su interrogación narró que en diciembre de 2016 se fueron a vivir a El Pedroso y un día que "vino de borrachera" le contó que "habían robado a una anciana que tenía dinero, donde trabajaba J.M.A.B. y que se le había ido de las manos". Según los agentes, al día siguiente le dijo que "se olvidará" de todo lo que le había contado porque "eran peligrosos", señalándole que en los hechos habían participado "J.S.M.P., su pareja, la acusada J.M.A.B., y otra persona".

Posteriormente ha declarado una amiga de J.M.A.B., quien ha señalado que el día de los hechos la acusada estuvo en su casa en Pino Montano desde "las 19,15 y 19,30 horas hasta las 21,30 horas" y después de cenar se marchó. Además, ha declarado que, tras conocer "el problema" en el que estaba metido la encausada, el abogado de ésta se puso en contacto con ella para que testificara.

Un varón, amigo "íntimo" de J.S.M.P., ha testificado este jueves, señalando que se vieron cinco minutos en la estación de metro de Cavaleri en Mairena del Aljarafe "entre las 18,30 y 19,00 horas", diciéndole el acusado que "venía de la Macarena", si bien en fase de instrucción declaró que fue "entre las 18,00 y 18,30 horas", según ha recordado la acusación. Ha reconocido que fue el propio acusado quien le recordó "un mes antes de caer preso" que el día 20 de noviembre de 2016 se encontraron.

Durante la prueba pericial, la agente de la Guardia Civil encargada de la misma ha señalado que se detectaron restos de ADN de B.D.M. en el timbre y en la cinta americana, donde también hay de la víctima, siendo el porcentaje de fiabilidad y acierto "altísimo".

Por último, los forenses han asegurado que la muerte fue "violenta" y "homicida", descartando que fuese "accidental o suicida". A causa de la inhalación del amoniaco usado para impregnar el trapo con el que taparon los orificios nasales y boca de la víctima, la mujer presentaba edemas y lesiones, "por congestión, en bronquios y pulmones", aunque no han podido precisar el tiempo que transcurrió desde el cuadro lesivo y los efectos, pero fue "poco tiempo".

"LESIONES Y ABRASIONES"

Han descartado lesiones de defensa, ya que por su "poca envergadura y constitución débil" no ofreció resistencia. "No fue una muerte repentina", han asegurado, añadiendo que el amoniaco puede producir "fuertes quemaduras bronquiopulmonares".

De otro lado, se ha leído, como prueba preconstituida, la declaración del médico forense que realizó el levantamiento del cadáver de la mujer, que se encontraba tendido en el suelo del recibidor, "con una cinta americana no apretada en el cuello, con lesiones en la boca, en mandíbula y cuello, abrasiones".

Junto a la mujer había un trapo que desprendía "un fuerte olor a amoniaco", usado para tapar la boca y fosas nasales. El forense recogió que fue "muerte por asfixia", apuntando que la Guardia Civil recogió "una perla que no era de la anciana y una botella con amoniaco".

Tras la prueba documental, las partes han elevado a definitiva sus conclusiones. La Fiscalía reclama 20 años de cárcel por un delito de asesinato y dos años y seis meses de prisión por un delito de robo con violencia en grado de tentativa para cada uno de los tres, mientras la acusación eleva dos años y medio la pena por el delito de asesinato. Por su parte, las defensas piden la libre absolución.