La gestión del cementerio parroquial de La Rinconada sigue estancada

La Iglesia se reafirma en la idoneidad de la cesión a una empresa, y el Consistorio propone alternativas para que la gestión del camposanto sea municipal

05 jul 2018 / 22:24 h - Actualizado: 05 jul 2018 / 22:26 h.
"Sociedad"
  • El Ayuntamiento asegura que quiere asumir su administración para equipararlo con el camposanto municipal. / F.J.D.
    El Ayuntamiento asegura que quiere asumir su administración para equipararlo con el camposanto municipal. / F.J.D.

El 1 de julio entró en vigor la cesión del cementerio parroquial de La Rinconada a una funeraria. Una decisión a la que se oponen los vecinos y el Ayuntamiento, que trata de retomar las negociaciones que quedaron inconclusas para asumir su gestión. Para ello, el pasado lunes se celebró una reunión en el Arzobispado, cuyas conclusiones fueron comunicadas a los vecinos este miércoles.

Según relatan los asistentes, se explicó que «el Arzobispado mantiene su postura», y que desde el Ayuntamiento se han ofrecido «distintas alternativas» para desatascar la situación. Las opciones van desde «la rescisión del contrato» y la cesión al Consistorio «en los mismos términos que a la funeraria» a la firma de «un contrato a tres partes» e incluso la gestión por parte de la empresa acordando con el Ayuntamiento «inversiones y tarifas», detallan los vecinos.

En un comunicado emitido por el Consistorio rinconero se resalta la «discrepancia sobre dicha cesión privada», destacando que el Ayuntamiento «siempre ha tenido la firme voluntad de asumir la administración», para equipararlo «en servicios y tasas públicas al cementerio municipal del núcleo de San José», respetando a «la legítima propietaria y titular de dicho cementerio, la Archidiócesis de Sevilla».

Desde el Arzobispado confirman la reunión y corroboran que se mantiene la postura respecto a la cesión a la funeraria. Remiten al comunicado emitido el pasado día 28 de junio para argumentar que la cesión del camposanto a la empresa venía motivada por la «imposibilidad técnica» de la parroquia para prestar el servicio, la «falta de respuesta» por parte del Ayuntamiento y el hecho de que «ninguna de las propuestas» que la Archidiócesis ha remitido al Consistorio «han sido atendidas por el alcalde». En la cesión a manos privadas «se ha priorizado continuar con la prestación del mejor servicio posible», en una gestión que «no implica cambio de titularidad ni perjuicio económico para los vecinos», según se explicaba en la nota.

Con todo ello, la funeraria se hizo cargo del cementerio el mismo domingo que entró en vigor el acuerdo. «Han cambiado los candados, han puesto un cartel con los horarios y una chica que se encarga de abrir y cerrar», comentan los vecinos. Con un ambiente «cada vez más encendido» entre la población, se han producido protestas y quejas, e incluso «han partido los candados». Ante ello, desde el Ayuntamiento se ha pedido «tranquilidad a la ciudadanía, calma y responsabilidad, en un proceso, que puede dilatarse en el tiempo».

Según se desprende del comunicado municipal, la empresa «garantiza la apertura y cierre de las instalaciones, y los enterramientos, únicas tareas básicas para las que tiene autorización». A pesar de su entrada en el camposanto, desde la funeraria «no hay reacciones ni comunicación de ningún tipo», resaltan los vecinos. Según trasciende de la reunión vecinal, «no pueden hacer negocio. No hay licencia de apertura para actividad económica». Para obtener la preceptiva licencia la empresa tendría que realizar inversiones para «la instalación eléctrica y de agua corriente, accesos de discapacitados, baños públicos». Los vecinos creen que «mientras que la situación no esté clara no van a invertir. Por tanto no podrán empezar a funcionar y a cobrar».

En el comunicado municipal se afirma que «se está trabajando en alcanzar el mejor acuerdo posible». Los vecinos resaltan que en la reunión se hizo patente que «el objetivo final es que el cementerio sea público, y así lo manifestó el alcalde». Por ello, se va a dar «un tiempo prudencial» para que se tomen en consideración las alternativas presentadas. De no ser así los vecinos –que están organizando una comisión que gestione el movimiento vecinal de oposición– llevarán a cabo «nuevas movilizaciones de protesta contra la privatización».