La iglesia de Santa María, más conocida como iglesia del Castillo de Estepa, ha reabierto sus puertas al culto gracias a la colaboración de vecinos voluntarios, quienes han acometido la adecuación de un edificio histórico cerrado durante casi 50 años, según informa Carlos Fernández Castellano, uno de los participantes en esta iniciativa.
Así, se han podido recuperar «piezas de incalculable valor» como el retablo mayor de la iglesia, que había estado al menos medio siglo cubierto «impidiendo a los estepeños disfrutar de su riqueza patrimonial», señala Fernández Castellano. Y no será el único atractivo que ofrecerá este edificio –declarado conjunto histórico patrimonial y situado en el incomparable marco del Cerro de San Cristóbal–, ya que también se pueden contemplar espacios que hasta ahora permanecían cerrados o enseres que, antes de su cierre, formaban parte de la composición, como cuadros o mantelería, los cuales fueron repartidos por otras iglesias y el convento de las Hermanas Clarisas, muy cercano a la iglesia de Santa María.
Ahora, la mano de obra, la pintura y la redistribución de ese material recuperado ha sido repuesto de manera desinteresada por los estepeños, «siguiendo la estética que mantenía cuando se produjo su cierre definitivo», apunta Fernández Castellano. Eso sí, la reapertura de la iglesia es, de momento, únicamente para el culto, si bien ha permitido recuperar una joya patrimonial «desconocida para muchos».