Las cautelas introducidas por la Junta de Andalucía en la tercera modificación del plan especial urbanístico relativo a los terrenos de la mina Cobre las Cruces, que abarca los términos municipales de Gerena, Guillena y Salteras, incluyen un requerimiento para una intervención arqueológica que permita la «identificación precisa de la extensión total» de la «excepcional» necrópolis de la Edad del Bronce descubierta durante las primeras actuaciones de este proyecto minero.

Todo se encuadra en la tercera modificación promovida por la sociedad Cobre las Cruces, que explota la mayor mina a cielo abierto de Europa en suelos de Gerena, Guillena y Salteras, respecto al «plan especial supramunicipal» aprobado años atrás para la ordenación de los terrenos de las citadas localidades donde se asientan la corta minera y sus instalaciones industriales. En concreto, y según la documentación urbanística recogida por Europa Press, merced al propósito de la empresa de «tratar hidrometalúrgicamente nuevos aprovechamientos minerales», se proyecta «la implantación de nuevas instalaciones y edificaciones vinculadas a la actividad minera». Para ello, esta tercera modificación del «plan especial supramunicipal» del recinto minero está destinada a aumentar en 36,2 hectáreas la superficie del complejo minero delimitada como zona preferencial de edificación, reduciendo en la misma superficie el suelo calificado como «depósitos inertes». La superficie total abarcada por el complejo, de un total de 1.211,8 hectáreas, permanece así inalterable.

A partir de ahí, una vez tramitada la operación a través de la Consejería de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio, dicho departamento de la Junta de Andalucía ha recabado los diferentes informes sectoriales respecto al posible impacto de la operación, pesando especialmente el informe emitido por la Delegación Territorial de la Consejería de Cultura, con relación al patrimonio histórico.

Dicho informe, recogido por Europa Press, rememora las excavaciones arqueológicas de carácter preventivo acometidas años atrás en el ámbito de influencia de este proyecto minero, saldadas con la localización de vestigios de la Edad del Bronce y de la Edad del Hierro, restos de la época romana y también del periodo medieval islámico y cristiano.

Al respecto, el informe de la Delegación Territorial de la Consejería de Cultura recuerda «la importancia y excepcionalidad» del yacimiento bautizado como SE-K, por lo que requiere que la operación incluya «medidas y estudios previos que permitan la toma de decisiones con suficiente antelación y seguridad».

Las cautelas introducidas por la Junta de Andalucía en la tercera modificación del plan especial urbanístico relativo a los terrenos de la mina Cobre las Cruces, que abarca los términos municipales de Gerena, Guillena y Salteras, incluyen un requerimiento para una intervención arqueológica que permita la «identificación precisa de la extensión total» de la «excepcional» necrópolis de la Edad del Bronce descubierta durante las primeras actuaciones de este proyecto minero.

Todo se encuadra en la tercera modificación promovida por la sociedad Cobre las Cruces, que explota la mayor mina a cielo abierto de Europa en suelos de Gerena, Guillena y Salteras, respecto al «plan especial supramunicipal» aprobado años atrás para la ordenación de los terrenos de las citadas localidades donde se asientan la corta minera y sus instalaciones industriales. En concreto, y según la documentación urbanística recogida por Europa Press, merced al propósito de la empresa de «tratar hidrometalúrgicamente nuevos aprovechamientos minerales», se proyecta «la implantación de nuevas instalaciones y edificaciones vinculadas a la actividad minera». Para ello, esta tercera modificación del «plan especial supramunicipal» del recinto minero está destinada a aumentar en 36,2 hectáreas la superficie del complejo minero delimitada como zona preferencial de edificación, reduciendo en la misma superficie el suelo calificado como «depósitos inertes». La superficie total abarcada por el complejo, de un total de 1.211,8 hectáreas, permanece así inalterable.

A partir de ahí, una vez tramitada la operación a través de la Consejería de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio, dicho departamento de la Junta de Andalucía ha recabado los diferentes informes sectoriales respecto al posible impacto de la operación, pesando especialmente el informe emitido por la Delegación Territorial de la Consejería de Cultura, con relación al patrimonio histórico.

Dicho informe, recogido por Europa Press, rememora las excavaciones arqueológicas de carácter preventivo acometidas años atrás en el ámbito de influencia de este proyecto minero, saldadas con la localización de vestigios de la Edad del Bronce y de la Edad del Hierro, restos de la época romana y también del periodo medieval islámico y cristiano.

Al respecto, el informe de la Delegación Territorial de la Consejería de Cultura recuerda «la importancia y excepcionalidad» del yacimiento bautizado como SE-K, por lo que requiere que la operación incluya «medidas y estudios previos que permitan la toma de decisiones con suficiente antelación y seguridad».