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Actualizado: 20 abr 2019 / 18:49 h.
  • La lluvia frustra la ilusionada procesión de La Piedad
  • La lluvia frustra la ilusionada procesión de La Piedad

La lluvia desbarató el Viernes Santo en Écija. Ninguna de las tres hermandades que procesionan ese día, Jesús Sin Soga, La Mortaja y La Piedad, pudo hacer su estación de penitencia, un día después de que el mal tiempo también dejara a la mitad el Jueves Santo – salió La Sangre, se quedó en casa el Confalón – y diera una tregua en la Madrugá para que se lucieran El Silencio y San Juan.

Las hermandades del Viernes Santo fueron cayendo una tras otra. Primero se pusieron de acuerdo para retrasar media hora sus respectivas estaciones de penitencia. Después, Jesús Sin Soga a las 20.00 horas, y La Mortaja, unos quince minutos después, confirmaron que no saldrían en procesión.

La Piedad aguantó más. Quizá ha sido la hermandad que más ha hecho por hacer estación de penitencia la tarde del Viernes Santo. Primero avisó que esperaría a las nueve de la noche para decidir si salía o no. La decisión se prolongó hasta más allá de las 21.20, cuando desde el interior de la iglesia de Santa María, donde La Piedad está de manera provisional por el mal estado de su templo de la Merced, se anunció que sí, que saldrían a pesar del mal tiempo. Pero, apenas diez minutos más tarde, la junta rectora de la hermandad dio marcha atrás: el Viernes Santo de 2019 quedaba inédito.

Ilusión frustrada

“Teníamos muchísima ilusión porque este año hemos entrado como junta rectora, hemos luchado muchísimo en nuestro convento de la Merced, intentando recomponer nuestra hermandad”, se lamentaba Salvador Martín, miembro del grupo humano que se ha hecho cargo de la corporación de La Piedad tras la marcha de la anterior junta de gobierno, y que apenas lleva seis meses en funciones.

Eran muchas las circunstancias que hacían especial la procesión de la Piedad en 2019. Al ‘exilio’ en Santa María por el riesgo de derrumbe que amenaza el convento de la Merced, se unía el deseo de la junta rectora por reflotar la corporación, la más antigua de Écija, y por mostrar el esfuerzo de los hermanos, que querían hacer estación de penitencia “para agradecer cuánto nos han apoyado, lo muchísimo que nos está ayudando todo el mundo”.

“Teníamos la ilusión por que el pueblo de Écija viera el cariño con que estamos trabajando”, dice Martín. “Hoy era un día para eso, para sacarla a la calle y enseñar a los ecijanos la ilusión con que estamos trabajando por la hermandad, porque merece la pena todo lo que se haga por ella”, señala el miembro de la junta rectora, que suspiraba por “ilusionar a todo el mundo”.

“Era el día para sacarla a la calle”

Salvador Marín subraya que “estábamos dispuestos a salir hasta las nueve y media casi, hemos hecho el máximo intento, porque creíamos que a partir de esa hora no daba más agua”. Sin embargo, la multitud agolpada delante de Santa María a las 21.30 horas del Viernes Santo seguía con los paraguas abiertos. La lluvia no se iba.

“Ha seguido el peligro de agua, hemos seguido intentando, pidiendo partes meteorológicos, porque creíamos posible que parara el agua; hemos estado hasta formados para salir a la calle”, reconoce Martín, “pero ha sido imposible”, se lamenta, “somos legatarios de un patrimonio que no podemos poner en peligro de ninguna manera”, suspira. “Si no salimos, es porque Él no quiere, y a nosotros nos queda seguir luchando para el año que viene salgamos con el doble de ilusión. Nos quedamos con esa espinita que el año que viene nos quitaremos”.