La Misericordia reestrena su histórico camarín

Esta joya de Arahal se comenzó a restaurar en verano. Data de 1760 y que cuenta con diseños de Aníbal González

María Montiel marmondua /
22 feb 2017 / 06:26 h - Actualizado: 22 feb 2017 / 06:26 h.
"Patrimonio"
  • Camarín ya restaurado. / M.M.
    Camarín ya restaurado. / M.M.
  • La Misericordia reestrena su histórico camarín
  • La Misericordia reestrena su histórico camarín
  • Frescos del nuevo camarín. / M.M.
    Frescos del nuevo camarín. / M.M.

Con el claro objetivo de preservar el gran patrimonio histórico-artístico, la hermandad de la Misericordia de Arahal ha restaurado uno de sus principales tesoros: el camarín de la iglesia del Santo Cristo, que viene albergando durante casi tres siglos la efigie del Santo Cristo de la Misericordia, una de las grandes devociones que hay en la localidad.

Además de su labor de caridad, entre las prioridades de la hermandad de la Misericordia se encuentra conservar el gran legado que ha ido acumulando con el paso de los años. Precisamente, con ese objetivo se ha acometido la restauración del camarín del Cristo, obra del imaginero sevillano Castillo Lastrucci. Una imagen de culto que es venerada por los vecinos de Arahal que cada semana acuden a su capilla.

Fue a principios del pasado verano cuando comenzaron los primeros trabajos que culminaban a principios de diciembre, dotando de esplendor, de nuevo, a este conjunto histórico. Unos trabajos que han estado en las manos de la empresa Ágora, con un equipo compuesto por ocho especialistas, entre los que se incluyen cuatro restauradores, dos historiadores, un químico y un dibujante.

El paso del tiempo, la humedad, así como las velas han sido los tres principales males a los que se ha enfrentado el camarín, descrito como «una verdadera joya» por Rafael Martín, secretario de la hermandad e historiador.

Los trabajos de restauración se han centrado en varias fases comenzando, tras un estudio detallado del conjunto, por la eliminación de los estratos de polvo –labor muy delicada en algunas áreas concretas– para posteriormente consolidar los estratos de dorados, policromías y capa pictórica que, debido al exceso de humedad había provocado gran cantidad de polvo y la exfoliación de área. Los trabajos prosiguieron con la reposición de los morteros en las lagunas y faltas y se reintegraron para conseguir la armonización estética.

El camarín del Santo Cristo ha necesitado a lo largo de los años diferentes intervenciones restauradoras de más o menos intensidad, lo que está reflejado en la historia de sus muros. Los restauradores han destacado durante las obras la singularidad de este conjunto decorativo, «realizado técnicamente de manera perfecta y con materiales de buena calidad», pero en un «precario estado de conservación por lo que ha necesitado siempre de constantes cuidados». Para el equipo técnico las razones han sido el «uso de velas que han impregnado de hollín las pinturas, accidentes importantes, como el incendio de principios del siglo XX o las roturas en las cubiertas que ha permitido la entrada de agua y arruinando parte de las pinturas». Estas causas han obligado a la realización de diferentes repintes que «ha modificado, de manera importante, la visión del conjunto decorativo».

En este sentido, en su informe destacan que la intervención realizada a principios del siglo XX fue la que, de manera más significativa, determinó el estado actual de las pinturas. El camarín sufre una profunda modificación en 1919, tal como consta en el acta de cabildos del 10 de junio de dicho año «a raíz del incendio casual que en el año anterior había inutilizada la parte baja del camarín del Señor, el mismo camarín y la sacristía, lo cual no se había hecho constar en acta porque la imagen del Señor no había sufrido milagrosamente desperfecto alguno».

La hermandad apeló a la devoción de los hermanos para sufragar los gastos de reconstrucción de lo dañado, «mejorándolo si fuese posible». Gracias al fervor que levanta la sagrada imagen, se pudo recaudar una parte, a lo que se le sumó otra partida que depositaría para la obra el hermano mayor José Zayas Caro. El camarín tuvo una completa remodelación cuyas obras fueron dirigidas por el arquitecto Aníbal González, la decoración de azulejos corrió a cargo de Vigil-Escalera y Díaz e incluso las pinturas del camarín sufrieron un grave deterioro pero fueron retocadas en parte por E. Zaragoza.

Casi un siglo después, el Cristo de la Misericordia vuelve a reestrenar camarín en la iglesia del Santo Cristo donde recibe culto y devoción el Señor de Arahal.