Este lunes volverá a reunirse, por séptima vez, la mesa de negociación que fije en el Ayuntamiento de Los Palacios y Villafranca un nuevo convenio laboral. Pero la mañana se presenta movida, no solo porque un policía local, Pepe Macías, encarnó el sábado la indignación de todo el cuerpo –y del resto de los funcionarios, mucho más pasivos– anunciando en la puerta de un supermercado «el maltrato a que nos somete» el gobierno de IU, que ha llegado a deber 10 nóminas -ahora 8-, sino porque los 23 policías que quedan en el pueblo –de 40 que había antes del éxodo por los impagos– piensan amarrarse a las puertas del Consistorio y planean otras acciones como «una huelga de hambre o dormir en la puerta del alcalde», Juan Manuel Valle, «hasta que nos oiga».
Pese a que el nuevo convenio podrá ser aprobado con la mayoría absoluta de IU en el pleno, Valle intenta recabar el apoyo de UGT y SAF. Enfrente, CSIF apoya a un cuerpo que defiende que se les paguen particularidades como la nocturnidad, los turnos o el uso de las motos. El borrador del nuevo convenio no las contempla, «porque es como si a un albañil le pagásemos por coger un martillo», según el alcalde. Pero los policías no están dispuestos a perder –más allá de la deuda– «casi 400 euros mensuales» y empeorar el sueldo que había en 2004, según Macías, que ataviado con un cartón reivindicativo como el que usan los mendigos llamó la atención de buena parte de la plantilla y de la oposición, que fueron a apoyarlo. La indignación de los trabajadores ha crecido tras la aprobación de un plan de empleo de 275.000 euros del propio Ayuntamiento tras perder el PER.