El colegio público Miguel de Cervantes es, en Los Palacios y Villafranca y desde hace más de tres décadas, una atalaya cultural tan independiente y constante que, aunque el Día de las Letras fue para todo el mundo el pasado 23 de abril, toda la comunidad educativa de este colegio cuya AMPA no podía llamarse sino “El Quijote” lo celebra hoy, un mes después, y no por capricho, sino porque es tal la cantidad de trabajo que este colegio palaciego realiza en torno a un proyecto concreto cada curso que los frutos no estaban maduros hace un mes. Para esta XXXVI edición de su día más especial, el Cervantes lleva todo el curso trabajando con su medio millar de alumnos el quinto centenario de la primera circunnavegación de la tierra a cargo del portugués Fernando de Magallanes, cuya hazaña no solo fue posible gracias a la financiación del emperador más poderoso del planeta en aquel momento, el español Carlos I en nuestro país y V de Alemania, sino gracias a que la completara desde Filipinas otro español, Juan Sebastián Elcano, que volvió con 17 hombres y una sola nave a Sevilla -de donde habían partido tres años antes 239 hombres y cinco naves- el día de Consolación de 1522.
Cinco siglos después, la hazaña de montar un divertido y a la vez didáctico audiovisual con los pequeños de infantil, una obra de teatro con el resto del alumnado y hasta un libro de cuentos y un certamen literario en el que participan los alumnos de todo el pueblo es mérito de una comunidad educativa que trabaja como una piña en torno a su director, José Luis Pérez, pero también de determinados profesores volcados con la causa, como Javier Salguero y Emilio Gassín, autores de la desternillante obra teatral titulada Magallanes cambió de planes y Elcano encontró a su hermano, representada ayer ante más de 1.500 personas en cuatro pases en el teatro municipal y que volverá a ser el plato fuerte esta tarde a partir de las 19.00 horas; o como María Luisa Cruzado y Carmen Guisado, coordinadoras del montaje; o como Enma Benítez, María Carrillo, Ana Llamas o Carmen Vázquez, maestras autoras de las coreografías.
“El teatro y el concurso literario es un trabajo inimaginable, pero entre todos hacemos un cole muy grande y estamos orgullosos de ello”, decían ayer, tras la cuádruple representación, algunas de las maestras que habían terminado de montar además, en la entrada del teatro municipal, una gran exposición de trabajos sobre el viaje de Magallanes en busca de la isla de la especiería, sobre los descubrimientos de aquel viaje que duró tres años y sobre la vida de sus héroes... en una época, la del pleno Renacimiento, en que el mundo comienza a ser completamente distinto de como había sido concebido hasta entonces.
En la obra de teatro que también representarán esta tarde, después de entregar los premios del certamen y el libro que lleva por título “Una vuelta a mi mundo”, con portada del maestro y pintor Emilio Gassín, se cuenta la peripecia de aquellos marinos que acompañaron a Magallanes en la nao Victoria desde Sevilla hasta Sanlúcar de Barrameda, los mismos que una vez atravesado el Atlántico desembarcaron en Brasil, alcanzaron el Pacífico -entonces conocido como Mar del Sur- y luego Filipinas, que supone un punto de inflexión ante la muerte de Magallanes -cuya representación impresiona- y el paso por África antes del regreso a Sevilla, todo ello adobado con cientos de chascarrillos y referencias locales o actuales que no solo han provocado el más fácil aprendizaje de los alumnos que actúan y los alumnos que miran, sino la constante carcajada del respetable. Precisamente también este año los alumnos del Aula de la Experiencia de la Universidad de Sevilla en su sede palaciega han estado trabajando el mismo tema bajo la dirección del profesor Paco Toledo.