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Los rocieros moriscos se engalanaron para recibir a la filial ursaonense. / M. M.
Engalanada para la ocasión, la calle Molinos recibía a la hermandad del Rocío de Osuna en La Puebla de Cazalla. Un manto de flores acogía a los caballistas que enfilaban a primera hora de la mañana la cuesta por la Fuente Vieja. Una fiesta que se vive a lo grande en este municipio sevillano cuando recibe a Osuna, que hace entrada por unas calles llenas de vecinos para arropar a la filial ursaonense.
Es ya una tradición que se vive intensamente en La Puebla de Cazalla esperando a los romeros camino a la aldea almonteña. Y un año más los moriscos no defraudaron engalanando las calles con altares, flores e incluso alpaca al paso del Simpecado de la hermandad de Osuna. Los balcones ondeaban al viento con las guirnaldas para recibirlos este domingo.
Con cantos a la Virgen se hacía entrada en La Puebla para hacer parada en la iglesia y la residencia de ancianos antes de la recepción oficial en el convento de la Candelaria. Desde allí hasta el centro de día, última parada antes de enfilar por el camino de servicio de la A-92.
Emoción contenida en los rocieros que realizan el camino. Era a la salida del pueblo donde esperaban cinco carriolas más para unirse y realizar conjuntamente esta peregrinación ya que buena parte de la hermandad de Osuna está compuesta por hermanos moriscos. Un día intenso donde se confirma la estrecha relación de ambos pueblos devotos de la Virgen del Rocío.