La réplica de la Virgen de Valme ‘visita’ El Vaticano

La obra del imaginero José Antonio Navarro Arteaga procesionó el sábado con motivo del Año Santo Jubilar

07 feb 2016 / 22:27 h - Actualizado: 07 feb 2016 / 23:23 h.
"Religión"
  • La réplica italiana de la Virgen de Valme procesionó el sábado a El Vaticano. / Facebook de Romeros de Valme
    La réplica italiana de la Virgen de Valme procesionó el sábado a El Vaticano. / Facebook de Romeros de Valme

Dos Hermanas se trasladó el sábado hasta El Vaticano. La réplica de su Protectora, obra del imaginero sevillano José Antonio Navarro Arteaga, procesionó a la Santa Sede y presidió una eucaristía en el Baldaquino de San Pedro con motivo del Año Santo Jubilar de la Misericordia.

La imagen, que partió de la parroquia romana de Nostra Signora Di Valme, del barrio de Villa Bonnelli, peregrinó hasta la Puerta Santa de San Pedro, donde en la plaza sus fieles rezaron el Santo Rosario.

El autor de esta obra colgó ayer en su muro de la red social Facebook el «momento único e histórico acaecido» el sábado, lamentó no haber podido estar presente en este acto religioso.

Entre 2009 y 2010, Navarro Arteaga realizó la réplica de la Virgen de Valme, que fue bendecida el 10 de marzo de 2010 por el Papa Benedicto XVI. En esa ocasión el imaginero acudió a la cita junto a familiares, el entonces cardenal Carlos Amigo Vallejo, miembros de la hermandad de la Protectora de Dos Hermanas, hermanos de la corporación, y miembros de la Archidiócesis de Sevilla. En total cerca de medio millar de fieles estuvieron presentes en la Ciudad Eterna.

En ese encuentro, además de bendecirse la réplica de la Virgen de Valme, 20 centímetros más alta que la original, la hermandad sevillana hizo entrega al Santo Padre de otra imagen de la Protectora de los nazarenos, obra de Salvador Madroñal, que el Papa aceptó con agrado.

La imagen que procesionó el sábado hasta El Vaticano y que preside la parroquia de Nostra Signora Di Valme se parece bastante a la talla original ante la que rezó el Rey San Fernando en los días previos a la reconquista de Sevilla. No obstante, mientras estaba en pleno proceso de elaboración de la talla, Navarro Artega señaló que su obra iba a ser lo suficientemente diferente a la orginal, para que nunca hubiese duda de que la verdadera es la nazarena.