La SE-40 sólo cruzará el río Guadalquivir a través de los túneles. Ese es el dictamen claro e inamovible que, desde hace tiempo, defiende el Ministerio de Fomento, pero que ahora tiene una garantía legal: la tuneladora, adquirida para esta megaobra, no se puede descambiar de ninguna de las maneras. Así lo aseguran fuentes consultadas por este periódico, que indican que la garantía de compra de este gigantesco aparato –solo de diámetro mide 14 metros– ha expirado. Algo que entra dentro de la lógica, ya que la tuneladora desembarcó en la capital hispalense en marzo de 2012, y desde entorno permanece resguardada –por piezas– en una nave de las empresas adjudicatarias de las obras de los túneles Norte (OHL-Azvi y Sando). Cuatro años guardadas –y conservadas– en un almacén a la espera de mejores vientos en los económico, después de que la crisis frenara el desarrollo no solo de este tramo sino prácticamente la totalidad de la futura ronda de circunvalación.
La caducidad del periodo de garantía permite, por tanto, que se cierre definitivamente, si persistía duda alguna, otras alternativas para retomar la obra como la construcción de un puente sobre el Guadalquivir. Una alternativa que cobró fuerza en la recta final del último Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, pero que fue desechada en su día por la ministra de Fomento, Ana Pastor, y, por ende, por toda la plana mayor del PP andaluz y sevillano. Así, a las dudas que generaba el informe de impacto ambiental sobre la posibilidad de instalar allí un puente se incluye también una razón económica de peso. Las empresas adjudicatarias no están en disposición de asumir una tuneladora que no usarían con un cambio del proyecto. La cantidad es notoria: 40 millones de euros, cifra que ofreció el vicepresidente de Sando, Luis Sánchez Mancano, en unas jornadas sobre infraestructuras celebradas en el Club Antares, donde lamentó que esta infraestructura «siga reposando a orillas del Guadalquivir», cuando es una obra técnicamente fiable. «Si se ha podido construir el canal de la Mancha cómo no se van a hacer dos kilómetros bajo el río», se llegó a preguntar en aquella cita, donde los empresarios hicieron piña para defender la reanudación de los trabajos en la SE-40 a la par que lamentaron los retrasos de una ronda que, de haber cumplido escrupulosamente estos plazos, hacía cuatro años que tendría que haber abierto al tráfico sus 11 tramos y 77 kilómetros de trazado.
Túneles reactivados
Al hilo de ello, el Ministerio de Fomento está dispuesto a reactivar definitivamente este 2016 la macroobra de los túneles, santo y seña de la SE-40. Fuentes del departamento que dirige en funciones Ana Pastor asegura que «se está trabajando para retomar las obras en los tramos del paso bajo del Guadalquivir», añadiendo que la razón actual de esta parálisis es que los técnicos están estudiando «las modificaciones necesarias para su reinicio». Unos cambios que, en cualquier caso, matizan que no serán sustanciales y serán «leves modificaciones técnicas» que no afectan a lo esencial: que haya cuatro túneles y tres carriles por sentido y no otra infraestructura.
Una idea que no ha variado desde otoño pasado cuando, en la presentación del proyecto de presupuestos para 2016, se descartaron otras alternativas. Incluso se afirmó que la decisión se había tomado hacía tres años, aunque no se anunció a boca llena hasta tener «disponibilidad presupuestaria». Sobre los plazos de inicio y ejecución, como viene siendo tónica habitual en Fomento en este último mandato, no se pronuncian, aunque todo avance es bueno: en más de seis años desde el inicio de las obras de los túneles sólo se ha ejecutado menos del 15 por ciento de los tramos y, de ellos, tres en suspenso.
Los presupuestos de 2016 supusieron una inyección, al menos de optimismo, para el reinicio de las obras. El Gobierno central había reservado en su proyecto presupuestario 42,6 millones para los dos tramos de los túneles. Un montante que permite retomar la obra, pero no que llegue al punto de empezar a profundizar sobre el terreno. O dicho de otro modo, la tuneladora no se pondrá en marcha en 2016. Ya no solo por la cuantía, que aunque es la más elevada de los últimos ejercicios, es insignificante para un presupuesto que se cuenta por cientos de millones, sino por el reparto de la misma. El grueso de la inversión (32 millones), como ya avanzó este periódico, va al tramo de los Túneles Sur, que no llegó a adquirir la tuneladora, mientras que los túneles norte sólo tienen 9,7 millones. Solo el gasto de uso de la tuneladora a pleno rendimiento es de entre siete y ocho millones al mes. El dinero para el otro tramo podría ir destinado a la adquisición de la segunda tuneladora (el coste oscila entre los 30 y 40 millones). Además, según los pliegos, es más beneficiosa la actuación conjunta, es decir, que las dos tuneladoras empiecen a actuar sobre el terreno a la par.