Las Cabezas de San Juan, donde empezó la Edad Contemporánea

El pueblo del Bajo Guadalquivir celebra este fin de semana la XIII Recreación del Levantamiento del general Riego, ocurrido allí el 1 de enero de 1820

Álvaro Romero @aromerobernal1 /
23 mar 2019 / 15:00 h - Actualizado: 23 mar 2019 / 15:05 h.
  • Una de las actividades celebradas este fin de semana en el municipio. Foto: A. R.
    Una de las actividades celebradas este fin de semana en el municipio. Foto: A. R.

La Edad Contemporánea empezó en el mundo con la guillotina parisina que terminó con el Antiguo Régimen representado por el Absolutismo de Luis XVI, pero para entonces España, un imperio alicaído, respiraba aún de otra manera, hasta el punto de que, veinte años después, con Napoleón Bonaparte ocupando la Península salvo la libertaria Cádiz -donde se aprobaba aquella primera Constitución llamada La Pepa-, nuestro país salía de una extraña guerra sin ejército para librarse de los franceses y entraba en un largo otoño de golpes de estado para defenderse de su propio rey, el todavía absolutísimo y borboncísimo Fernando VII.

Aquel monarca nuestro secuestrado por Napoleón no solo volvió a España en 1814 para continuar el Absolutismo que el mundo moderno y los pocos liberales españoles habían enterrado bajo las pastas duras de las nuevas Constituciones, sino que rompió La Pepa y amenazó de muerte a quien soñara con ella. De hecho, cumplió su amenaza con cuantos intentos de derrocarle hubo a lo largo del lustro siguiente.

Sin embargo, el 1 de enero de 1820, Rafael del Riego, un general asturiano que esperaba en Las Cabezas de San Juan para embarcar con su batallón al día siguiente hacia las Américas, donde los independentistas de aquellas colonias colombinas se ilusionaban con romper definitivamente con la Madre España, se rebeló contra todos los designios, los suyos y los de su país, y le dio la vuelta a su ruta y a la Historia de España. Ahí empezó la Edad Contemporánea española. Y ocurrió en Las Cabezas de San Juan.

Recreación histórica y reivindicativa

La recreación histórica del Levantamiento del general Rafael del Riego contra nuestro último rey absoluto, que se celebra desde hace 13 años, le ha servido a Las Cabezas de San Juan no solo para encontrar su sitio en el mapa de las libertades a nivel nacional, sino también para consolidar el fin de semana cultural por antonomasia en este municipio del Bajo Guadalquivir que abandera la conquista del carácter de ciudadanía desde la plaza de su Ayuntamiento. No en vano fue desde un balcón de esta plaza –llamada de la Constitución– desde el que el general, que debía embarcar el Segundo Batallón de Asturias con rumbo a América, cambió de parecer y dio un grito a favor de aquellas libertades escritas en el papel mojado de La Pepa, cuyo eco resuena todavía hoy.

El general no se mordió la lengua para proclamar que «España» estaba viviendo «a merced de un poder arbitrario y absoluto, ejercido sin el menor respeto a las leyes fundamentales de la nación», como reproducirá mañana el actor que lo interpreta. Riego, que con aquel golpe que partía de Las Cabezas de San Juan posibilitó el Trienio Liberal (1820-1823), acabaría colgado –y luego decapitado– en la madrileña plaza de la Cebada tres años después, mientras La Pepa iniciaba un exilio limitado al olvido y el Absolutismo, su última década de esplendor.

Las Cabezas de San Juan, donde empezó la Edad Contemporánea

Fin de semana de época

El pueblo vive desde ayer, y hasta mañana domingo, tres días intensos de reivindicación de su papel en el origen de la modernidad española. Mercados de época, actuaciones teatrales e interpretaciones poéticas del Romance de Riego por parte de los niños dan color y sentido al centro de la localidad en un fin de semana en el que merece la pena visitarla, con todo el mundo disfrazado y una recreación del momento histórico que se vivirá mañana con multitud de asociaciones, especialmente procedentes de Cádiz.

Porque en Cádiz se había aprobado la Pepa, es decir, la semilla de la libertad nacional, pero también en aquel pueblecito de la marisma sevillana que fue mencionado en las Cortes del Estado el 21 de junio de 1822 para que se erigiese en él un merecido monumento a Riego. El busto del general no pudo colocarse porque los Cien Mil Hijos de San Luis fueron más veloces en su auxilio al monarca, pero al menos Las Cabezas de San Juan sí consiguió por decreto el título de ciudad, que mantiene hoy, y su nombre quedó grabado junto al de Riego para siempre como el lugar y el héroe en que comenzó el final del Absolutismo español.

El Ayuntamiento cabeceño ha intentado históricamente la colocación de este monumento, siempre infructuosamente: en 1869, tras la revolución que puso fin al reinado de Isabel II; en 1988 –cuando el hermanamiento con el pueblo natal de Riego, Tineo (Asturias)–; en 1997, cuando una sesión extraordinaria del pleno lo solicitó al Congreso de los Diputados; en 2002, cuando se llegaron a iniciar incluso los trámites para presupuestarlo; en 2017, cuando se cumplió un siglo de la primera vez que tuvo lugar esta Recreación histórica en Las Cabezas. Pero de momento no se ha conseguido nada.

Su alcalde, Francisco José Toajas (PSOE), que va por su tercer mandato con mayoría absoluta, está decidido a conseguirlo porque “es de justicia histórica”.