Las Cabezas de San Juan recupera una joya del Barroco

La parroquia de San Juan Bautista vuelve a lucir ‘El bautismo de Cristo’

Álvaro Romero @aromerobernal1 /
16 dic 2017 / 22:09 h - Actualizado: 16 dic 2017 / 23:39 h.
"Patrimonio"
  • En el centro, el alcalde, rodeado por los sacerdotes de la parroquia, los responsables de la restauración y la concejal de Cultura. / Á.R.
    En el centro, el alcalde, rodeado por los sacerdotes de la parroquia, los responsables de la restauración y la concejal de Cultura. / Á.R.

En Las Cabezas de San Juan se ha recibido el cuadro como lo que es: una auténtica joya del Barroco sevillano ahora que en la capital no hay más ojos que para Murillo. Además, el hilo conductor de San Juan Bautista no deja de ser llamativo, pues el lienzo restaurado durante los últimos dos años por el Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico (IAPH) de la Junta de Andalucía se titula El Bautismo de Cristo y está protagonizado –al margen de Jesucristo recibiendo el agua del Jordán– por su primo segundo, el propio Bautista, que aparece retratado en plena ejecución de su misión con unos profusos ropajes rojos que, según los expertos, evidencian cierta evolución del autor, el pintor sevillano Francisco Varela (1580-1645), desde el manierismo hasta ese naturalismo que populariza con mayor notoriedad Francisco de Zurbarán. El cuadro ha vuelto a la capilla del Bautismo de la parroquia mayor del pueblo, precisamente erigida en honor de San Juan Bautista, lo que no es de extrañar en un municipio que lo tiene como patrón, aunque el topónimo Las Cabezas de San Juan no se refiera a esa cabeza cortada y servida en una bandeja que supone la muerte del propio Bautista, sino a los múltiples cabezos o cerros que proliferan por el término municipal.

La Concejalía de Cultura que dirige Margaret Guerrero ha establecido unas jornadas de puertas abiertas destinadas a interesados y asociaciones desde mañana hasta el próximo día 29. Los alumnos de los centros escolares tendrán su turno entre el 8 y el 22 de enero.

El cuadro fue presentado al público el pasado jueves, repuesto en su emplazamiento original, después de una conferencia ilustrativa a cargo de la jefa del área de Tratamiento de Bienes Muebles del IAPH, Araceli Montero, y del profesor de Estudios Históricos y Arqueológicos del mismo instituto, Gabriel Ferreras. Junto a ellos, el acto contó con la presencia del alcalde, Francisco Toajas (PSOE); el catedrático de Historia del Arte de la Universidad de Sevilla, José Fernández; y el párroco del pueblo, Marco Antonio Fernández, además del párroco anterior, Jaime Ruiz.

La parroquia de San Juan Bautista de Las Cabezas de San Juan, erigida en el cerro principal del municipio, se terminó de construir en la segunda mitad del siglo XVIII, en sustitución de una iglesia anterior en pésimo estado que ocupó el lugar, a su vez, de un castillo. Y en su interior guarda joyas patrimoniales muy destacadas; quizás la más popular sea el Cristo de la Vera Cruz, de Juan de Mesa, tallada y policromada en 1624, más o menos por la misma época en que Francisco Varela terminaba el cuadro ahora restaurado. Que este Crucificado era de Juan Mesa no se supo hasta 1983, cuando, a raíz de la restauración a la que fue sometida la venerada imagen por parte del profesor Arquillo Torres, se le extrajo a la efigie un pergamino en el que, de puño y letra del imaginero, se especificaban los datos: «En 1624, concretamente el día 8 de marzo, el imaginero cordobés Juan de Mesa entrega a los mayordomos de la cofradía de la Vera Cruz de Las Cabezas de San Juan la imagen de un crucificado, que fue sufragado por el capitán Francisco de Gámez».

El pintor sevillano Francisco Varela, por su parte, ejerció como maestro examinador de los aspirantes a ingresar en el gremio de pintores de la ciudad en compañía de Francisco Pacheco, el pintor de Sanlúcar de Barrameda que acabaría convirtiéndose en suegro de Velázquez. Además del cuadro de Las Cabezas de San Juan que se le atribuye, su obra parece escasa. Al margen de un retrato de Martínez Montañés que pertenece al Ayuntamiento hispalense, destacan dos representaciones de La Última Cena, una de las cuales se encuentra en la iglesia de San Bernardo de Sevilla; y una iconografía similar adquirida en 2004 por el Gobierno andaluz y que se expone desde entonces en el Museo de Bellas Artes de Sevilla