Lavar los platos, poner una lavadora o la actividad de los intestinos dejan a diario un rastro de aguas residuales que tienen una segunda oportunidad. Después de pasar por las depuradoras de aguas residuales urbanas (EDAR) y de la estación de tratamiento potable de agua del Carambolo de Emasesa, la suciedad del agua se retira para convertirla en lodos, un residuo que hasta hace poco se llevaba a vertederos, pero que tiene un gran valor agrícola.

Sobre todo si se tiene en cuenta el problema de desertificación que presenta el terruño. El suelo necesita de materia orgánica y «los lodos aportan mucho fósforo», según el jefe de Protección y Educación Ambiental de Emasesa, Pablo Rasero. Los agricultores demandan ese aporte de nutrientes y, por tanto, ha nacido un nuevo mercado. Además, es la forma que tiene Emasesa de contribuir a la, tan de moda, economía circular.

Por ello, la empresa pública de agua sacó hace unas semanas a licitación los servicios de aplicación agrícola directa y de compostaje de los lodos que generan sus plantas. Un pliego que se dividía en dos lotes.

Por un lado, el que correponde al servicio de transporte y la aplicación agrícola directa de los lodos tratados. Este servicio consiste en «coger los lodos de las aguas residuales y llevarlos directamente a las parcelas agrícolas mediante un gestor de residuos no peligrosos autorizado por la Junta de Andalucía», explica Rasero. Un abono natural que se esparce mediante maquinaria y se mezcla con el suelo para «conseguir un mejor rendimiento de los cultivos». Estos lodos se suelen aplicar principalmente en secano, «especialmente en el cereal», apunta Rasero.

Este servicio se adjudicó recientemente al Grupo Valora por un valor de 472.780 euros, un 14,5 por ciento por debajo del precio de licitación. La empresa pública adjudica este servicio por el plazo de dos años, aunque es ampliable hasta cuatro años y medio.

El adjudicatario tendrá la obligación de retirar los lodos en un plazo máximo de 12 horas desde que lo requiera Emasesa. Además, no podrá circular ni estacionar los vehículos encargados de retirar los lodos en casco urbano. Asimismo, estos medios de transporte deberán estar provistos de bañeras cerradas y estancas con el fin de contener olores y evitar derrames que alteren el bienestar de las poblaciones.

En cuanto a la aplicación de los lodos, ésta se deberá realizar en parcelas alejadas más de dos kilómetros de núcleos urbanos y no a menos de 50 metros de cauces de agua públicos o sistemas de abastecimiento. Los acopios de lodos sobre suelo agrícola se realizarán por periodos inferiores a siete días y no se podrá hacer en cantidades superiores a 250 toneladas. Asimismo, no se podrán hacer aplicaciones en parcelas que estén en pendiente.

El segundo lote contempla el servicio de transporte y compostaje de lodo, así como su aplicación en los usos agrícolas. En este caso, la empresa que resultara adjudicataria se encargaría de llevar los lodos hasta una planta de compostaje donde los residuos se someterían a un tratamiento por aire, que mineraliza la materia orgánica. El resultado de este proceso es «un producto de mayor valor agronómico», en palabras de Rasero. De hecho, el compost resultante se comercializa, labor de la que también se encargaría la empresa ganadora del concurso público.

Esta es la primera vez que Emasesa licita este servicio. Hasta ahora el compostaje se hacía en la planta que la empresa pública tiene en el término municipal de Dos Hermanas, justo al lado del EDAR Copero, y que se inauguró en el año 2003. Sin embargo, la infraestructura «necesita una serie de mejoras», por lo que la empresa de aguas ha decidido dejar el servicio en manos de terceros. Este trabajo se licita por valor de 1,75 millones (sin IVA), aunque, por el momento, ha quedado desierto.

La empresa que resulte adjudicataria de esta prestación, además tratar el compost y comercializar el producto final, está obligada a presentar a Emasesa una estimación de fincas de destino y análisis de suelos de las mismas para garantizar las dosis de producto.

La producción estimada de lodos de Emasesa es de unas 70.000 toneladas anuales, que se generan a raíz de la depuración de aguas residuales urbanas y de la clarificación del agua durante la preparación de ésta para consumo humano. Del total de producción, la empresa pública prevé destinar 35.000 toneladas de lodo al año para la aplicación directa, que se hará entre los meses de mayo y octubre. Las 35.000 restantes irán destinadas a compostaje durante el periodo de noviembre a abril.