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Estación de bombeo del Consorcio del Huesna en Los Palacios. / El Correo
Las últimas tarifas de consumo doméstico aprobadas en diciembre del año pasado por Aguas del Huesna SL –empresa pública propiedad del consorcio del mismo nombre que forman 18 municipios sevillanos con el objetivo de realizar el ciclo integral del agua consumida– se publicaron entonces en BOJA conforme a tres bloques distintos de tarificación que buscan penalizar a los derrochadores. De modo que si una vivienda consume hasta siete metros cúbicos de agua (7.000 litros), paga cada metro cúbico a solo 0,125 euros, pero en cambio si su consumo mensual llega a los veinte metros cúbicos (20.000 litros), cada metro cúbico de exceso a partir del séptimo lo paga ya a 1,045 euros. A partir de 20 metros cúbicos consumidos, cantidad que se antoja exagerada –o todo un derroche–, el precio de cada metro cúbico es de 3,35 euros.
La medida busca, en efecto, castigar económicamente a quien gaste demasiado. Sin embargo, según denunció el PP de Los Palacios y Villafranca, el sistema es tan bruto, o tan simple, que no tiene en cuenta los miembros familiares de cada hogar, sino que se basa exclusivamente en metros cúbicos consumidos por vivienda. De modo que una persona puede vivir sola en una casa y gastar ella hasta siete metros cúbicos, con lo que pagaría la tarifa más reducida, mientras que una familia numerosa cuyos miembros gastaran cada uno no siete metros cúbicos, sino cinco, por ejemplo, consumirían un total de 35 metros cúbicos y, por lo tanto, pagarían los siete primeros a 0,125 euros; los trece siguientes a 1,045; y los quince últimos a 3,35, «una total injusticia», según se quejó en el último pleno el portavoz municipal del PP palaciego, Manolo Vargas, a la sazón presidente local de su partido.
En efecto, el inquilino del hogar unipersonal del ejemplo sería un derrochador, aunque no constara como tal ni fuera castigado por ello, mientras que los miembros de un hogar en el que convivan cinco o más personas pueden rezar ante Aguas del Huesna –y pagar por ello– como derrochadores sin serlo. De ahí que los populares palaciegos hayan llevado una propuesta al pleno del Ayuntamiento –como miembro del consorcio– para que el gobierno palaciego de Juan Manuel Valle (IU) inste a su vez a la junta general de Aguas del Huesna a que se proponga para su aprobación un sistema de tarificación por vivienda y número de habitantes, «permitiendo así aliviar la economía de las familias numerosas y establecer unos criterios de tarificación más justos». Todos los demás grupos municipales –el no adscrito de concejales exmiembros del PSOE, el PA e IU– dieron su voto a favor de la propuesta, que será trasladada al consejo de administración y a la junta general de Aguas del Huesna antes de este verano.
Si la empresa del agua hiciera caso de la propuesta, no solo se beneficiarían los consumidores palaciegos, sino los de los otros 17 municipios de la provincia que forman parte del consorcio: El Madroño, El Pedroso, El Real de la Jara, Villanueva del Río y Minas, Alcolea del Río, Cantillana, Tocina, Brenes, Carmona, El Viso del Alcor, Utrera, Los Molares, El Coronil, Lebrija, Las Cabezas de San Juan y El Cuervo.
Según el edil proponente, Manolo Vargas, «este sistema injusto que aplica Aguas del Huesna ya fue corregido en su día por otra empresa del agua como Emasesa (Empresa Metropolitana de Abastecimiento y Saneamiento de Aguas de Sevilla), y felicitada por ello por Facua». Emasesa abastece precisamente a poblaciones vecinas de Los Palacios y Villafranca como Dos Hermanas, Alcalá de Guadaíra o la capital hispalense (lo que supone un 55 por ciento de la población provincial).
Aguas del Huesna opera en la provincia desde 1993 y hoy en día gestiona en los citados 18 pueblos que suponen una población de 250.000 habitantes y 101.000 abonados. La sociedad es, desde 2007, una sociedad limitada de capital público –con inversiones de la Junta de Andalucía y la Diputación de Sevilla– que cuenta con más de 200 empleados. El agua la capta del embalse del mismo nombre, en la Sierra Norte, y tras tratarla en unas modernas instalaciones de potabilización, la distribuye por una red de conducciones que en total alcanza 1.378 kilómetros.