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Varios grupos de jubilados en el Hogar del Pensionista de Mairena del Alcor. / A. G.
Los usuarios del Hogar del Pensionista de Mairena del Alcor se preparan para ponerse en pie de guerra estos próximos días. El motivo: el anuncio por parte de la dirección del centro de cerrar las instalaciones en horario de tarde durante dos meses y medio, a partir del próximo 1 de julio. La medida, que se anunció a través de un comunicado en el tablón del centro, ha caído «como un tiro» entre la mayoría de los jubilados, que denuncian el ostracismo al que se les condena en las tardes estivales y «la pérdida de un derecho que nos hemos ganado después de toda una vida trabajando». Así las cosas, si no hay cambios, a partir del próximo mes, y hasta el día 17 de septiembre, el centro cerrará sus puertas a las tres de la tarde.
Antonio Carrión, jubilado de 62 años, es uno de los miembros de este colectivo más activos ante la medida de cierre, y se queja de la actual dirección «porque está haciendo con nosotros lo que le da la gana, no hay derecho». Carrión culpa de este cierre al actual director, porque «hasta hace dos años, con la antigua directora no se cerraba». Con el cambio en la gestión, «ya el año pasado se cerró un mes y medio, pero es que este año se cierra otro mes más y perdemos las tardes hasta más de mediados de septiembre, esto es inaceptable».
Ventura Gallardo, otro de los usuarios de 65 años de edad, advierte de que «se está dejando en la calle a muchos de nosotros que no tenemos donde ir en todo el verano». Algunos de los que van, continúa este pensionista, «no pueden hacer poner el aire acondicionado en su casa porque con 600 euros de pensión tú me dirás a mí quién puede pagar la factura de la luz».
Estos jubilados explican que se está esgrimiendo como excusa «que por las tardes no viene nadie», algo que, según Antonio Sutil, de 82 años y usuario desde hace muchos años, «no es verdad, venimos muchas mesas a charlar o jugar una partida, cualquier tarde nos juntamos no menos de 30 personas aquí». También se les ha comunicado que «no es rentable», algo ante lo que se enervan, porque «esto está aquí para prestar un servicio público, no para hacer negocio».
Según declaran varios usuarios, se han puesto en contacto de manera informal con el Ayuntamiento para trasladarle las quejas ante su problema, pero «nos han dicho que el centro es competencia de la Junta de Andalucía, que ellos no pueden hacer nada». También han intentado lo propio con una interlocutora de la Delegación de Asuntos Sociales, «que nos dijo que aquí no venía nadie, y cuando le hicimos ver que eso era falso, se nos dijo que no tenían información para poder tratar el asunto». Ante tal situación, un gran número de los usuarios del centro se está preparando para movilizarse y llevar sus quejas a la calle. De momento, han adelantado, se baraja «ir a concentrarnos a la puerta del Ayuntamiento y no movernos hasta que se nos haga caso». Lo que hace falta, dice otro usuario, José El Goma, es «encerrarnos en el salón de plenos y no movernos hasta que se tome una medida». Aunque no se han especificado más medidas concretas, aseguran que «de aquí a que llegue el mes de julio no vamos a quedarnos quietos mientras nos ningunean, eso seguro».
Este periódico ha intentado ponerse en contacto con el actual director para obtener información sobre la medida de cierre sin obtener respuesta. Se ha ofrecido la posibilidad de explicar los motivos de la clausura estival o la versión institucional, pero la dirección ha rehusado vía telefónica hacer ninguna declaración al respecto.