«¿Se va a poder vivir en la Luna?, ¿qué se puede hacer con la basura espacial que generan los satélites?, ¿qué cualidades debe tener un astronauta?, ¿y qué comen mientras están en órbita?, ¿tienen algún plan previsto en caso de encontrarse con un extraterrestre?».
Falta pulirlas un poco, pero algunas de estas preguntas podrán trasladárselas directamente un grupo de alumnos del colegio de infantil y primaria Nuestra Señora del Carmen a los tripulantes de la estación espacial internacional, con los que podrán contactar durante unos diez minutos a través de radiofrecuencia en una fecha aún no determinada del primer semestre de 2019.
Este colegio, de apenas varios centenares de alumnos y perteneciente a la pedanía de Guillena Torre de la Reina, ha sido uno de los escogidos para participar en esta iniciativa promovida por ARISS Europa (Amateur Radio on the International Space Station), con lo que formará parte del selecto grupo de veinte escuelas e institutos a nivel internacional, y junto a otros tres españoles: uno de San Sebastián y otros dos centros de Palma de Mallorca.
«En todos los colegios siempre tiene que haber uno que esté un poco más loco y obsesionado con ir un poco más allá de los libros de texto porque la motivación de los niños hoy día debe ir por otros derroteros». Herminio Rodríguez Pozo, 44 años y nueve como profesor en este centro, se ha encargado de pilotar esta iniciativa en la que ha implicado a toda la comunidad educativa de este pequeño colegio, haciendo del espacio el leitmotiv de una serie de actividades con sus alumnos para hacerles más atractivo el aprendizaje.
«El colegio no cuenta con mucha infraestructura ni renombre, pero sí con la ilusión y las ganas de hacer algo conjunto, de trabajar en equipo». Precisamente, esas ganas se han convertido en la gran baza que ha hecho que los organizadores de esta actividad del programa ARISS Europa se hayan detenido en este pequeño punto del mapa de la provincia de Sevilla.
«No queremos quedarnos solo en la parte frívola del contacto con los astronautas, sino que esta experiencia tenga una trascendencia en el proyecto educativo» del centro, de manera que está previsto que en torno a esta iniciativa giren asignaturas, una semana de la ciencia, talleres relacionados con el universo, aprovechando además que el año que viene se cumple el cincuenta aniversario de la llegada del hombre a la luna, de ahí el eslogan que barajan: «Un pequeño paso para la educación y la ciencia, un gran salto para nuestro colegio». Y con repercusión incluso sobre las clases de inglés, pues no en vano es el idioma que los alumnos tendrán que utilizar para dirigirse a los astronautas.
Aunque el programa sea más amplio, el reclamo de esos diez minutos de conversación con la estación espacial internacional ha despertado la ilusión de los alumnos, que se apoyarán en la Unión de Radioaficionados de Sevilla para poder cumplir ese sueño desde el punto de vista técnico. Su presidente, Arturo Rivera, explica que en los últimos años han sido cuatro los colegios sevillanos que han contactado con ellos para pedir ese soporte. «Pero solo uno ha llegado a enviar la solicitud».
Así, de forma desinteresada, la asociación –que cuenta con 140 socios en Sevilla– se encargará de instalar el equipo de radio y el sistema de antenas, que incorporará una serie de rotores para poder seguir el movimiento de la estación espacial internacional, que orbita a unos 400 kilómetros de la Tierra.
«Las frecuencias altas pueden atravesar la atmósfera en condiciones normales», lo que permitirá entablar contacto con los astronautas. «El año pasado un colegio de Jaén protagonizó esta experiencia y me llevé un walkie al trabajo para poder escuchar las respuestas desde la estación espacial», explica. El año que viene lo podrá vivir en primera persona.