Los pueblos ahorran 34 millones en 10 años con el ‘banco bueno’ provincial

La Diputación prestará este año 77 millones sin intereses a los ayuntamientos, que ahora tienen menos urgencias al solicitar más anticipos para inversiones

Iñaki Alonso @alonsopons /
09 ago 2018 / 19:28 h - Actualizado: 09 ago 2018 / 22:09 h.
"Préstamos","Diputación","Inversión","Fernando Rodríguez Villalobos"
  • Villalobos presentó los últimos datos junto a las diputadas Concepción Ufano y Lidia Ferrera. / El Correo
    Villalobos presentó los últimos datos junto a las diputadas Concepción Ufano y Lidia Ferrera. / El Correo

El llamado banco bueno de la Diputación ha permitido a los ayuntamientos un ahorro de 34 millones de euros en la última década, precisamente la que más hacía falta capear la crisis. Buena parte de este capital se logró gracias a que el Organismo Provincial de Asistencia Económica y Fiscal (Opaef) ideó una vía de financiación que, a diferencia de los bancos, carecía de intereses para los consistorios, que podían hacer uso de ese dinero para resolver sus problemas de tesorería. Los FEAR (así se llaman) nacieron en 2007 con una partida de apenas 3,5 millones que, con los años, creció de manera exponencial, en función de la demanda de las haciendas locales. La última convocatoria, que se aprobará en septiembre, alcanzará la friolera de 77 millones de euros destinados a anticipos.

El presidente de la Diputación, Fernando Rodríguez Villalobos, sacó pecho al respecto del músculo económico de la institución. Ya no solo por la rebaja de la deuda de «los 206 millones de 2011 a dejarla a cero», sino por su capacidad de prestar dinero a las administraciones locales. Así, el Opaef ha concedido anticipos por un montante superior a los 2.500 millones de euros en la última década. «A veces hago la conversión a pesetas para calibrar la dimensión real», se sinceró Villalobos, que aclara que la mayoría del préstamo viene por vía ordinaria, es decir, a través de los anticipos por la recaudación de los tributos (2.200 millones), frente a la línea extraordinaria de los FEAR, que posibilita préstamos por 264 millones (serán 334 sumando la última convocatoria). Pese a ser menor la cuantía, el ahorro obtenido por los FEAR es mayor, ya que evita que los ayuntamientos se entrampen con préstamos bancarios con un elevado interés. «Con ello, facilitamos los recursos financieros para que afronten el sprint de final de año con la mejor solvencia», manifestó Villalobos, que no calificó el FEAR como «el balón de oxígeno» de los ayuntamientos sevillanos.

En la próxima convocatoria se mantendrán las cinco líneas de financiación a coste cero del curso pasado. Así, los consistorios podrán solicitar varias fórmulas de préstamos: de mandato, para financiar inversiones, para refinanciar préstamos de los bancos a largo plazo, para financiar deuda con la Agencia Tributaria o la Seguridad Social; y, por último, para operaciones de tesorería.

Sin tantas urgencias

Los anticipos, además de un colchón económico para las arcas municipales, sirven de termómetro para calibrar cómo se encuentra la liquidez de los ayuntamientos. Villalobos, en ese sentido, atisba una evolución en positivo. «Se le ha dado totalmente la vuelta al calcetín», manifestó el presidente de la institución provincia, que recordó que, en las primeras convocatorias, los consistorios se inclinaban más a «resolver urgencias» como tener liquidez para resolver problemas de tesorería o el pago de nóminas pendientes. En el último mandato se ha detectado un cambio de tercio y ahora el 62 por ciento del dinero destinado a los FEAR va a la refinanciación de préstamos a largo plazo o a inversiones, es decir, a operaciones más enfocadas a la recuperación.

Villalobos aprovechó para ensalzar la labor del Opaef, que celebra este año su trigésimo aniversario. «Ya no es sólo un organismo de recaudación, sino que representa la solidaridad y la corresponsabilidad fiscal intermunicipal», defendió. Esta efeméride se empezó a celebrar con la inauguración de la nueva sede electrónica del organismo, desarrollada por Inpro, y con la que se pueden hacer hasta 70 trámites de forma electrónica.

El llamado banco bueno de la Diputación ha permitido a los ayuntamientos un ahorro de 34 millones de euros en la última década, precisamente la que más hacía falta capear la crisis. Buena parte de este capital se logró gracias a que el Organismo Provincial de Asistencia Económica y Fiscal (Opaef) ideó una vía de financiación que, a diferencia de los bancos, carecía de intereses para los consistorios, que podían hacer uso de ese dinero para resolver sus problemas de tesorería. Los FEAR (así se llaman) nacieron en 2007 con una partida de apenas 3,5 millones que, con los años, creció de manera exponencial, en función de la demanda de las haciendas locales. La última convocatoria, que se aprobará en septiembre, alcanzará la friolera de 77 millones de euros destinados a anticipos.

El presidente de la Diputación, Fernando Rodríguez Villalobos, sacó pecho al respecto del músculo económico de la institución. Ya no solo por la rebaja de la deuda de «los 206 millones de 2011 a dejarla a cero», sino por su capacidad de prestar dinero a las administraciones locales. Así, el Opaef ha concedido anticipos por un montante superior a los 2.500 millones de euros en la última década. «A veces hago la conversión a pesetas para calibrar la dimensión real», se sinceró Villalobos, que aclara que la mayoría del préstamo viene por vía ordinaria, es decir, a través de los anticipos por la recaudación de los tributos (2.200 millones), frente a la línea extraordinaria de los FEAR, que posibilita préstamos por 264 millones (serán 334 sumando la última convocatoria). Pese a ser menor la cuantía, el ahorro obtenido por los FEAR es mayor, ya que evita que los ayuntamientos se entrampen con préstamos bancarios con un elevado interés. «Con ello, facilitamos los recursos financieros para que afronten el sprint de final de año con la mejor solvencia», manifestó Villalobos, que no calificó el FEAR como «el balón de oxígeno» de los ayuntamientos sevillanos.

En la próxima convocatoria se mantendrán las cinco líneas de financiación a coste cero del curso pasado. Así, los consistorios podrán solicitar varias fórmulas de préstamos: de mandato, para financiar inversiones, para refinanciar préstamos de los bancos a largo plazo, para financiar deuda con la Agencia Tributaria o la Seguridad Social; y, por último, para operaciones de tesorería.

Sin tantas urgencias

Los anticipos, además de un colchón económico para las arcas municipales, sirven de termómetro para calibrar cómo se encuentra la liquidez de los ayuntamientos. Villalobos, en ese sentido, atisba una evolución en positivo. «Se le ha dado totalmente la vuelta al calcetín», manifestó el presidente de la institución provincia, que recordó que, en las primeras convocatorias, los consistorios se inclinaban más a «resolver urgencias» como tener liquidez para resolver problemas de tesorería o el pago de nóminas pendientes. En el último mandato se ha detectado un cambio de tercio y ahora el 62 por ciento del dinero destinado a los FEAR va a la refinanciación de préstamos a largo plazo o a inversiones, es decir, a operaciones más enfocadas a la recuperación.

Villalobos aprovechó para ensalzar la labor del Opaef, que celebra este año su trigésimo aniversario. «Ya no es sólo un organismo de recaudación, sino que representa la solidaridad y la corresponsabilidad fiscal intermunicipal», defendió. Esta efeméride se empezó a celebrar con la inauguración de la nueva sede electrónica del organismo, desarrollada por Inpro, y con la que se pueden hacer hasta 70 trámites de forma electrónica.

LLAMADA A MADRID PARA UN PLAN SUPERA PARA EMPLEO

La Diputación reclamó al Gobierno central de Pedro Sánchez «como ya se hizo con el de Mariano Rajoy» que el próximo superávit se pueda utilizar a obras más allá de las financieramente sostenibles y se pueda destinar a planes de empleo y políticas sociales. Al respecto, asegura que ha recibido una respuesta posibilidad por parte dela ministra de Hacienda, María Jesús Montero.