Los susurradores de caballos llegan a la Sierra Sur

Dos jóvenes moronenses crean una asociación donde ofrecen terapias asistidas con ponis y caballos para niños con dificultades y trastornos

25 jun 2017 / 06:25 h - Actualizado: 25 jun 2017 / 06:25 h.
  • Una niña inicia las clases asistidas con uno de los caballos con los que cuenta el centro de terapia Amica Morón. / El Correo
    Una niña inicia las clases asistidas con uno de los caballos con los que cuenta el centro de terapia Amica Morón. / El Correo
  • Las instalaciones se encuentran en la carretera que une Morón con Marchena.
    Las instalaciones se encuentran en la carretera que une Morón con Marchena.

La utilización del caballo para la rehabilitación de personas no es algo nuevo. Los ejercicios a lomos de un equino abren un mundo de posibilidades que bien pueden pasar por mejorar la calidad de vida de las personas con algún tipo de dificultad. Unas terapias con muy buena aceptación entre niños y mayores, que llegan a Morón de la Frontera de la mano de Amica Morón.

Es por la tarde, refrescando en la ciudad cuando comienzan las diferentes terapias. Entonces Jaime Valle y Juan Sebastián Seño inician con los más pequeños las clases asistidas con los caballos y ponis que tienen en sus instalaciones ubicadas en la carretera que une el municipio con Marchena. Aquí comenzó su sueño que se ha hecho realidad en este centro de terapia que miman con esmero.

Desde hace pocos meses están en activo, sin embargo, fue el pasado mes de septiembre cuando emprendieron los trámites, que no estuvieron finalizados hasta marzo, una vez que adaptaron el lugar de trabajo.

A ambos la idea les rondaba por la cabeza desde tiempo y decidieron «tirarse a la piscina», cuenta ilusionado Jaime, quien al terminar la licenciatura del deporte hizo un master de intervenciones asistidas con caballos. Él siempre ha estado vinculado al mundo del caballo y encontró en estas terapias «mi veneno» porque descubrió que «es lo que realmente me gusta, trabajar con chavales a los que les hace falta».

Se unía con Juan Sebastián, un joven psicólogo moronense, en este proyecto que han levantado con sus propias manos y la ayuda de la familia. En un principio, la parcela donde está ubicado el recinto –propiedad del padre de Jaime– era un olivar con una cuadra y un corral que han adaptado «arrancando nosotros los olivos y haciendo diferentes corrales para ponis y caballos, almacenes de paja y heno y, por eso, hemos tardado tanto en empezar», explican orgullosos.

A pesar de su juventud, eran conscientes de la fuerte apuesta que querían realizar con este centro de terapia, que va creciendo como la espuma. A pesar de no haber hecho apenas publicidad, el boca a boca y el buen funcionamiento de las terapias entre los jóvenes está siendo su mejor baza para aumentar los pacientes que se están acercando hasta Amica.

Fruto de su formación, pero también de su profesionalidad, hacen un tratamiento personalizado que inician con «un protocolo de cada usuario y la valoración con las familias de las necesidades específicas. A partir de ahí, diseñamos la intervención individualizada». Dependiendo de las necesidades de los usuarios «se va trabajando», matiza Juan Sebastián, quien defiende a ultranza estas terapias.

En la comarca de Morón, que engloba varios municipios, no hay ninguna entidad que se dedique a la terapia asistida con caballos con profesionales cualificados. Con Amica pretenden cubrir esa necesidad, uniéndose también una fisioterapeuta, para completar el equipo multidisciplinar que atiende a los usuarios.

Actualmente tienen ocho jóvenes que tratan sobre diferentes problemas: trastornos de aspecto autista, problemas genéticos, e incuso problemas con el habla. Para ellos, los beneficios de las terapias «están probados y funcionan mejor que en un gabinete». Al aire libre y montado en caballos, los niños y niñas «se aburren menos y trabajan sin apenas darse cuenta, interactuando con el caballo».

En total, ahora disponen de dos ponis y tres yeguas, una cuadra que «irán aumentando según crezca el volumen de trabajo». Según confiesan, «los animales son parte fundamental de las terapias, tienen que ser muy nobles y la confianza ciega es fundamental». Además para estos dos socios «los animales sienten cierta empatía con los usuarios y parece que comprenden que tienen algún tipo de necesidad».

Más allá de las terapias, también están realizando equitación con ponis en niños de tres años, a los que forman en las necesidades de estos animales. Y aunque aún es pronto, quieren ampliar sus servicios con un vehículo itinerante que cada día pase por uno o dos pueblos de la comarca –facilitando de esa forma el desplazamiento de los usuarios–, así como ofrecer terapias en asociaciones de discapacitados. Por otro lado, potenciar el caballo como deporte y crear un equipo de raid podría ser otra de las novedades que pondrían en marcha desde Amica Morón.