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El bloque de Jardín de Atalaya mientras se realizaban los trabajos de consolidación. / El Correo
Los vecinos del bloque 1 del residencial Jardín de Atalaya Alta de Camas han podido regresar a sus casas año y medio después de que su edificio fuese desalojado de forma urgente por el mal estado de su estructura, ya que ponía en peligro la estabilidad de la construcción. El motivo de esta situación se debe a que el inmueble fue levantado sobre arcillas expansivas, que han ocasionado problemas también en el bloque 2 de la misma promoción camera y en la barriada del Parque Alcosa de Sevilla capital, solo por poner unos ejemplos.
La mayoría de las 28 familias de esta urbanización de Camas que ha logrado volver a sus hogares año y medio después de su desalojo, el 10 de octubre de 2014, ha tenido que desembolsar previamente una cantidad cercana a los 700.000 euros, dinero con el que se ha sufragado la obra, los materiales y los proyectos. Un dinero que lo han aportado íntegramente los vecinos afectados, sin la ayuda de ninguna administración a la que han acudido para solicitar algún tipo de subvención.
Cada propietario ha pagado la rehabilitación de su propio bolsillo, unos 25.000 euros, una cantidad más que considerable y que muchos de los afectados han tenido serios problemas para poder aportar. Según el presidente de la comunidad, Rafael Domínguez, «el que ha tenido dinero lo ha aportado, pero otros se han visto obligados a pedir créditos y muchos han tenido que rehipotecar su vivienda». Estos casos son los que han tenido más suerte, porque, según Domínguez, todavía hay vecinos que no han abonado la cantidad que les correspondía para asentar el edificio, puesto que carecen de medios económicos.
De hecho, aún adeudan a la constructora, a los que han elaborado los proyectos constructivos y a los proveedores aproximadamente 60.000 euros, una cantidad que para poder pagar tendrán que solicitar un nuevo crédito o esperar a que propietarios que todavía no hayan entregado su parte se pongan al día. El presidente de la comunidad insiste en que será la única forma de poder saldar la deuda.
A pesar de que el total del coste de la obra no se ha pagado, Domínguez destaca que la empresa constructora, Advantiare, se está portando muy bien con ellos. De lo que sí se queja este vecino es del nulo apoyo institucional que han tenido, cuando sus vecinos del bloque 2, que también tuvieron problemas similares con sus viviendas, sí pudieron acogerse a una subvención de la Junta de Andalucía de Fomento a la Rehabilitación Edificatoria.
Domínguez no se explica los motivos por los que a unas personas la administración sí se las ayuda y a otras con el mismo problema se las abandona.