Abría la tarde clara en Morón. Una primavera calurosa que llenaba las calles de la ciudad en su segundo día de Pasión. Un Lunes Santo que abarrota la salida procesional de moronenses y vecinos de la comarca que se acercan a la ciudad a seguir a la Hermandad del Calvario. Aguardaban a las puertas de la parroquia de la Merced. El cielo despejado recibía al misterio del Santísimo Cristo del Calvario que poco después era acompañado por Nuestra Señora del Mayor Dolor.
El Santísimo Cristo del Calvario. / M.M.
Alegría desbordante esperando la salida. El calor acampaba en una jornada soleada con la calle llena desde bien temprano. No cabía un alfiler en la calle Marchena, con una importante aglomeración de público, propia de los Lunes Santos. Puntual se abrían las puertas del templo, con un reguero de nazarenos con su túnica blanca y su capa y antifaz morado. La cruz de guía enfilaba la calle Marchena, abriéndose paso en la ciudad.
Nuestra Señora del Mayor Dolor. / M.M.
Había nervios que eran templados cuando asomaba el Señor obra de Francisco Reyes Villadiego. Expectación en una tarde gloriosa con una fuerte devoción. Una ovación acompaña esta salida cuando se comenzaban a escuchar los primeros sones de la agrupación musical Santa María la Blanca. Despacio, sin prisas en esta dificultosa salida el paso de misterio asomaba por la parroquia. Aplausos para comenzar la estación de penitencia seguidos de una saeta. Tras el Santísimo Cristo del Calvario, la centuria romana que, aunque sale desde hace tan solo un par de años, ya es una tradición. Unas plumas que ondeaban al viento al enfilar la tarde.
Petalada a las puertas de la parroquia
Nuestra Señora del Mayor Dolor. / M.M.
Le seguía la Virgen del Mayor Dolor, imagen realizada en 1988 también por Reyes Villadiego, quien comenzaba su dificultosa salida. A golpe de martillo iniciaba la estación de penitencia desde esta estrecha parroquia. Cuando asomaban los varales por el dintel de la puerta, un pequeño percance obligaba a retrasar un poco la salida por la rotura de una rueda del palio. Todo listo, nada detenía el paso en su encuentro con Morón. Acompañada por la Asociación Musical de la Algaba enfila su camino hasta la carrera oficial tras la saeta y la primera petalada en las calles. Gritos de “guapa” en la salida procesional enfilando la subida camino a la carrera oficial.
Un día de emociones que se vivía a la salida de ambos pasos. Ya en la calle, el gentío se agolpaba en diferentes puntos que ya son una tradición en la ciudad. Cascadas de pétalos en diferentes tramos han homenajeado a la Virgen del Mayor Dolor que seguía al imponente paso de misterio.
De vuelta a su barrio, la noche cerrada aguardan a estos dos pasos con momentos únicos que se atesorarán durante un año, esperando disfrutar, de nuevo, de un glorioso Lunes Santo.