«Maloma, mi hija, está secuestrada»

El padre adoptivo de la joven retenida en Tinduf, José Morales, dice que el Gobierno de España es «incapaz» de traer a su hija y que el Frente Polisario «es el responsable del secuestro»

08 may 2017 / 06:25 h - Actualizado: 10 may 2017 / 15:21 h.
"Sevilla y el Sáhara"
  • El padre adoptivo de Maloma, José Morales, durante la entrevista.
    El padre adoptivo de Maloma, José Morales, durante la entrevista.

El desierto es «un infierno en vida» del que Maloma regresará. «No tengo ninguna duda», dice José Morales, padre adoptivo de la joven saharaui con nacionalidad española que en diciembre de 2015 no regresó de un viaje a los campos de refugiados en Tinduf (Argelia). Su hija «está secuestrada», repite como un mantra, y cuando tiene «un hilo de libertad» deja frases desgarradoras: «Sacarme de aquí que me muero», según su familia de Mairena del Aljarafe.

Morales es crítico con los gobiernos de ambos países. El Polisario «es el responsable del secuestro de mi hija», acusa. España «está siendo incapaz» de traer a Maloma. El ministro de Asuntos Exteriores y de Cooperación, Alfonso Dastis, «no quiere hablar conmigo», dice. Y el caso hace de punta de iceberg de otras decenas de denuncias por retenciones ilegales en el desierto argelino. Pese a la dificultad y el tiempo transcurrido, mantienen esperanzas: «No tengo duda de que va a volver».

—¿Maloma está secuestrada?

—No tengo ninguna duda. Una persona que va con billete de ida y vuelta no quiere quedarse. Y allí me la quitaron de las manos, la metieron en un coche y después, como me dijo ella, le pegaron, y se la llevaron. Está secuestrada.

—Ella dice que está de forma voluntaria en los campos de refugiados saharauis.

—Al estar secuestrada, habla el secuestrador. No me preocupa porque yo sé que, cuando hablo con ella y tiene un hilo de libertad, me dice otras cosas.

—En la entrevista con El Correo de Andalucía, Maloma dice: «Al principio pasaron cosas».

—Claro, el secuestro. Después de estar aquí 11 años, una persona que está aquí viviendo occidentalizada... imagina cómo estaba en esos momentos. «Sacarme de aquí que me muero», eso nos decía. Después de estar aquí quién va a querer quedarse allí, es absurdo.

—Y de ahí acaba casada. ¿Obligada?

—Está secuestrada y haciendo lo que le dicen que haga. Yo valor no le doy ninguno al matrimonio. Mis noticias son que se conocieron tres días antes, se enteraron de la boda y se la prepararon en tres días. ¿Y qué persona se casa y no invita a su familia? Es falso, una farsa montada.

—¿Vive con su marido o sigue con su familia?

—Parece que sí. Han montado una jaima (vivienda tradicional saharui) a dos metros y medio de la casa de las dos tías y de su madre, y allí está viviendo. Ella sigue... en vez de en cuatro paredes, está en ocho.

—Un funcionario de la Embajada española en Argel visita a Maloma el fin de semana de su boda, y le cuenta lo mismo: que no está retenida y se casa porque quiere. ¿Le da credibilidad a ese testimonio?

—Totalmente ninguna. Sigo partiendo de que ella está secuestrada. Y a partir de que está secuestrada, ella dirá lo que diga el secuestrador. Pero recuerdo aquí que no ha tenido fuerza nadie, ni el Gobierno español, para sacarla a 50 metros de su vivienda. Todas las entrevistas se le han hecho en el entorno familiar. Una eurodiputada ha estado allí hace 15 días, ha hablado con Maloma y cuenta que ha sido extraño, que en la reunión hablando con ella había siete personas y entrando y saliendo constantemente gente.

—¿Cuántas veces os ha dicho que quiere volver?

—Muchas.

—¿Volverá?

—No tengo duda. Ninguna.

—¿Por qué?

—El Polisario es el responsable del secuestro de mi hija y va a ser el que tenga que dar una solución al problema. Al Polisario se le están cerrando muchas puertas por esto. Desgraciadamente no es Maloma, es Darya, Koria (mujeres saharauis de las que también se ha denunciado su secuestro), son muchas, y más de 49. El Polisario es culpable de todas las personas que están allí retenidas en contra de su voluntad. No tengo duda. Y claro, por eso estoy tan seguro de que va a volver, porque al Polisario se le desmonta toda su historia, todo lo que ha defendido durante 40 años. ¿Defender qué? Tiene allí al pueblo pasando necesidad cuando podía haber hecho muchas otras cosas.

—¿Pasan miedo por ella?

—Miedo pasé. Ya no, es una cosa pública y todo el mundo lo sabe. Miedo porque le vaya a ocurrir una desgracia, no.

—¿Cómo es la comunicación con Maloma?

—Constantemente sin hablar. Hasta 35 días seguidos después de que ella nos dice que llamemos. Pero claro, yo llamo al teléfono del hermano. A ella le prohíben tener teléfono.

—¿Cuál fue el último día que hablaron?

—El último día habló con ella Mari Carmen, mi mujer, y hará cuestión de unos seis días.

—¿Cuáles son los últimos avances del caso?

—Avance no ha habido ninguno. Solamente que le he pedido al Gobierno que, ya que no tiene capacidad para traerla a España, como ha demostrado en estos 17 meses, por lo menos que intente llevarla al aeropuerto de Tinduf y yo viajar con su pasaporte y un billete y preguntarle: «Maloma, te vuelves a los campamentos o te vienes para España». Me gustaría que fuera en España, pero el Gobierno está siendo incapaz. Hablo constantemente menos con el ministro (de Asuntos Exteriores y de Cooperación, Alfonso Dastis), porque el ministro no quiere hablar conmigo. Ahora ya hemos hecho una carta oficial y esperamos que nos reciba pronto. Con el Ministerio sí hablamos, y con el Delegado del Gobierno en Andalucía (Antonio Sanz) constantemente. A la semana dos y tres veces.

—¿Fue hace poco que el Gobierno español habla por primera vez, por escrito, de «retención ilegal»?

—En papel. En conversaciones siempre más o menos ha sido eso. Pero en papel, sí, es la primera vez. Exceptuando aquella vez que el anterior ministro habló (José Manuel García-Margallo), pero tan claro tan claro como esta, no.

—¿Qué pide a las autoridades españolas?

—Lo que debe hacer el Gobierno de España está clarísimo. Como una ciudadana española que fue secuestrada, que vuelva a su país y que declare lo que quiere hacer. Es lo único que le pido, que la traiga aquí.

—¿Y si quiere volver?

—Pues encantado, qué le vamos a hacer, es su vida. Yo lo que quiero y estoy luchando es porque Maloma esté en libertad y decida en libertad lo que quiere hacer.

—¿Y al Frente Polisario qué le pide?

—Cumplir las leyes, que para eso las tiene. Cumple lo que dicen las tribus. Maloma está allí porque la tribu es la que la tiene retenida. Como el Polisario es el que gobierna, la tiene que sacar.

—El Frente Polisario apunta a un conflicto entre familias.

—Estuvimos en octubre y la promesa era que volvía. Me decían «no va a volver ahora porque entonces va a parecer que hemos pagado un rescate y eso es un deshonor para la familia y tal». Que más adelante iba a volver. Y Maloma sigue allí.

—¿Maloma empatiza con la realidad saharaui en este tiempo o ese discurso está condicionado?

—No, no. Una persona que ha vivido aquí... ¿quién va a querer aquello? Si aquello es el infierno. El infierno en vida.

—Como medida de presión solicitan la retirada de ayudas...

—No hemos pedido que se paralice la ayuda humanitaria, jamás. Porque la ayuda humanitaria es la que le llega al pueblo. Hemos pedido la ayuda no humanitaria. ¿Cómo? Pues el mantenimiento del Polisario. España da mucho dinero y ése es el que queremos que corte mientras Maloma no venga. Maloma y muchas y muchos. No son casos aislados ni problemas de familia. Eso es mentira, no es cierto. Es un problema de secuestro, ésa es la palabra.

—¿Por qué hablar de secuestro y no retención?

—Bueno, el Gobierno me dice retención porque claro, el secuestro es cuando una persona no se sabe dónde está. Sabemos dónde está, pues es una retención ilegal. Pero que si miramos, secuestro y retención ilegal es prácticamente lo mismo. Cambia el nombre.

—¿Cómo recuerda aquel día de diciembre?

—Joder... lo tengo como si fuera ayer. Presente totalmente. La retienen, se la llevan, escucho arrancar el motor y a continuación a mi hija llamarme: «Papá, papá». Le taparon la boca para que dejara de chillar. Muy mal.

—¿Y el regreso desde el desierto?

—Deseando que el avión se cayera. Fue de los peores días de mi vida.

—¿Cuánto tiempo hacía que Maloma no visitaba a su familia biológica?

—Diez años. Ella podría ir pero no volver. Por eso no fue nunca. Intentamos arreglar papeles que siempre nos denegaban por una causa u otra y ya Maloma dijo que hacía el último requisito y si lo denegaban quería que nosotros la adoptáramos. Tenía 18 y hubo que esperar a los 19, que es la mayoría de edad en Argelia.

—¿Cómo explica las dudas en torno al proceso de adopción?

—Ella se queda aquí porque su familia biológica, el Frente Polisario y la Asociación de Amistad con el Pueblo Saharaui firman una documentación para que se quede. Si Maloma o su familia biológica hubieran querido, Maloma no se queda aquí. Y si la familia biológica la hubiera reclamado, tenía que estar en los campamentos. A ella nunca, jamás, la han reclamado.

—Después del tiempo transcurrido, ¿en qué punto están sus esperanzas?

—La esperanza no la pierdo. Quiero ser la piedrecita en el zapato del Gobierno para que no deje de negociar por su liberación.

—¿Qué programan a corto plazo?

—Queremos convocar una rueda de prensa este jueves y contar dos o tres cositas. Hay otra grabación por ahí y queremos pedir permiso a la persona que le grabó para ponerlo en la rueda de prensa y explicar los planes que tenemos. Hasta ahora hemos hecho lo que debíamos hacer. Posiblemente me pueda arrepentir de cuando el Gobierno me decía que me callase y me callaba. Porque no ha servido para nada.

—Deje un mensaje al pueblo español y al saharaui.

—Pido la libertad, en este caso de Maloma y de las demás. No me arrepiento de lo que hago. Y el Polisario es culpable y responsable y tiene que pagar por lo que está haciendo. ~