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La cantante Marta Quintero. / F.C.
Llega a la cita puntual, maquillada aún y vestida “de tele”, porque ha terminado un directo en Canal Sur unos minutos antes. Se sienta, y las prisas que trae de la calle con todo el ajetreo de una jornada de promoción musical las intenta disimular, aunque mira la hora con disimulo, pero se centra en las preguntas y respuestas profesionalmente, igual que si estuviera en un escenario, aunque la entrevista es más bien una charla sobre la vida de una mujer que además es artista, no la típica conversación pactada para vender discos a la que muchos “artistas” se someten por imposición de su mánager.
El nombre de Marta Quintero está asociada indisolublemente al de la música española desde hace más de 20 años, pero esta joven que aún no ha dado 40 vueltas al sol lleva con total naturalidad que sus miradas se claven en ella al entrar en un local, porque es fácilmente reconocible, y se preocupa más de que sus discos tengan calidad, las ventas de los mismos le den para comer, y tener tiempo para ver crecer a sus hijas. El éxito, como ella dice, si no te da tiempo para la vida, no es éxito.
La evolución de su música
Lo primero, ‘Fábula’. Es su nuevo tema, y anticipa la evolución que ha desarrollado hacia el pop y en el que ha definido su estilo cargado de poder; pasión y delicadeza.
En esta ocasión, la cantante ha confiado en las letras de Riki Rivera y David Santisteban, “dos grandes de la música con los que he tenido la suerte de poder trabajar para sacar adelante este tema”, que ha servido para sacar la mejor versión de ella misma al más puro ritmo de pop, dando así el pistoletazo de salida a este nuevo giro en su carrera artística.
“He cambiado de compañía, y ahora grabo con mi propio sello”, explica, mientras da un sorbo a un café que no está caliente, sino que al terminar la entrevista sigue estándolo. Un sorbo leve y una reflexión: “Fábula supone un giro en mi carrera, es lo que me apetecía hacer y lo que quería hacer”.
Este trabajo nace a raíz de un largo recorrido en búsqueda del mejor sonido, las mejores producciones y transitando por las diferentes influencias que han marcado su vida musical desde que se iniciara de forma profesional a los 15 años de edad.
Una vida de éxitos
Marta Quintero es un talento genuino que se convirtió en un fenómeno imparable cosechando multitud de éxitos con temas tan sonados a día de hoy como: ‘Mi principio y Mi Fin’, ‘Mi Muñeca’, ‘Requiem por una Magdalena’ y ‘Encerrada en Libertad’, entre otros muchos.
Y no ha sido fácil, pero por ahora le va ganando la carrera a todos los obstáculos que ser artista requiere, pero sin volverse loca de éxito, sobre todo en una época en la que “grabar un disco es de valientes, aunque es verdad que la música hay gente que le encanta y le sigue gustando tener ese disco físico en las manos, escucharlo, entender las letras, algo que parece que algunas veces se está perdiendo”.
Y lo hace en un momento en el que “hay un estilo de música que se lleva ahora, que no critico, pero que realmente a veces cansa. Soy más de Cuba que de aquí, me vuelve loca todo lo que sea la música latina, todo lo que sea bailar mi cuerpo se va solo, pero hay letras que casi les digo a mis hijas que tienen prohibido escucharla”.
Además, hay otro matiz, que se engloba en el término “triunfitos” quizás, pero que en Andalucía, por ejemplo, tiene nombres englobados en programas como ‘Soy del Sur’, cuyos concursantes, casi por arte de magia, tienen un disco en la calle cinco minutos después de pasar por el plató.
“Hay que tener los pies en el suelo”
Marta, sobre eso, primero se alegra por los chavales, pero les pide que tengan los pies en el suelo: “Es una suerte lo que les pasa, pero es verdad que una carrera necesita una base y hasta unos años de madurez. Tienen una suerte de entrar en un concurso, ser conocidos rápidamente, pero ahí es donde empieza la carrera, y a partir de ahí es larguísimo. El mejor consejo que se les puede dar es que tengan los pies en el suelo sobre todo, porque esto es una carrera de fondo. La música no es triunfar, sino mantenerse en ella, seguir cada año sonando, seguir manteniéndose, yo tengo la gran suerte de vivir de esto desde que era una niña, de haberme pagado mi carnet de conducir mi coche, mi casa..., todo lo pagué gracias a la música”.
Por eso, antes de irse a vivir su vida tras la entrevista, porque a esa vida suya, la de Marta antes que artista, no piensa renunciar nunca, dice: “Más que triunfar a lo grande, he priorizado muchas cosas en mi vida que a lo mejor no son compatibles con triunfar o tener grandes éxitos”.
La música, desde pequeña
Para ella, el mensaje está claro: primero vivir, luego triunfar, y desde luego, con esa filosofía, le va “de fábula”.
Y todo desde la perspectiva que le da vivir en un pueblo como la Rinconada, donde nació el 18 de noviembre de 1982, hija de un hombre que canta y toca la batería y una admiradora de Marifé de Triana.
Desde muy pequeña, Marta sintió de forma natural su predisposición y su facilidad para cantar, y a los 8 años hace su primera actuación como alumna de la sempiterna Adelita Domingo.
Desde que entró en el Conservatorio con 11 años, su vida siempre ha tenido un micrófono en las manos y una orquesta detrás, y visto lo visto le queda mucha música por delante.