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El paciente que esperó 12 horas para ser atendido. / Belén Botella.
Es el calvario que está pasando una familia de La Roda de Andalucía, que llevó a su padre al centro hospitalario (con 83 años y enfermo de alzheimer en grado avanzado) a media tarde de ayer al citado hospital. Sobre distintos síntomas de problemas renales, con sangrado incluido. A las ocho de la tarde lo colocaron en una camilla, y ahí sigue a las diez de la mañana de este miércoles.
Una situación que ha narrado a esta redacción su hija, Belén Botella, que ha pasado la madrugada viendo como su padre no era atendido, no le limpiaban la sangre de la camilla, no le asignaban una cama. Tras poner una reclamación por escrito, a las cinco de la madrugada conseguía que lo ingresasen en observación, pero sigue en la misma camilla, sin cama asignada.
Y todo después de que “a la una de la madrugada por fin nos dicen que se quedará toda la noche por indicación del especialista hasta por la mañana y que ya decidirá según lo vea. Pido una cama para él y me dicen que no hay camas, que no lo van a llevar a observación y que le toca pasar la noche en una camilla. Es un hombre de 83 años, con alzheimer, sangrando y toda la noche con el megáfono chillando nombres de pacientes y consultas”. Su hija recuerda que el hospital de Osuna tiene muchas habitaciones cerradas por no poder cubrir las bajas de los médicos por las vacaciones de verano. “No es Venezuela, es nuestro país”, lamenta.
Pero hay más: “Tenemos en la sala desde aproximadamente la misma hora a otro hombre de la misma edad, y nos comunica la familiar que tampoco le daban camas, A las tres este hombre comienza a convulsionar, salgo a poner una reclamación y a la vuelta se han llevado al hombre y a la hija llorando. Y las plantas cerradas y las camas vacías mientras aquellos que trabajaron para que tuviéramos una sanidad publica pasan la noche en una camilla, convulsionado, sangrando y sin observación ni supervisión de ningún profesional sanitario”.
La hija de este enfermo quiere dejar claro que su queja no es hacia los profesionales. “Hace unos meses venía la impresentable (por decirle algo dulce, le cabe cualquiera de los calificativos con la que la definen el doctor Candel) de la presidenta de la Junta a celebrar que nuestro hospital de Osuna utiliza las mejores de las técnicas de tortura con los enfermos, sobre todo para los más críticos y delicados. Este es el trato a personas con dependencia en este hospital: pasar la noche y a saber que parte del día en una camilla, sangrando, sin almohada, sin supervisión de ningún tipo mientras en el hospital se reparte el dinero que se ahorran de las camas vacías”.
Belén Botella ha animado a los usuarios de los hospitales “a poner reclamaciones y trasladarlas al Defensor del Paciente y al Defensor del Pueblo, y movilizarnos cada vez que se convoque un acto de protesta”.
Ya sobre el mediodía la familia ha informado a esta redacción de que el paciente fue dado de alta poco antes de las 11 de la mañana, con la posibilidad de quedarse en la camilla en el área de observación, lo que han rechazado para seguir en su casa con el tratamiento prescrito.
La Junta niega mala atención
La consejería de Salud ha asegurado que ha habido una correcta atención a este paciente en concreto. Fuentes de Salud aseguran que “en un primer momento, cuando se recomienda que permanezca ingresado en el área de Observación, la familia rechazó su ingreso en este área, al tener en cuenta que es un lugar del hospital en el que no pueden estar con el paciente los familiares.
“Finalmente, accedieron a que fuese ingresado en el área de Observación, donde ha permanecido hasta que esta mañana se le ha valorado por el equipo de Urología, que le ha dado de alta”, indicando que “ha estado bien atendido, ya que era el único paciente en ese área q tiene una dotación de enfermera y auxiliar de enfermería 24 horas.