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Imagen de archivo de una cofradía infantil celebrada en Alcalá del Río en 1967. / El Correo -
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Alumnos de la clase de Don Miguel. / El Correo
«¿Dónde estabas el 23 de febrero de 1981?», pregunta recurrente en el grupo de WhatsApp que reúne a más de un centenar de alcalareños con el nexo común de pertenecer a la generación de 1967. En su caso, muchos de ellos estaban recibiendo «una bulla» de Don José María, el profesor de inglés, porque «alguien había birlado el examen que teníamos esa tarde y sabíamos las preguntas». Momento justo cuando «Don Eduardo llegó anunciando que se estaba produciendo un golpe de estado», que todos acogieron con alegría porque se libraron de la riña y del examen. Esa anécdota, junto con otras vivencias, recuerdos y personas se están agrupando para componer una publicación en la que, a través casi exclusivamente de fotos, se van a recopilar los 50 años de estos niños y que, a la vez, supone el último siglo de la historia de Alcalá del Río.
Este relato es parte de los recuerdos de Mariano Velázquez, uno de los miembros de la generación. Es parte de la comisión encargada de organizar los fastos con los que conmemoran la mitad del siglo. Además de encuentros y fiestas, la generación va a dejar plasmada su historia en una publicación, que surgió casi de forma casual. Y es que los grupos de WhatsApp dan para mucho. «Ahí fue donde empezaron a pasarse fotos inéditas, sobre todo de nuestra época escolar».
Estas imágenes componen el relato de 50 años de historia. Nostalgia de una época que recorre, desde el blanco y negro al color y desde la dictadura a la democracia, las cinco décadas de unos niños que se conocieron en el colegio y cuyos lazos han pervivido hasta la actualidad. Porque «el 80% seguimos viviendo en Alcalá y nos vemos a diario. Eso ha facilitado crear el grupo y poner en marcha estas iniciativas», explica.
La consulta a los archivos parroquiales permite hacer un listado con todos los nacidos. Restando «un importante número de nacidos que se marcharon, eran hijos de temporeros que venían de distintos lugares para las campañas agrícolas», resultan 160, 80 niños y 80 niñas. «Los niños en las clases de Don Miguel y Don Pedro y las niñas en las de Doña Aurora y Doña María Victoria». Un inicio escolar –con 6 años, tras un curso preparatorio de párvulos– que los mantuvo con el mismo grupo muchos cursos, y que los marcó. «Las reuniones se mantienen surgidas de esas aulas». Una generación con una única baja, Manuel Copete, que murió atropellado en las inmediaciones del colegio en los primeros días del curso, y que esta recuperación de la memoria de la generación ha vuelto a traer al recuerdo de sus compañeros.
La publicación mostrará una recopilación de fotos que dará imagen la evolución de un pueblo donde se vivía en la calle, «donde los veranos eran largos, los niños siempre jugábamos y la gente tomaba el fresco en las puertas de las casas». La transición de la enseñanza «donde no todo era malo, era una educación de calidad» a la mezcla de niños y niñas en las aulas y una nueva generación de profesores con nuevos métodos. Las primeras pandillas de amigos, las «cofradiítas» imitando la Semana Santa local, los «clubs de Navidad»; los cines Velázquez, Ilipa y San Fernando, las discotecas Manhattan y Nilo, «míticas en el entorno, donde venía gente de muchos pueblos». El mundial de fútbol del año 82, la Expo... Un pueblo que bullía vida y una generación que lo ha vivido con provecho.
La infancia, los colegios y la época escolar es un bloque importante de esta recopilación. Una parte destacada corresponde a un encargo de los maestros para denunciar que «a pesar de ser edificios de calidad, el entorno no estaba urbanizado. Se hicieron un día de lluvia y se muestra el barro y los charcos que había que atravesar». Boletines de notas, imágenes de los libros de textos, los certificados de escolaridad, y la foto oficial –sentados en un pupitre y con el mapa de España de fondo– con la que esta generación, uno por uno, inauguraron su época de estudiantes, continuarán ese bloque. Comuniones, reuniones de amigos, las fotos en la calle, dan imagen de cómo se ha transformado el pueblo. Las tradiciones enseñan cómo han variado las formas manteniendo el fondo. Pero a todo ello además se añadirán lo que los marcó como generación: el cine, las series de televisión y, cómo no, la música. Textos explicativos y la intención de que cada profesor les dedique un artículo terminará de configurar la publicación.
La idea pretendía perpetuar el recuerdo de una historia común, de vivencias y tradiciones que supusieran una alegría para los integrantes del grupo y un legado para el futuro. Por ello además están valorando la idea de crear un ejemplar además para que sea custodiado en todos los archivos locales: la biblioteca municipal y las de los colegios e instituto, parroquia y ayuntamiento. Una publicación que escribe la historia reciente del pueblo de manera visual, a través de la visión de una generación –de la que incluso salió un alcalde– y que cuenta en fotos la transición y el paso a la modernidad en la vida de esta localidad.