La afición al cine va creciendo poco a poco en Morón. Las calles de la ciudad del gallo se han convertido durante estos meses en un gran plató de cine con varias películas y cortos realizados por jóvenes de la localidad. Si hace algunos meses se estrenaba Penumbra de Juan Cádiz, ahora se está finalizando Parálisis, una obra de Pablo Mora que ha contado con la ayuda de vecinos moronenses a quienes les ha picado el gusanillo de la interpretación.
Las decisiones que se toman pueden cambiar la vida de una persona de la noche a la mañana. Ese es el hilo argumental de la obra, cuyo tráiler ya está arrasando en las redes sociales. Escrito y dirigido por Pablo Mora, fue hace algunos meses cuando, junto con Juan David Moreno, decidió dar un paso más y engrasar la maquinaria del cine en Morón grabando un metraje que se estrenará dentro de algunas semanas.
Estos aficionados al séptimo arte decidieron liarse la manta a la cabeza y rodar uno de los guiones de Mora, con varios en cartera a pesar de su juventud. Una historia dura que narra la vida de José, quien al morir su padre entra en el oscuro mundo de las drogas. Las malas decisiones y el oscuro mundo del préstamo azotan al protagonista durante los veinte minutos de duración. Según Mora, este filme filosófico se adentra en «las decisiones de la vida y cómo una mala te puede influir para siempre», relata Mora.
Aunque muchos piensen que el hilo argumentar pueda ser lejano, el director no duda en afirmar que «Parálisis es Morón de noche, cuando nadie sale y la ciudad duerme». No quiere desvelar mucho de la cinta pero asegura que habrá una sorpresa que se anunciará al final de la película en el estreno.
Tras realizar un casting para la elección de personajes, durante una semana salieron a la calle a grabar. Jorge Cruces interpreta el papel de «Pablo Escobar de Morón». Aunque realiza tareas de producción, también tiene un pequeño papel en la cinta. Para él, ha supuesto todo un descubrimiento el mundo del cine y alaba a la juventud «por estas inquietudes y la gran afición en la ciudad».
El peso argumental ha recaído en las manos de Pepelu Salas, recomendado por su amigo José Carlos Valverde, quien también participa en el filme. Había realizado musicales con el grupo Desamor, si bien nunca se había enfrentado a una cámara. Ha sorprendido a todos por su gran calidad interpretativa, sin embargo, «no me planteo dedicarme a esto. Lo he hecho principalmente por apoyar la cultura y los jóvenes».
Por su lado, David Barrera se mete en la piel de un guardaespaldas muy especial. Su afición al cine viene de lejos. Hizo el papel de Capitán Nazareno en la webserie de su hermano Agustín Israel Barrera sobre este peculiar defensor de la sevillanía. Entre risas confiesa que «podría ser su profesión frustrada» relata mientras se marcha para seguir con su trabajo de repartidor.
Una gran afición que crece en la ciudad y que es aplaudida por aficionados. Tras el estreno de la película de Juan Cádiz –quien también ahora tiene en cartera Amir– poco a poco ha ido creciendo el gusanillo hasta llegar el punto «que grabamos por la calle y los vecinos no se sorprenden». Según Mora, «hay mucho interés por el cine y tenemos que tener en cuenta que no todo es Hollywood y efectos especiales. Una buena historia puede ser contada a través del arte».
Angélica Pernía es un de las pocas mujeres que aparecen. Ya tiene experiencia y no duda en apuntarse a todo lo que le proponen con el objetivo de desarrollar una de sus principales aficiones. Juan David es su mayor animador, puesto que él no duda en ser parte fundamental de los proyectos que salen adelante, ya que «siempre me ha gustado el cine». Desde la parte técnica ayuda a todos los que quieren poner un granito en el mundo del celuloide en la ciudad del gallo. Con cámara réflex en mano, matiza que «hemos intentado que tenga los menos fallos posible».
Un amplio grupo de todas las edades que han hecho piña alrededor del cine. Hasta la encargada de poner a punto el maquillaje de los personajes, parte fundamental por la característica de uno de los actores, sueña con poder dedicarse algún día al mundo del séptimo arte. Ilusión no les falta para seguir con su gran pasión.