Los propietarios de los perros –u otras mascotas– que no recogen los excrementos de sus animales en la vía pública ya están comenzando a ser multados en Utrera. La imposición de sanciones ha comenzado a producirse años después de que se aprobara inicialmente una normativa que así lo fijaba. De hecho, fue en el anterior mandato municipal cuando se validó. Sin embargo, ha sido en estos días cuando los agentes de la Policía Local de Utrera están comenzando a aplicar la ley y a imponer las primeras sanciones por infracciones de este tipo.
La Ordenanza de Tenencia de Animales Domésticos y de Compañía en su artículo 38 es clara y permite a los agentes de la Policía Local sancionar con multas de hasta 500 euros a los propietarios de los animales por la «no recogida inmediata de los excrementos en la vía pública, así como no evitar micciones en fachadas de edificios o mobiliario urbano».
La primera multa de este tipo se impuso hace unos días a un vecino de Utrera de 37 años de edad que paseaba con su perro por la calle Cristóbal Colón, popularmente conocida como La Huerta, cuando su perro soltó los excrementos en la vía sin ser recogidos y fue sorprendido por la patrulla de Policía.
Según explicó a este periódico el edil responsable de la Delegación Municipal de Seguridad Ciudadana, el concejal socialista Francisco Campanario, el problema de los excrementos de animales domésticos «es uno de más recurrentes de los vecinos de cada barriada cada vez que les preguntamos por su demandas».
Campanario manifestó que en cada barriada de Utrera existe un lugar específico y localizado con este problema, que es el camino que eligen los dueños de los perros, principalmente, aunque también de otras mascotas, para pasear. Ello, según dijo, crea «un problema de suciedad, salubridad y civismo» y, por ello, «merece la pena el esfuerzo de imponer estas sanciones con el fin de beneficiar a la sociedad utrerana en general».
La medida ha sido bien recibida en la mayoría de los casos por parte los vecinos de Utrera. Así, María García, una vecina residente en la zona centro de Utrera la ve «muy lógica» porque «los vecinos estamos hartos de la suciedad de los excrementos en las calles y de que los dueños no tengan ninguna responsabilidad». No obstante, considera que la medida no tendrá mucho efecto en la limpieza de las calles, ya que «el dueño del perro, cuando este defeque, mirará alrededor y si no ve ningún policía, y como lo normal es que no lo vea, no pasará nada». Para Consuelo Benítez, de la barriada San Joaquín, la imposición de multas «está bien, pero no tendrán efecto si no se hacen de una forma continuada». Según manifestó, «muchas calles, plazas o parques de Utrera están hechas un asco por lo excrementos y que se le trate de poner remedio es una buena noticia».
Otro utrerano consultado, José Blanco, de la barriada Madres Carmelitas, dudó de la efectividad de la medida y afirmó que «el Ayuntamiento de Utrera debería de dedicarse a resolver otros problemas más importantes de la ciudad que multar por las cacas de los perros».
Los excrementos de las mascotas no han sido las únicas actuaciones que ha realizado la Policía Local de Utrera en base a la Ordenanza de Tenencia de Animales Domésticos. En este sentido, en el pasado mes de septiembre, en la barriada El Junquillo, los agentes locales intervinieron en el caso de un perro de raza potencialmente peligrosa que estaba suelto y sin custodiar. Los agentes se personaron en el lugar e identificaron al can a través de la lectura de su microchip, comprobando que no había recibido las vacunaciones y tratamientos obligatorios previstos en la normativa aplicable.
Así, la propietaria fue denunciada dos veces según la Ordenanza Municipal de Protección Animal, por el artículo 38.2.2 («No realizar las vacunaciones y tratamientos obligatorios previstos en la normativa aplicable»); y por el 38.3.16 («permitir que el animal de compañía acceda a las vías o espacios públicos sin ser conducido por persona»). Ambas denuncias conllevan una sanción que oscila entre los 501 y los 2.000 euros.
En otra actuación, la propietaria de un perro potencialmente peligroso de la raza pit bull terrier, que estaba suelto, sin bozal y en actitud agresiva. Fue denunciada por la Policía Local, ya que el animal estaba en actitud agresiva estando merodeando por las zonas comunes de un bloque de pisos de una de las barriadas de Utrera habiendo intentado atacar a una vecina mayor.