Para que la procesión no termine jamás

Un grupo de 13 músicos de Los Palacios y Villafranca funda una orquesta de cámara llamada ‘Sequentia Sacra’ que se presta a armonizar cualquier evento con el aroma de la Semana Santa

Álvaro Romero @aromerobernal1 /
12 feb 2017 / 21:18 h - Actualizado: 13 feb 2017 / 10:09 h.
"Cofradías","Música","Cuaresma"
  • Juan Báez, director de la orquesta, posa junto a sus pupilos y compañeros en ‘Sequentia Sacra’, que pretende erigirse en un referente de la música cofrade. / A.R.
    Juan Báez, director de la orquesta, posa junto a sus pupilos y compañeros en ‘Sequentia Sacra’, que pretende erigirse en un referente de la música cofrade. / A.R.

Como Cristo y sus apóstoles, un grupo de 13 músicos palaciegos –todos ellos jóvenes aunque sobradamente preparados; la mayoría profesores o veteranos en la banda Fernando Guerrero– acaba de fundar una orquesta de cámara de viento madera dispuesta a «llevar la música procesional a todos los rincones», señala su director, Juan Báez.

Si hay músicas que duran todo el año a pesar de partir de alguna fiesta concreta, como las sevillanas –vinculadas a la primaveral Feria de Sevilla– o incluso los carnavales –vinculados al Cádiz de comienzos del año–, ¿por qué no va a funcionar un proyecto como éste en la ciudad mariana por excelencia? Es lo que se han preguntado los integrantes de esta orquesta compuesta por seis clarinetes, una flauta, un saxofón soprano, dos saxofones altos, un saxo tenor y un saxo barítono.

«Sequentia Sacra es un grupo de cámara que mima la música para trasladarla de la forma más delicada a un público que requiere el encuentro con nuestras raíces musicales, así como seducir a un público menos conocedor de este estilo musical», asegura Báez, que acaba de estrenarse, a la sazón, como director de la banda de música Fernando Guerrero de Los Palacios y Villafranca, tras la marcha de Juan Manuel Bustos a empresas más internacionales. Báez, natural de Arcos de la Frontera (Cádiz), es profesor de Dirección, Composición y Clarinete después de haberse llevado más de media vida estudiando en el conservatorio superior de música Manuel Castillo de Sevilla.

Hace una década, consiguió la plaza de suboficial del cuerpo de Músicas Militares y actualmente la desempeña en el Acuartelamiento Aéreo de Tablada con la categoría de sargento primero. Está en posesión de la Medalla al Mérito Naval con Distintivo Blanco y de una Mención Honorífica de las Fuerzas Armadas. No es de extrañar, pues, que lidere con batuta tan firme a estos doce nuevos grumetes de los sonidos cuaresmales.

«Nos ofrecemos para todo tipo de eventos que quieran contar con nosotros, desde un vía crucis a una conferencia religiosa o cofrade pasando por celebraciones litúrgicas de cualquier tipo, y eso es todo el año», explica uno de ellos, el saxofonista Sergio Román. «Y la música que ofrecemos no es de menor calidad que la de una banda, sino todo lo contrario, porque con tan pocos instrumentos lo que conseguimos es intensificarlo todo, sacralizar los sonidos», añade.

Ocho marchas por ahora

De momento, el repertorio de las piezas arregladas por Báez consta de ocho marchas, aunque la idea «es seguir creciendo con el tiempo e incorporar bastantes más, incluso un pequeño coro vocal», como el que actuará precisamente el próximo 23 de febrero en un acto que será la puesta de largo de Sequentia Sacra en su pueblo, el coloquio Historia de nuestra Unión, con el archivero municipal Julio Mayo y el cronista oficial de la Villa, Antonio Cruzado, para cerrar la efeméride del 180 aniversario de la unión entre Los Palacios y Villafranca (de la Marisma). «Ahí interpretaremos tres marchas, aunque también nos adaptaremos a la significación el acto y por supuesto no podía faltar la composición de nuestro maestro Busto, La Unión y Libertad», explica Báez.

Entre esas ocho marchas arregladas por Sequentia Sacra para sonar íntima e intensamente en las cámaras que vayan surgiendo, las hay clásicas y rotundas, a la altura de Frédéric Chopin con su Marcha Fúnebre, y también recientes y elegantes, como la Osanna in Excelsis que, con reminiscencias de Bach, es hoy una marcha procesional del joven alicantino Óscar Navarro, de tan sólo 35 años.

También tienen arreglados algunos imprescindibles de la Semana Santa como La Madrugá, de Abel Moreno, que con sólo 30 años de historia parece hoy la marcha procesional por antonomasia; o como Amarguras, de Manuel Font de Anta, otro de los referentes de la Pasión en Sevilla que fue asesinado por los brigadistas republicanos a los pocos meses de comenzar la Guerra Civil. Una de las preferidas del director es Virgen del Valle, de Vicente Gómez. «Es una marcha muy especial y que suena muy bien, aunque con la adaptación nuestra hemos intentado mejorarla para esos eventos en los que estamos pensando», explica Báez.

Las partituras del grupo cuentan con otras marchas del medio siglo como El Cristo de la Lanzada, obra del jerezano Rafael Márquez; Jesús de las Penas, del catedrático de piano del Real Conservatorio de Música de Sevilla, Antonio Pantión; y hasta Paz Eterna, que la compositora catalana María Teresa Texidor le dedicara tras su muerte al torero cordobés Manolete.

«Lo que intentamos es que todo suene más intensamente. Es como si cada compás fuera un verso único. No es lo mismo el papel de un instrumento en una banda de cincuenta músicos que el que desempeña aquí, con la cercanía y la atmósfera que es capaz de crear ante un público al que queremos trasladar a un tiempo lejano, reuniendo el romanticismo de los grupos de cámara clásicos con la elegancia de nuestras marchas procesionales en Sevilla», explica Román. Y añade Báez, retador: «Nuestro objetivo es tocar el corazón de los que están escuchando. Si no conseguimos eso, es que estamos fallando».