Pastora de un rebaño de miles de fieles

El calor marcó una romería especial y «de puertas abiertas a todo el mundo» en Cantillana por la ida de la Virgen, que acude cada cinco años a la aldea de Los Pajares acompañada de sus devotos

27 sep 2015 / 21:23 h - Actualizado: 28 sep 2015 / 09:42 h.
"Religión"
  • Vista aérea de los romeros de Cantillana, acompañando a la Divina Pastora durante el cruce del Viar. / A. C.
    Vista aérea de los romeros de Cantillana, acompañando a la Divina Pastora durante el cruce del Viar. / A. C.
  • Un momento del besamanos de la Divina Pastora. / A. C.
    Un momento del besamanos de la Divina Pastora. / A. C.
  • La procesión marchando por los Pajares. / A. C.
    La procesión marchando por los Pajares. / A. C.
  • Se formó una gran cola para acudir al besamanos. / A. C.
    Se formó una gran cola para acudir al besamanos. / A. C.
  • La romería es un punto de encuentro y convivencia con familia y amigos. / A. C.
    La romería es un punto de encuentro y convivencia con familia y amigos. / A. C.
  • La romera mayor, Cristina Rocío Romero. / A. C.
    La romera mayor, Cristina Rocío Romero. / A. C.

Camino de la aldea de Los Pajares, en Cantillana, partieron miles de fieles el sábado a las 10.00 horas, guiados por una Pastora que es Divina, que regala la imagen «única del sol en su rostro» que solo se produce cada lustro «ya que en su salida del 8 de septiembre sale de noche».

El lugar fue todo júbilo durante dos días en la que es una romería «de puertas abiertas a todo el mundo», en palabras de su hermano mayor, Antoni Arias, porque todo el que se acerca a este santuario es un pastoreño más, y, por supuesto, es un cantillanero más.

No importa que se sea de cualquiera de los pueblos de alrededor, como Brenes o Alcalá del Río, donde muchos de sus vecinos son fijos en esta fiesta, o de otros puntos muchos más lejanos como Venezuela, desde donde se desplazó una representación de la ciudad de Barquisimeto, cuya celebración en honor a la Divina Pastora «congrega a cuatro millones de personas cada año a pesar de los avatares políticos del país», señala Arias.

Las mujeres son las protagonistas natas de esta romería que lleva más de 50 años dándose lugar, no solo por ser las promotoras de esta peregrinación, sino también por ser las principales responsables de la disposición en las casas y las protagonistas de engrandecer la fiesta con la Romera Mayor, encarnada en la joven Cristina Rocío Romero, y sus damas, así como las réplicas infantiles.

Desde su coronación el viernes, víspera de la romería, Cristina está viviendo el sueño de su vida. A sus 20 años, esta estudiante de diseño de moda ha pensado y dibujado los cuatro vestidos que ha lucido durante estos días. Su favorito, «el de gala», elaborado «en volantes plisados, blanco y bordado en azabache». Marta Campos y María Soledad Jiménez son dos de sus cuatro acompañantes que ayer seguían flotando con las emociones a flor de piel. Para la primera, el momento cumbre fue la salida de su casa, que engalanan hasta la exageración, mientras que para María Soledad fueron las palabras del pregonero llámandola a la pasarela. «Si llega a tardar cinco minutos más rompo a llorar», asegura al recordar esa noche de la coronación cuando estaba todo por suceder.

La comida y la bebida, que debe acabarse en romerías de tanto sol, no entienden de hora y están constantemente haciendo el paseíllo desde las cocinas hasta las mismas puertas de las casas. Como la de María Campos, que a sus celosos taitantos solo espera «poder vivir cinco años más para poder ver a la Virgen de nuevo en Los Pajares», afirma con emoción. Su casa es la de todo aquel que sienta a la Pastora, «hasta de Guatemala» los ha tenido comiendo a su mesa.

En la mañana del domingo tuvo lugar la misa pontifical ofrecida por el obispo auxiliar de Sevilla, Santiago Gómez Sierra, cantada por el coro de la hermandad. Todos bajo la mirada de la que es la primera imagen de su advocación tallada al completo. Después de la misa, el recorrido por las calles cercanas al Santuario recogió momentos de verdadero júbilo entre pétalos y vítores. El besamanos también fue uno de los momentos más emotivos.

Y como en toda aglomeración que se precie, el dispositivo de seguridad registró unas 20 incidencias entre lipotimias y cortes, con la lamentable pérdida de un hombre que fallecía en el centro de salud sobre las 15.00 horas a causa de un aneurisma.