Pilas despide a la familia asesinada en Francia

En un silencio estremecedor, roto por los aplausos de los vecinos cuando los féretros fueron introducidos en la iglesia, los vecinos llenaron la iglesia parroquial para despedir a Manuela, José y Joseph

21 jul 2018 / 13:55 h - Actualizado: 21 jul 2018 / 14:00 h.
  • Imagen del funeral celebrado en la parroquia de Santa María la Mayor. / F.C.
    Imagen del funeral celebrado en la parroquia de Santa María la Mayor. / F.C.
  • Imagen del funeral celebrado en la parroquia de Santa María la Mayor. / F.C.
    Imagen del funeral celebrado en la parroquia de Santa María la Mayor. / F.C.
  • Imagen del funeral celebrado en la parroquia de Santa María la Mayor. / F.C.
    Imagen del funeral celebrado en la parroquia de Santa María la Mayor. / F.C.

Dolor, mucho dolor, mucho cariño de los vecinos de Pilas, y gente que se derrumbó literalmente al ver los féretros, sobre todo el del pequeño Joseph. La localidad de la que eran originarios Manuela, José y el niño, de sólo dos años, les despedía este sábado tras una noche intensa en el tanatorio de la localidad. Doce días después de ser asesinados por el marido de Manuela, sus cadáveres llegaban de madrugada al tanatorio pileño, donde no paró de llegar gente durante toda la noche, hasta que poco después de las 9:30 se enfilaba el camino de tres coches fúnebres hacia la parroquia de Santa María la Mayor, en pleno centro de este pueblo, donde, sin conocerles en algunos casos, los vecinos salieron a la calle para acompañar a la familia.

Una familia que quiso agradecer, en voz del alcalde, José Leocadio Ortega, todo el trabajo que se ha hecho para que los tres hayan podido ser enterrados en el pueblo, salvados incluso los problemas en torno a la doble nacionalidad del pequeño, que era español y marroquí, y existía la duda sobre la posible reclamación del cuerpo de la familia del padre. Finalmente, la Fiscalía francesa decidió que el niño sería enterrado junto a su madre.

En un silencio estremecedor, roto sólo por los aplausos de los vecinos cuando los féretros fueron introducidos en la iglesia, los vecinos llenaron las tres naves de la iglesia parroquial. Unos féretros acompañados por coronas con mensajes como la que acompañaba al pequeño, con la leyenda «con cariño de tus primos, Soledad, Elena y Luca», o la que iba en el coche fúnebre de su madre, con un mensaje en francés: «à jamais dans nous coueurs» por siempre en nuestros corazones.

El funeral duró escasamente media hora. Sin cámaras de televisión en la iglesia, por expreso deseo de la familia, que también pidió que no se diese el pésame a su término para no alargar la agonía que sufren desde el pasado 9 de julio. El párroco, Adolfo Pacheco, recordaba que todos los vecinos de Pilas están «sacudidos por tan terrible acontecimiento», pidiendo «que cada uno de nosotros intentemos desterrar de nuestros corazones la violencia», con la esperanza de que el apoyo del pueblo «conforte a la familia en estos momentos tan difíciles».

Nadie de la familia habló a la prensa, pero sí lo hicieron todos mediante un comunicado leído por el alcalde a las puertas del tanatorio. Agradecían, «públicamente, a la Embajada de Francia en España y al cónsul español en Pau, Julio Montesinos, por su implicación directa en los trámites para poder repatriar los cuerpos; a Cáritas, por su inestimable ayuda, así como a la asociación SOSFam y a las diferentes hermandades de Pilas por su colaboración».

«Nuestra hija y hermana era una emprendedora pileña más, que se había trasladado a tierras francesas hace varios años, no solo por amor, sino también para labrarse un futuro como profesora, puesto que ocupaba en la enseñanza francesa hasta unos días previos a su asesinato. Pero la vida le ha deparado un destino muy diferente al soñado por ella y por sus familiares y amigos; maltratada por su esposo, decidió comunicar a la Policía francesa su circunstancia y solicitó el divorcio a su maltratador. Para ayudarla ante tan difícil situación, nuestro padre, José, acudió en su ayuda, con un fatal desenlace que ya todos conocemos», explicaba la familia en el citado comunicado.

Agradecían, por último, el respeto mostrado por los medios de comunicación en las noticias publicadas sobre este suceso, «y al Ayuntamiento de Pilas la ayuda ofrecida en los diferentes pasos de este doloroso proceso, y, cómo no, a todo el pueblo por sus condolencias y constantes muestras de cariño». Ese cariño no paró un instante, desde el tanatorio al cementerio. Antes de iniciar el camino al camposanto, un último acto, con toda la corporación local despidiendo a los tres cuerpos a las puertas del Ayuntamiento, en señal de respeto de todos los vecinos, personificados en sus representantes públicos.