«¿Racismo? Coripe no sabe qué es eso. El Judas es una tradición»

Los vecinos del municipio rechazan las críticas ante la representación de la asesina de Gabriel

05 abr 2018 / 21:55 h - Actualizado: 05 abr 2018 / 22:10 h.
"Tradiciones"
  • La entrada principal de Coripe, que ha saltado a la polémica tras la difusión por redes con la Quema del Judas. / F.C.
    La entrada principal de Coripe, que ha saltado a la polémica tras la difusión por redes con la Quema del Judas. / F.C.

Hace más de cien años que en Coripe se quema un Judas en el Domingo de Resurrección. Hace más de 40 que ese muñeco tiene el aspecto de alguien conocido que es censurado por sus actos por los vecinos. Y hace tres días que sus vecinos son tildados de racistas sobre todo en las redes sociales, después de que el Judas de este año fuese igual que Ana María Quezada, la presunta asesina del niño Gabriel.

A eso, contesta con rotundidad el alcalde, Antonio Pérez: «¿Racistas? En este pueblo no conocemos esa palabra. Tenemos una tradición que se celebra ni se sabe desde cuándo, eso es todo».

Las cifras parecen avalar al alcalde, que lleva 12 años en el cargo. Su pueblo roza los 1.300 habitantes, y casi el doble estaban el domingo en la plaza del Ayuntamiento. Admite que pudo hacer gritos de «negra» repudiando a Quezada, pero recuerda que ese día había casi 3.000 personas en la plaza, e identificar a la persona que hizo los gritos es imposible. «Puede que sea de fuera del pueblo, pero en todo caso fueron los menos», explica. Sus vecinos le apoyan, mientras hablan con tranquilidad con los periodistas que llenan sus calles y bares desde el martes. Quieren contar una historia «que se ha sacado de quicio, porque no ha pasado nada en absoluto distinto a otros años», como dice Ana María Pastor, una joven que, mientras está tras la barra del bar que lleva su apellido, se ve a sí misma en la tele del bar hablando en TVE sobre el tema, y enfatizando que «no es racismo, es una parodia».

Ella le ha echado humor al asunto y ha grabado un vídeo en su perfil de Facebook en el que da la «primicia» de que el pueblo está lleno de periodistas que han ido a cubrir la noticia. Como sus vecinos, agradece que la historia se cuente sobre el terreno, igual que una reunión de cuatro mujeres amparadas por la sombra de la incipiente tarde en la plaza de la iglesia, dicen que «el domingo, cuando vimos aparecer al Judas la gente la abucheó, porque enseguida reconocieron a quien representaba el muñeco, pero decirnos racistas a nosotros es mentira».

De vuelta al bar Pastor, María Orellana, la madre de Ana María, revisa todo lo que ha salido en las redes sociales en estos días. A su lado, el alcalde lanza un mensaje a los padres de Gabriel, a los que pide disculpas por si las imágenes desde el pueblo han podido ofenderles, a sabiendas de que no quieren que la violencia gane esta guerra, sino la Justicia.

Antonio Pérez no lo sabía todavía, pero Patricia Ramírez y Ángel Cruz, los padres de Gabriel, estaban difundiendo en ese momento un comunicado en el que decían que había recibido con «frustración, tristeza y pesar» la situación producida en «Coripe durante la quema de Judas», indicando que «nos ha costado un esfuerzo enorme leer la noticia en el periódico y por supuesto no hemos tenido fuerzas suficientes para visionar los vídeos colgados en Internet, asombrados a su vez de que tantos miles de personas pudiesen ver semejante muestra de indignación».

Aseguran que tras conocer este hecho «los primeros sentimientos han sido de frustración, tristeza y pesar», añadiendo que «a pesar de que, permítanos, el dolor y la rabia que podamos sentir por la pérdida de Gabriel, es incalculablemente más intenso y doloroso, no pudiendo estar de acuerdo en ningún caso con esta acción, donde la rabia y el dolor mal expresado le ganan la partida al buen hacer y el sentido común», han sostenido.

«CADA AÑO ES UN SECRETO»

El alcalde aclara que el Ayuntamiento organiza la cobertura de la fiesta, pero que son las familias de los alumnos de 2º de ESO del colegio del pueblo las que eligen al personaje. Nadie, aparte de ellos, sabe qué Judas aparecerá en la plaza el Domingo de Resurrección y será tiroteado y quemado. Sus actividades de ese día ayudan a los alumnos a pagarse el viaje de fin de curso cada año.

«Este año yo creía que sería Puigdemont», dice el alcalde, a la vez que no entiende una polémica en torno a un personaje que en años anteriores ha sido la representación de Bárbara Rey, Eva Sannum o Iñaki Urdangarín. Hasta la muerte de Franco era un Judas anónimo, pero la Democracia comenzó a ponerle cara.