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Raudales de decibelios a motor en Cantillana

La tercera ‘Concentración Tuning’ que se organizó

27 mar 2017 / 06:55 h - Actualizado: 27 mar 2017 / 06:55 h.
  • Un coche tuneado con el maletero lleno de altavoces. / F.J.D.
    Un coche tuneado con el maletero lleno de altavoces. / F.J.D.
  • A pesar del frío, muchos jóvenes acudieron a la Concentración Tuning. /F.J.D.
    A pesar del frío, muchos jóvenes acudieron a la Concentración Tuning. /F.J.D.

El rugido de los motores y atronadoras melodías, solapadas unas sobre otras, daban la bienvenida al área de servicio de la estación de Cantillana. Era la presentación del multitudinario evento que durante este fin de semana ha tomado la localidad. Por tercer año consecutivo se reunían aficionados al tuning, una dedicación absoluta a modificar y preparar los coches para hacerlos únicos y totalmente personalizados. El encuentro culminó, además, con la final del Campeonato de Sonido, competición de ámbito nacional que premió el mejor equipo de música en interior de vehículo preparado.

El club Los ruidosos ha sido el encargado de la organización de esta concentración. Un nombre que mejor no les podría definir, pues el ambiente ensordecedor era la principal característica de este evento. «Es por ello por lo que este año lo hemos realizado aquí, para no molestar a los vecinos», explicaba Juan Manuel Esteban, artífice de la concentración. Sin vecinos y en una zona de fácil acceso, durante la tarde del sábado y la jornada del domingo se han dado cita hasta 200 vehículos tuneados y en torno a 1.000 visitantes, que no han querido perderse la oportunidad de ver coches fuera de lo común.

«El tuning ya no se centra tanto en modificar los coches», explicaba Diego Ortega, regente de El Vespino Dorado, taller cantillanero dedicado a la restauración de motos antiguas y uno de los patrocinadores del evento. «Preparar coches es una afición que necesita mucha inversión. La crisis ha frenado el tuneo». Pero, igualmente, la legislación: «Puedes gastarte mucho dinero en preparar un coche y que después en la ITV no lo apruebe. O bien gastas el dinero en presentar un proyecto de modificación en el Ministerio de Industria que te permita preparar el coche o lo adaptas de forma moderada para que pase la revisión». Por ello, el tuning actualmente se orienta más a la preparación del vehículo con un potente –y desorbitado– equipo de sonido más que en la modificación de su apariencia.

La lluvia, junto con el frío, fueron dos participantes más en este encuentro. Pero lejos de ser un inconveniente, el público que iba llegando parecía inmune al agua y aprovechaban para acercarse hasta los maleteros para hacer fotos y vídeos y casi dejarse remover las entrañas por las vibraciones desbordadas de la música a todo volumen.

«Ha costado entender esta concentración en Cantillana», señalaba Alonso Javier Mesa, concejal de Juventud y Deportes. «Pero se trata de dar alternativas a la juventud, y este evento crea economía además de potencia el nombre del pueblo y sumarle otro atractivo». No en vano, desde Cádiz, Madrid, Barcelona, Galicia o incluso Portugal han venido llegando participantes durante estos dos días, que no han dudado en hacer cientos de kilómetros para disfrutar de esta afición que prácticamente se convierte en un modo de vida. En su gran mayoría, similares en estética y gustos musicales, pero ante todo «gente sana que solo quiere disfrutar de lo que le gusta».

A parte de potenciar la convivencia e interacción entre aficionados, este tipo de concentraciones se orientan también a dar a conocer las novedades en el mundo del motor y, sobre todo, a apoyar a los talleres e instaladores que se dedican al tuneo o preparación de vehículos, a las marcas destinadas a este fin, y cómo no, sustentar a los clubes que se esfuerzan en mantener viva esta afición. En ello hacía hincapié Francisco Javier Caballero. Juez de sonido encargado de puntuar a los participantes en esta final celebrada en Cantillana, resaltaba cómo «se prima la afición, puesto que los participantes hacen largos desplazamientos solo para exhibir su vehículo. Todo es sin ánimo de lucro, lo que se recauda se destina a premios para los ganadores».

Más de 3.500 euros en material de sonido han sido repartidos entre los distintos clasificados en las pruebas. Durante un año, los participantes en concentraciones como esta han ido pasando valoraciones de «buena instalación, buena calidad de sonido, buen trabajo de los talleres, equilibrio de sonido», sumando puntos para llegar a la final.

Así, concentración tras concentración, llegó a alzarse con el título en anteriores eventos Carmen Bandarra. Desde Villamartín, Cádiz, ha acumulado cientos de kilómetros paseando por eventos como el cantillanero. Campeona del mundo y una de las pocas mujeres en una afición que parece más destinada a hombres. Iniciada en este mundo «hace 3 años a través de un amigo, que empezó a prepararme el equipo en el maletero», lleva gastados más de 9.000 euros en sonido, aunque no está del todo segura de tenerlo acabado, comentaba entre risas. Y es que para el aficionado a preparar vehículos, el coche nunca está acabado.

Porque sus ingresos son para sus coches. Hasta acumular más de 20.000 euros de inversión en dejarlo a su particular gusto, como añadía el gaditano David Gamero. Desde 2008 su dedicación es su coche, en el que ha invertido por ejemplo 2.000 euros en modificar las puertas para que abran hacia arriba o 4.000 euros en equipo de sonido. O los 7.350 euros que Pedro Barroso, de Ubrique, ha invertido en un año en hacer que su coche suene más y mejor que cualquier concierto o discoteca. Una cultura del motor donde el dinero no es inconveniente cuando se trata de derramar decibelios desde el maletero de un coche único y singular.