El municipio de Santiponce quiere potenciar el monasterio de San Isidoro del Campo. La alcaldesa de la localidad, Carolina Casanova (PSOE), se reunió recientemente en el Ayuntamiento con la viceconsejera de Cultura, Marta Alonso, para «trasladarle su preocupación por el futuro» del enclave monumental de San Isidoro del Campo y hacerle el ofrecimiento de su equipo de gobierno para «gestionar, promocionar y difundir este tesoro que tenemos en el municipio».
Así lo indicó la alcaldesa, según informó ayer el Ayuntamiento en una nota en la que señala que la regidora busca «potenciar el patrimonio que posee la localidad para atraer un mayor número de visitantes que generen empleo y riqueza en el municipio». De esta manera, el reto que se ha marcado ahora el equipo de gobierno es «mejorar la explotación turística de uno de sus principales enclaves», el monasterio de San Isidoro del Campo, que gestiona la administración andaluza.
Según indicaron desde el Consistorio, Cultura «estudiará la propuesta» por la que el Ayuntamiento de Santiponce podría compartir la explotación de un monumento en el que confluyen tres grandes estilos, como son el gótico, el mudéjar y el barroco, y que cuenta con pinturas murales que conforman «posiblemente uno de los conjuntos más notables de toda España, con retablos excepcionales como los dos expuestos al público de Martínez Montañés».
De ellos destaca el dedicado a San Isidoro y San Jerónimo, donde resaltan las esculturas de San Isidoro, San Jerónimo, los Santos Juanes y las figuras de Guzmán el Bueno y su esposa doña María Alonso Coronel, que lo convierten en el considerado como mejor retablo de todos los realizados por el imaginero jiennense.
El estado de conservación de San Isidoro del Campo y su gestión está siendo muy cuestionada. De hecho, el año pasado la asociación de Amigos del Monasterio de San Isidoro del Campo-Centuria Romana de Santiponce se movilizó para reclamar a las administraciones mayor implicación y recursos para el rico patrimonio histórico del municipio. En esta protestas se reclamaba principalmente la restauración integral del monasterio.
Los conservacionistas, además, solicitaban más personal y promoción para este enclave histórico que no goza de suficiente proyección en materia cultural y turística y que en los últimos años ha sido víctima de varios expolios.