Un bullicioso arranque para la feria más añeja

El buen tiempo y la importante afluencia de público marcan el inicio de una fiesta, la de Mairena del Alcor, que es mucho más antigua incluso que el descubrimiento de América

Alberto Guillén Aguillenito /
05 abr 2018 / 23:43 h - Actualizado: 05 abr 2018 / 23:46 h.
"La provincia en fiestas"
  • La portada de la Feria de Mairena del Alcor se ilumina ante la presencia de decenas de maireneros a los que les queda fiesta para rato. / A.G.
    La portada de la Feria de Mairena del Alcor se ilumina ante la presencia de decenas de maireneros a los que les queda fiesta para rato. / A.G.
  • Esta jornada es la primera en la que entraron los caballos y los carruajes. / A.G.
    Esta jornada es la primera en la que entraron los caballos y los carruajes. / A.G.
  • La afluencia, sobre todo al mediodía, fue notable. / A.G.
    La afluencia, sobre todo al mediodía, fue notable. / A.G.

Ya dejó dicho Estébanez Calderón, haciendo referencia a la Feria de Mairena, que «es donde se compendia, cifra y encierra toda la Andalucía, su ser, su vida, su espíritu, su quinta esencia (...), En ti, Mairena, es donde se fija cada año el uso que ha de regir, los adornos que más han de privar, el corte que han de tener las diversas partes y aditamentos del traje andaluz». Es sin duda, una aproximación tan certera como actual, que bien valdría para definir una jornada feriante en Mairena, hija de Andalucía y madre de todas las ferias. No sabía Cristóbal Colón lo que era una carabela, a mediados del siglo XV, y ya estaba Mairena del Alcor como cita señera del calendario entre las ferias de ganado.

Desde la prueba del alumbrao, prendido la medianoche del miércoles al jueves en esta 578 edición por el alcalde, Ricardo Sánchez, y el flamante Mairenero Ilustre de 2018, Francisco López, Curro de la Venta los Conejos, se respiraba ambiente feriante y desborde de alegría. Si el pueblo de Mairena es más o menos comedido, desde luego no es en feria. No hay más que acercarse al recinto ferial Alcalde Antonio Delgado de aquí al domingo para hacerse una idea del desborde y la implicación de su gente con la que es una de sus señas de identidad y el orgullo más grande de su gente.

Porque Mairena es feria y vive para su feria. No en vano abandera una fiesta imitada y recreada en todos los rincones de Andalucía. Ninguna localidad en el mundo puede presumir de tal fiesta, con casi seis siglos de vigencia y entrega. Para hacerse una idea, ahí está un feriante profesional como José Manuel Peña, quien en la tarde de este jueves hizo de cicerone al invitado y periodista Quico Pérez Ventana, antiguo colaborador de este periódico y al crítico de cabecera de tantos aficionados al flamenco, Manuel Bohórquez. Peña, autor de dos portadas de la Feria de Abril de Sevilla y responsable de varios carteles de la feria mairenera, entre otros el de la presente edición, define de entrada su feria de manera sucinta: «aquí venimos a vivir, a compartir y a darlo todo, el mairenero se entrega sin reservas ni miramiento».

Peña, que es además responsable de la actual portada del recinto ferial, va dando las claves de una fiesta que él mismo asegura vivir «al máximo de las posibilidades». Tenemos casi 50 casetas, explica, «y la mayoría son de acceso libre, pero es más, es que aunque entres en una privada viniendo de fuera, la gente te va a dar gloria, porque no es solo que seamos hospitalarios, es que donde quiera que entres vas a sentir la verdadera generosidad de esta fiesta». Junto al celebrado cartelista y diseñador de monumentos por un reguero de casetas, con una media de tres cuartas partes de aforo, y se va descifrando el espíritu de la fiesta, donde «se come, se bebe, se disfruta, y si te prestas, nunca se deja de aprender de personas que quieren compartir contigo».

La jornada de este jueves es la primera en la que entran oficialmente caballos y carruajes, que engalanan con su majestuosidad equina el brío de la cita. Varias decenas de calesas recorren las tres calles del recinto, lo mismo que jinetes y amazonas flamencas, brindando una estampa digna de parar a contemplarse. La feria mairenera no es ajena a la lluvia y los pronósticos meteorológicos agoreros. Sin embargo, este arranque ha sido el de un clima de explosión primaveral. Temperaturas suaves y un sol generoso han coronado los dos primeros días, que el pueblo de Mairena ha sabido corresponder con una afluencia generosa y continua. Eso sí, la lluvia, el peor de los males de la fiesta, amenaza con hacer acto de presencia el fin de semana.

Cualquier caseta del recinto mairenero es digna de parar a tomar un vino o un plato de jamón, y disfrutar de su ambiente, pero sin duda, parada obligatoria es la caseta municial, donde al cierre de esta edición, probaban sonido los tres pregoneros de esta 578 Feria de Mairena, los hermanos Rafael y Eulogio Ortiz y Javier Gómez, con un cortejo de lujo, que incluye la guitarra de Sergio Rodríguez y la maravillosa voz de Juan de Mairena. Mientras los artistas preparaban su exaltación, ante la mirada de curiosos, el cartelista de esta edición presume de feria: «esto es una pincelada, nos queda lo más grande, como suele decirse, de la Feria de Mairena al cielo».